El Alpha pecoso había llegado otra vez al apartamento del Omega cenizo, trajo algunas cosas que podrían servir para ayudar a Kacchan. Admite que un lado de él quería follarse a su Omega hasta el cansancio pero, debía ser racional, Katsuki no lo desea y debe respetar eso.
Solamente lo ayudaría que si celo sea soportable, no importa si su polla se endurece hasta explotar. Subió a la habitación y respiró profundamente antes de entrar al cuarto infestado de aroma a celo.
Katsuki estaba envuelto en una bolita de mantas en su cama, el aroma de Izuku casi ni se sentía pero cuando lo dejo salir más, el Omega se había quedado quieto y una ramillete de cabellos cenizos apareció entre las mantas para fijar sus ojos llorosos hacia Deku.
— Alpha... — Gruñó Katsuki hacia el peliverde que devolvió la acción. Eso hizo ronronear al Omega que se derritió en su cama otra vez.
Izuku dejo las cosas que compro en el suelo y cerró la puerta, quitándose su chaqueta, zapatos y la ropa extra que tenga. Quedó nada más con una camiseta y sus pantalones. Se sentó en la orilla de la cama, sabía que no podía irrumpir un nido de un Omega sin permiso del mismo.
— Kacchan, vine ayudarte — Indicó Izuku, el Omega se removió dejando salir su mano que todo el brazo de Izuku —¿Eh?
De repente, lo jalo fuertemente hacia dentro de la cama y del nido, tumbando a Izuku entre las miles de almohadas que habían ahí. Katsuki empezó a frotar su cuerpo contra del Alpha, aspirando la gran cantidad de aroma a mentol que podía.
Ronroneando cerca del cuello del Alpha que aprieta sus puños para controlarse ante los toques seductores del Omega cenizo. Más sus gemidos, definitivamente, era demasiado.
— Alpha... Tardaste mucho, Alpha...
Izuku estaba en una decisión difícil, no podía ayudar a Katsuki sin el consentimiento de este, estaba tan perdido en su lado Omega que los rojizos ni se podía ver. ¿Que debía hacer? No quería lastimarlo.
El olor a celo, el ronroneó y Katsuki muy meloso era demasiado para él.
—¡Escúchame, Katsuki Bakugou!¡Dime si quieres esto o no! — Gritó Izuku agarrando la cara del Omega que por un momento sus ojos volvieron a la normalidad, era Kacchan. ¡Había vuelto!
— S-solo ayúdame... Hazlo, y-yo lo aceptaré — Apenas dijo esto, los ojos del Omega volvieron a dilatarse y ponerse meloso, el animal interior del cenizo había tomado el control otra vez —Alpha te necesito... Aquí, ¡Alpha!
— Gracias, Kacchan.
El Alpha peliverde ahora podía ayudar a su Omega sin sentir que estaba haciendo algo mal, Katsuki le dió su consentimiento.
•••
La luz del sol fue lo hizo que despertará de golpe. Katsuki había vuelto en si, mirando a su alrededor confundido hasta que su mano tocó algo a su lado, al dirigir su mirada a su lado encontró a Izuku, su Alpha. Abrazando la almohada, totalmente desnudo mientras es arropado por las sábanas blancas, durmiendo tranquilamente.
No recuerda nada, más una sola cosa, dándole su consentimiento a Izuku de poder ayudarlo con su celo. Katsuki se maldijo a sí mismo, ocultándose entre las sábanas otra vez.
Miró el rostro dormido de Izuku, y alzó sus manos para quitar algunos mechones de su frente. Carajo, si, lo ama. Es su Alpha y el padre de su cachorrita. ¿Enserio tuvieron relaciones anoche? Katsuki revisó su cuerpo, supone que si hicieron algo, porque encontró envolturas de condones y su cadera le duele como el infierno. Ni siquiera quería levantarse, ¿Cuánto tiempo había pasado? Además de eso... Hay algo más que se le estaba olvidando.
—¡HARU! — Gritó el cenizo saltando de su cama apenas se acordó de que tiene una hija, en ese proceso, levantó a Izuku se un susto. El Alpha casi se cae de la cama cuando sus ojos vieron como Katsuki se pone una camisa que no es suya y sus boxers.
El Omega cenizo salió tan rápido de su habitación sin notar la mirada confusa de Deku, quien se ponía tranquilamente su ropa interior y sus pantalones chandal. Katsuki azotó la puerta de la recamara de su hija, no la vio, algo malo recorrió el cuerpo del Omega pero, un cuerpo ajeno loa abrazo por detrás.
Izuku, lo estaba abrazando, poniendo su nariz en su cuello dónde más desprende feromonas — No te preocupes por nuestra hija, Kacchan. La dejé con mi madre, está en buenas manos.
—¿Desayuno? — El Alpha asintió —¿Comió bien? — Otra vez, Izuku asintió —¿Se baño?¿Se cambió bien? — Deku asintió —¿Está bien mi bebé?
— Claro que si, me asegure de eso. Ella estaba tan feliz de conocer a su abuelita.
Katsuki gruñó pegándole un codazo a Deku porque se estaba poniendo muy meloso, carajo, no puede ser ahora —Izuku, ¿Tienes tu celo? — Preguntó el cenizo asustado, el Alpha ladeó su cabeza.
— Posiblemente si, tus feromonas fueron tan fuertes que, adelantaron mi celo — Mencionó Deku — Pero, no hay que preocuparse. Voy a tomar mis supresores y te dejare en paz, supongo que estos días tu celo no será tan doloroso.
Izuku iba irse al baño, cuando Kacchan tomo su muñeca y lo detuvo, el peliverde se quedó viendo al papá de su pequeña hija, mirando al suelo, acercándose a él para quedarse a solo unos centímetros de su rostro. Sus labios rozaron, con un simple empujón por parte del cenizo, los dos labios se unieron en un pequeño beso.
— K-Kacchan... — Jadeo el Alpha antes de que sus labios fueran atrapados otra vez, una y otra — K-Kacchan.
— Me vuelves loco, carajo... Cállate, ¿Si? — Indicó él, lanzándose sobre Izuku empujando al mismo dentro del baño. El Alpha perdió el equilibrio que cayó sentado en la tina con su Omega sobre su regazo besándolo como si no hubiera un mañana.
— O-oye... Omega — Aquello hizo gruñir al mencionado, le gustó cómo sonó eso los labios de Deku, como salió de garganta. Ronca y chillona a la vez, queria más. Más.
No importa si hace unos días estaba negando a Deku, no importa si unos días atrás estaba seguro que podía vivir como padre soltero y Izuku solo pagaría la manutención. Sabía que un interior, desde el fondo de su interior, no, de su corazón.
Sabía que todo eso era mentira, tarde o temprano iban a terminar como estaba ahora. Él quitándose la camisa grande de Deku para tirarla por dónde sea, dejar que esas manos cicatrizadas pasen cada parte de su cuerpo.
Joder si, ama a Deku, lo ama. Y eso nadie lo iba negar, aún que sea un idiota que sacrifica su vida por los demás, aún que siempre sea el Deku que da su mejor esfuerzo, al final del día, siempre iba ser su Izuku.
Después de esa semana de celo, hablaría seriamente con Deku, abriendo su corazón, siendo sincero con su sentimiento y pensamientos. Tal vez dándole la oportunidad a Deku de que forme una familia con él.
Lo desea... Lo quiere, ¿Pero sería tan valiente para dar ese paso?
Por ahora, su mente estaba en blanco, gimiendo de placer al sentir como su Alpha chupa y juega con sus pezones. Sensibles por la noche anterior dónde recibieron la misma atención, una mano ajena pero, tan familiar. Bajo su ropa interior dejando ver su erección, unos dedos se colaron entre sus glúteos hasta llegar a zona íntima.
Donde pecho un grito ahogado sobre los rizos verdes, hundiendo su nariz en ellos, olía a shampoo, árboles, roble, menta.... El olor del cuál le da paz, una más irritable, una tranquila que lo hace dormir confiado, un aroma que llega excitarlo. Deku es suyo, y podía hacer lo que quiera con él. Katsuki no se opone, confía ciegamente en él. Su vida, ya es suya.
Dos dedos fueron introducidos en su interior, un gemido salió de su boca, quedándose en esos mechones verdes, mientras una lengua caliente besa y lame su cuello. Dejando más marcas de la que se hicieron anoche, ahora, se encontraba saltando ansioso sobre los dos dedos que entran y salen de su interior sin descanso. Quería más, mucho más.
Quería Deku se lo tragara por completo.
Katsuki no sabía si era él mismo que pensó aquello o su lado Omega. A la mierda. Si era él o su Omega, ya todo estaba perdido, su mente estaba en los cielos, en Saturno, quien sabe.
Solo sabía que tenía a su Alpha ahí y ahora, no iba dejarlo ir.
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¿Puedo desearte? - [Dekubaku]
FanfictionOmegaverse AU En una salida normal entre ex-compañeros de preparatoria, Bakugou Katsuki, se entera que su amigo de la infancia está saliendo con alguien. Bakugou intentan actuar como si no le importará, mientras que por dentro su corazón se destroz...