Aunque Digan Que No Soy Tu Tipo [IzanaxMikey]

II

Años atrás.

La maestra frunció el ceño mientras observaba a Manjiro bostezar abiertamente en su asiento, con los ojos entrecerrados y la cabeza apoyada en la palma de su mano. El aula estaba en completo silencio mientras ella continuaba su lección, pero Manjiro parecía ajeno a todo, sumido en un sueño profundo.

-¡Sano Manjiro, despierta ahora mismo! -Exclamó la maestra, golpeando su escritorio con fuerza. Manjiro saltó en su asiento, parpadeando y mirando alrededor con sorpresa.

-¿¡Eh!? ¿Q-qué pasó? Fué un sueño... -Murmuró Mikey tratando de recobrar la compostura.

-¡Te quedaste dormido en mi clase otra vez! Esto es inaceptable Manjiro Sano, ¿Acaso no entiendes la importancia de esta materia a tu edad? -Reprendió la maestra, cruzando los brazos con severidad y ofendida- Ya tienes 14 años, estás en la edad donde saber todo acerca de la sexualidad es crucial y vital, sobre todo para tí que eres doncel-.

-Ssss ¿Sexualidad?-.

Preguntó Manjiro con un notorio sonrojo en sus mejillas. Venía despertando de un sueño muy vergonzoso dónde Izana era el protagonista y se sentía extraño, ¿Es posible que el mundo le estuviera enviando señales para que entendiera lo que estaba sintiendo por su "hermano mayor"?, porque ya llevaba semanas teniendo estos sueños extraños, sintiendo cosas que jamás había sentido pero no era capaz de comprender que era.
Lo único que tenía claro es que no era un sentimiento de amor pues ese sentimiento lo tenía por su novio Kenchin.

-¿Sabes qué? Sal de mi clase ahora mismo-.

Manjiro asintió en silencio, sintiendo las miradas acusatorias de sus compañeros de clase sobre él mientras abandonaba el salón, Draken le susurró que lo vería a la salida en la azotea. Asintió sin decir una palabra, se dirigió a la azotea de la escuela buscando un lugar tranquilo donde reflexionar.
Se sentó en el borde, mirando el paisaje urbano extendido ante él.
La brisa soplaba suavemente, pero la tormenta en su mente estaba lejos de calmarse. Se preguntaba por qué se sentía tan atraído hacia su hermano mayor adoptivo. La complicidad entre ellos era innegable, pero Manjiro no podía evitar sentirse culpable.

-¿Por qué me siento así? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en él de esa manera? -Se cuestionó en silencio, suspirando profundamente-.

Mientras se sumía en sus pensamientos, Manjiro recordó la relación que tenía con Draken, su mejor amigo y novio. La idea de serle infiel le pesaba en el corazón. Se sentía atrapado entre dos mundos, incapaz de comprender completamente sus propios sentimientos, sumando las nuevas sensaciones que aparecían cada vez que estaba cerca de Izana, cuando este lo tocaba o lo miraba fijamente como si quisiera dominar su alma. Todo lo que se producía entre él y su "hermano" le provocaban una corriente eléctrica que nunca había experimentado.

-¿Qué mierda es esto? ... Quizás sí debí prestar atención en clase-.

-¿Te están pasando la materia de educación sexual no es así?

El rubio se puso en pie y cuando volteó encontró a Izana parado frente a él sonriéndole con esa mirada coqueta que le había comenzado a dedicar hace un tiempo.
Ni él mismo Mikey era capaz de comprender a su hermano adoptivo porque él siempre le hizo ver que lo detestaba, que no lo quería cerca y que era una molestia. Pero aún así siempre intentó ganarse su cariño, quizás finalmente todo eso estaba dando resultado pero no era claramente lo que esperaba.

-Hermano... ¿Te escapaste de clases? -Preguntó Manjiro-.

-No, mi maestro de educación física se fue en mitad de la clase porque su esposa está por tener a su bebé... viejo zorro, ya es el quinto-.