Izana no sentía nada al ver las lágrimas de la chica que acababa de dejar. No había amor, ni culpa, ni siquiera pena. Solo una indiferencia fría y calculada, como la de un asesino que corta un cuerpo sin piedad.
—¿Por qué, Izana? ¿Por qué me haces esto? —Sollozaba ella, aferrándose a su brazo con desesperación — ¿No te importo? ¿No te importa todo lo que hemos vivido juntos?
—No, la verdad es que no, muñeca — Respondió él, apartándola con un gesto un tanto brusco — Fué divertido mientras duró, pero ya me aburrí de ti. Eres demasiado aburrida, demasiado predecible, demasiado... normal— .
—¿Normal? ¿Eso es lo que piensas de mí? —Exclamó ella, incrédula y notoriamente ofendida con lo que escuchaba- ¿Sabes que eres tú? Eres un monstruo, un maldito monstruo. Mis amigas tenían razón, nunca debí salir contigo. Eres el típico pandillero mujeriego qué se cree invencible e indomable, y de nada te sirve ser un alumno estrella en la escuela si sigues siendo tan emocionalmente inestable. Serás un fracasado, ¡Deberías ser más como tu hermano Mikey!
—Él también es un pandillero— .
—Pero es la persona más amable del mundo y tiene una relación perfecta — Ella comenzó a compararlo porque sabía que no le gustaba eso— Es un doncel fuerte que ha logrado superar las expectativas que se tienen sobre los donceles— .
—Ah, ¿sí? Pues mira, muñeca, me da igual lo que pienses de mí o de mi hermano. No me conoces, ni me vas a conocer. Tampoco conoces a Mikey así que no hables de él— .
—Eres horrible, toda la escuela se va a enterar— .
—La escuela entera lo sabe muñeca, pero nunca hay consecuencias para mí. Eres una más de las muchas que han pasado por mi cama, y eso incluye a tus amigas. Así que déjame en paz, vete a llorar a otro lado y no metas a mi hermanito en esto—.
Dicho esto, Izana se dio media vuelta y se alejó de ella, sin mirar atrás. La noche era obscura y fría, pero él no sentía el frío alguno. Solo sentía un vacío en el pecho, un hueco que ninguna chica podía llenar.
Porque la verdad era que Izana estaba enamorado. Pero no de una chica, sino de un chico doncel. Uno que le hacía sentir cosas que nunca había sentido antes. Un chico que le hacía reír, que le hacía vibrar, que le hacía soñar. Un chico que era su amigo, su enemigo y a la vez su aliado, alguien a quien había jurado derrotar pero también era su igual, alguien que no tenía comparación en la cama. Un doncel que era su obsesión. Su nombre era Mikey, y era el líder de la banda rival, la Tokyo Manji.—¡Te vas a arrepentir Izana! ¡Mikey es el único de los Sano que es bueno! ¡No como tú!... Cómo se nota que eres adoptado...
Izana detuvo sus pasos y se volteó a mirar a la muchacha que no paraba de llorar, sí, se sentía algo culpable y mal por ella puesto que si él estuviera en su lugar y fuera Mikey quién terminara con él, sentiría la misma angustia que su ahora ex novia. Si Mikey le dijera que ya no lo ama, su corazón se haría trizas y nadie sería capaz de levantar esos pedazos.
—Escucha muñeca, no necesito que me recalques lo maravilloso que es mi hermanito por qué lo conozco perfectamente, y si sigues haciendo eso pensaré que te gusta—.
—Quizá intente algo con él...
—Que triste, él es gay. Está en su naturaleza como doncel. Y por favor ya no seas tan patética, porque no lograrás nada comparándome con él—.
La muchacha se quedó sin palabras y parecía atónita porque no era la reacción que ella esperaba.
— ¿Qué?... ¿Acaso ahora lo quieres? Y-yo pensé que detestabas a tu hermano Mikey... ¿Ahora lo amas así de repente?— Preguntó la joven— .
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Aunque Digan Que No Soy Tu Tipo [IzanaxMikey]
FanfictionAunque digan que no soy tu tipo, aunque esté mal visto y bajo la ley no debamos estar juntos, no te dejaré ir y no le des más vueltas a la vida y disfruta los segundos conmigo. Por qué la sangre no nos une como así lo quiere la gente. Nos amamos, pe...