Aunque Digan Que No Soy Tu Tipo [IzanaxMikey]

VIII

El dildo entraba y salía de él otorgándole el placer que buscaba después de haber soñado tanto con Taiju.
Tenía que aprovechar que su casa estaba sola.
Durante toda la mañana se había masturbado, se corrió muchas veces pero no importaba lo que hiciera, seguía sin estar satisfecho porque ni sus dedos, ni el consolador eran Taiju.
Los gemidos de Mitsuya hacían eco en la habitación junto al sonido del vibrador. Hizo su cabeza hacia atrás mientras mordía su labio inferior, estaba en el climax y con tres golpes más del dildo a su próstata, eyaculó nuevamente.

—¡Ah! Ah-ah-ah~ T-Taiju...

Su cuerpo temblaba por tanta estimulación, ya estaba incluso algo mareado. Tenía que controlarse, sobre todo si hoy se reuniría con él en su club para hablar de un tema tan serio como lo era la llegada de una nueva madrastra.
El de ojos lavanda se recostó en su cama tratando de controlar su respiración y su entrada aún se estremecía después de haber sido ultrajada durante la mañana.

—Me tengo que controlar...

Puso algo Jazz en su celular para intentar relajarse y casi se queda dormido de no ser por el sonido de un nuevo mensaje.

Taiju⭐

¿Puedo llegar a las 8:30? Prometo llevarte algo de comer, estaremos un buen rato ahí porque solo a ti te confiaría un buen traje para ese matrimonio.

Mitsu💕
Claro! Te lo agradezco y gracias por esa confianza Taiju 🤗❤️

Mitsuya se había saltado las clases de la mañana, solo iría al club Por qué su amigo se lo había pedido.
Así que decidió abandonar la comodidad de su cama para ducharse y preparar todo lo que necesitaría.
El reloj marcaba las 8:30 de la noche cuando Taiju entró en la sala del club de costura de la escuela de Mitsuya. El aire estaba lleno de la suave fragancia de los hilos y telas, y el sonido de las tijeras cortando tela era casi hipnótico. Mitsuya estaba de pie junto a una ventana, su cabello largo de color lila brillaba bajo la luz de la luna mientras se peinaba con cuidado. Esa escena a los ojos de color ámbar, era simplemente de fotografía. Un escenario tan hermoso que simplemente no podía dejar de mirarlo.

—Terminé Mitsuya, me retiro, por favor cuídese cuando se vaya a su casa—.

Dijo una de las compañeras del adolescente.

—Ve con cuidado amiga, si tienes algún problema por favor avísame— Dijo Mitsuya.

La muchacha se fué, despidiéndose también de Taiju.

—Que llegue bien, señorita.

Ambos se quedaron solos.

—Hey, Mitsuya— Saludó Taiju, su voz sonaba un poco apagada, más de lo que le hubiera gustado.

Mitsuya se giró, una sonrisa nerviosa y sonrojada, pero sonando siempre amable.

—Hola, Taiju. Llegaste justo a tiempo —Respondió.