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Al bajar de la camioneta Zhan se sentía en las nubes, las personas que pasaban se alejaban de él. Los omegas porque sentía un aroma sumamente fuerte en él y los alfas porque ese aroma era de advertencia de una alfa dominante reclamando a su omega.

Entro con una gran sonrisa y llamando la atención de todos incluyendo a sus amigos.

―Mierda Zhan― Yu Bin se cubrió la nariz.

― ¿Qué?

―Hueles a café― Liu sonrió― ya estamos acostumbrados a ese aroma, pero aun así es demasiado fuerte.

―Pobre de ese alfa.

―Cierra la boca Bowen― el omega frunció el ceño― estoy en caja ahora así que no me molesten― comenzó a caminar hacia la sala de descanso donde se arregló adecuadamente.

Comenzó a su labor hasta que un aroma a cítricos le invadió sus fosas nasales y solo se limitó a fruncir el ceño.

―Buenos días ¿Qué va a ordenar? ― mostro la risa más fingida que pudo hacer en su vida, ese olor le provocaba nauseas.

―Un americano y galletas de avena- hablo el otro sujeto

―Bien ¿efectivo o tarjeta?

―Tarjeta― el hombre escaneo al lindo omega que estaba tomando su pedido y sonrió― ¿Cómo te llamas? ― Zhan solo se limitó a mostrar el pequeño gafete que tenía en su camisa― Zhan ya veo― el tipo sonrió con sorna― ¿te puedo ver después del trabajo? ― dijo dándole al pelinegro una black card.

― ¿Estas ciego? ― el hombre lo vio con duda― tengo una marca― bajo el cuello de su camisa dejándole ver la marca que le había hecho Yibo― así que si piensas impresionarme con tu asqueroso dinero déjame decirte que estas muy equivocado― Zhan paso la tarjeta y ya listo el cobro se la entrego― su pedido estará listo en un momento, ahora muévase que detiene la fila― dijo irritado.

Pero es que diablos odiaba a ese tipo de personas que intentaban comprar a otras personas para satisfacerse, ya le había pasado a él muchas veces y a sus amigos también por parte de omegas sin cerebro y hormonales, esa clase de omegas avergonzaban su jerarquía.

Paso el resto de la mañana un poco más tranquilo, tomo más supresores para que su aroma no se intensificara, el idiota que le coqueteo solo le dio una mirada de molestia cuando salió del local, a Zhan ni le importo.

Me voy a morir por que me mira mal- sonrió.

Ya antes del almuerzo la camioneta negra se estaciono y de ella bajo Zheng con una resplandeciente sonrisa.

―Zhan― dijo emocionado.

― ¿Qué tal te fue? ― lo tomo en sus brazos.

―Te hice esto― le mostro una figura de arcilla.

― ¿Un conejo?

―Sip es que pareces un conejito cuando te ríes y me gusta también a papá.

Vaya que la nueva información lo sorprendió y agrado.

―Comemos algo y luego vamos a hacer la tarea― el pequeño asintió― ¿Cómo te fue con esos niños?

―Ya no me molestan, cada vez que paso a su lado solo se apartan y ya no molestan a Lili.

―Bien, si algo pasa avísame iré a pegarles unas buenas nalgadas.

El pequeño rio ante las palabras del omega. Ambos hicieron el resto de sus actividades juntos ya que Zhan no le quitaba la vista al cachorro.