Capítulo 7. Arco del Circus Gothica. Trabajo en equipo.

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—¿Quién se cree que es? Llega de la nada y nos empieza a mandar cómo si fuera la gran sabelotodo. —refunfuñaba Sam mientras avanzaba por el circo buscando cualquier señal de vida o de otra vida.

Para Sam eso era inaudito. Todo el tiempo, desde que Danny obtuvo sus poderes, ellos habían sido los que habían estado con él.

Aunque, pensándolo con cuidado, ellos eran los únicos que lo sabían. Y sobre todo, ella era la principal responsable de que estuvieran en esa situación. Eso hizo que su ira desapareciera cambiándose por un extraño sentimiento.

Sin embargo, no tuvo tiempo para analizar ese pensamiento cuando escuchó cómo lanzaban un carrito de golosinas hacia ella con gran velocidad. Debido a su entrenamiento en boxeo fue capaz de reaccionar a tiempo para girarse y con un golpe de los guantes Fenton destrozar el carrito.

—Destruiste propiedad del circo. —decía el fantasma verde de gran musculatura volando con sus piernas convertidas en una cola espectral imponente con los brazos cruzados. —Debes pagar por ello.

—¿A sí? ¿Y cuánto sería? —preguntó Sam alzando los puños frente a ella en la tradicional posición de boxeador.

—¡Tu vida! —grito el fantasma saltando al ataque cargando con todo su cuerpo, con lo cual consiguió agarrar a Sam para después levantarla y lanzarla contra una pila de cajas, azotando la joven con fuerza. Tras eso el fantasma siguió arremetiendo contra ella con brutalidad lanzando un pesado puñetazo el cual pasó a través de unas de las cajas intentando alcanzarla.

Sin embargo, antes de que el golpe impactara, Sam activó el escudo de los guantes, el cual golpeó al fantasma, dándole una descarga de energía que lo aturdió. —¡Mi turno! —declaró mientras instantáneamente lo desactivaba para lanzarse contra Goliat saltando para darle un golpe cargado de energía antifantasmas en la cara, el cual lo hizo sentir una gran descarga de energía.

Sam siguió arremetiendo contra su abdomen con potentes puñetazos soltándole ocasionalmente unos uppercut, sin embargo, cuando lanzó un derechazo con todas sus fuerzas creyendo que lo podría noquear, el fantasma tomó su brazo impidiéndole retroceder mientras volteaba a ver a Sam con una sonrisa maniaca en su cara.

—¡Te tengo, perra! —seguido de eso el fantasma, sin soltarle el brazo, la tomó de la cintura para después levantarla sobre su cabeza dejándola sobre su cabeza para después dejarla caer de frente con toda su fuerza.

El grandulón se levantó rápidamente, mientras que Sam estaba sintiendo cómo su nariz escurría sangre mientras sus oídos emitían un agudo silbido y todo se empezaba a mover más lento para ella.

La gótica intentó reincorporarse haciendo uso de todas sus fuerzas, para su mala suerte, antes de que pudiera ponerse de pie, sintió cómo era tomada de las piernas. El gran fantasma giró todo su cuerpo a gran velocidad arrojando con ello a la chica, quien quedó estrellada entre unas cajas.

El golpe fue tan fuerte que pudo sentir cómo perdía la consciencia, y mientras lo hacía pudo recordar su vida entera, viendo al pasado recordó el momento en el que conoció al par que se volverían sus mejores amigos; el momento en que conoció a aquellos que cambiaron su monótona vida.

Recordó aquella vez en primer año cuando habían dejado el formar un equipo los cuales los demás formaron con velocidad juntándose con sus amigos, sin embargo, ella y ellos habían sido dejados de lado por lo que ellos curiosamente se le acercaron, ante lo que ella cortantemente les respondió —No te confundas, amigo. A mí no me dejaron sola yo simplemente elijo hacerlo sola.

Con esa frase los alejó, sin embargo, a la hora de entregar su hoja de equipo y ver que estaba sola el profesor Lancer la detuvo.

—Señorita Manson. Entiendo que usted sea brillante y capaz, sin embargo, el objetivo de este trabajo en equipo es que trabajen en equipo. —dijo serio el pelón profesor mientras veía a la desinteresada chica.

—Honestamente, señor Lancer, creo que soy capaz de hacer un trabajo incluso mejor que el mejor equipo de la clase si trabajo yo sola que si lo hago con un par de idiotas los cuales me atrasarán.

El escuchar ese tono arrogante y el hecho de que ella ni siquiera lo mirara cuando decía eso mientras miraba al resto de sus compañeros terminó por irritar al docente, por lo que, sutilmente le puso un castigo con el cual ella terminaría beneficiándose o sufriendo según ella lo decidiera.

—Bueno, si esa es su perspectiva, permítame... —dijo mientras revisaba las hojas con una sonrisa amable en su cara. —Le daré dos opciones. —dijo para después señalar a una de las esquinas del salón donde se podían ver a un par de chicos, muy normales para su excéntrico gusto. Uno de ellos estaba en su computadora y el otro estaba en su teléfono. —Puede elegir a los señores Fenton y Foley. —tras eso su mano apuntó al extremo opuesto del salón, donde estaban el par de deportistas estrella de la escuela quienes hablaron estando al fondo de la sala mientras uno de ellos estaba golpeando al otro en su cabeza mientras usaba un casco. —O los señores Baxter y Park.

Ante sus opciones, la chica suspiró agotada mientras emprendía camino hacia los que serían sus compañeros de trabajo, mientras que el señor Lancer sonreía triunfante, sin esperarse que en un futuro esa combinación sería la que le traería grandes dolores de cabeza.

Tras llegar con ellos la impresión que Sam se llevó de ellos fue que eran un verdadero desastre. Danny estaba con su teléfono escribiendo mientras que Tucker por su parte la observó para inmediatamente después sonreírle con una mirada picara la cual generó que ella le mirara con asco.

—Parece que el destino quiere que estemos juntos, chiquita. —dijo Tucker sonriéndole seductoramente.

—Tucker... —dijo Danny con un tono un poco más serio para después ver a la chica. —Lo siento. Él es así siempre. —comentó señalándole el asiento frente a ellos, el cual ella tomó de mala gana.

—Okey. Esto será lo que haremos. —decía Sam mientras empezaba a sacar su libro en las hojas encargadas. —Yo me encargaré de la investigación y del experimento, así cómo de la presentación. Ustedes simplemente tendrán que pasar a explicar de lo que se trata y con eso asegurar su calificación. —dijo con gran seriedad y molestia la gótica, cosa que causó confusión y molestia en los chicos, más en uno que en otro.

—Mira, no sé quién te creas, pero esto es un trabajo en equipo. —rebatió el pelinegro. —Tucker y yo nos dividimos el trabajo. A él le tocará la presentación y a mí el experimento práctico, además que entre los dos vamos a presentar el informe. Si quieres que te tomemos en cuenta para el trabajo y no te dejemos fuera, está bien, pero no puedes venir aquí a imponernos cosas cómo una sabelotodo... De eso ya tengo mucho en mi casa. —contestó Danny imponiéndose ante la gótica, quien simplemente lo miraba con ganas de sacarle los ojos teniendo una gran furia en su mirada. No obstante, lo último había sido dicho más para él que para ella.

Samantha suspiró cansada tragándose su furia lo más que pudo y ahogando las ganas de saltar encima de él con intenciones violentas.

—Bien. ¿Qué vamos a hacer? —preguntó ella molesta.

—El plan es reunirnos en la tarde, para empezar con el experimento mientras Tucker graba el procedimiento para agregarlo a la presentación final. —explicó Danny con seguridad.

—Okey. Dame tu dirección. No veremos en tu casa. —al escuchar eso la expresión facial de Danny pasó de una segura e imponente a una nerviosa y titubeante mientras evitaba el contacto visual con ella.

—¿Eh? ¿Mi casa...? ¿Segura...? ¿No sería mejor en la tuya para que no tengas que caminar? —cuestionó con una sonrisa nerviosa mientras que Tucker sólo lo miraba morirse de nervios.

—Ya accedí a hacer el trabajo con ustedes. ¡No tientes a tu suerte! —dijo apuntándolo con el dedo mientras lo miraba con gran furia. Ese gesto hizo que terminara por darle su dirección derrotado mientras esperaba que nada malo pasara ese día.

Unexpected Desiree: The Rise of the Ghost KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora