Verónica Parker:
Me retoqué el labial mientras me miraba atentamente en el espejo retrovisor del auto recordando las palabras del coronel:
-Teniente Rivero confío plenamente en usted para esta misión- sacó una carpeta y la abrí cuando me la dió.
-¿Verónica Parker? más conocida como "La China"-lo miré levantando las cejas confundida.-No le mentire, la misión es tan peligrosa como importante, y no hay nadie tan capacitada como usted para esto- yo seguía confundida y sin entender nada, esto me olía a peligro y me encantaba.
-tiene que involucrarse con El Jefe, acerse pasar por una narcotraficante también para sacarle toda la información posible para llevar a cabo su captura, podría durar meses incluso años está misión, por eso la dejo en sus confiables manos.
Mañana mismo tendrá que verlo, con la sutil excusa de nuevas ventas de mercancía. Recuerde que usted ante el es una de las narcotraficantes más importantes a nivel mundial. Es hora de empezar con su nuevo papel, señorita Parker.
Luego recordé las palabras de mi hermano que me hicieron agarrar más fuerza.
Beth, eres la mujer más fuerte e inteligente que conozco.Te amo
Dejé de arreglarme el labial para acomodar mi cabello de forma que el micrófono oculto en mi oído no fuese visible. Debajo de mi vestido nocturno tipo sirena con mangas cruzadas y pierna descubierta, ocultaba mi arma que aunque no la pensaba usar, era por mi propia seguridad.
-Señorita Parker, tenga cuidado, recuerde que trata con unos delincuentes peligrosos- dijo el Coronel a traves del micrófono. Recordé El miedo que se había apoderado de Matteo cuando se había enterado, no quería por ningún motivo dejarme ir a algo tan peligroso y que me podía costar la vida, Sheyla también tenía miedo pero confiaba en mi y la emoción la superaba. Habían empezado a llamarme con mi nuevo nombre, suponía un gran peligro decirme "Teniente Rivero" todo el plan se caería y tanto esfuerzo sería en vano. Me baje del auto permitiendo que uno de los trajeados lo parqueara en el estacionamiento.
Caminé elegantemente hacia la puerta, con esa aura segura y determinada que me caracterizaba tanto. Los porteros se me atravesaron impidiéndome seguir el paso. Me miraban con lujuria de arriba hacia abajo, el objetivo era llamar la atención con mis marcadas curvas.
-¿Quién es semejante dama?- vaciló uno.
-Seguro es otra de las diosas del paraíso que tiene el patrón- me crucé de brazos con asco mirándolos fijamente.
-¿Les gusta su cara?- se miraron confundidos
- Pues que pereza tener que volarles la cabeza, si su patrón se entera de que alguno se ha sobrepasado conmigo....- creé la intriga para continuar.
- no quisieran imaginar al infierno al que se someterian.-¿Y quien es usted?- me reí de medio lado con malicia posando nuevamente mi mirada en ellos.
-Yo soy Verónica- no tardaron en reconocer mi nombre- Verónica Parker-
lo dejé bien en claro y agacharon la cabeza apartándose de mi camino. Di unos pasos quedando entre ellos y saltee las miradas notando el miedo en sus oscuras expresiones. Seguí de largo entrando en ese nuevo reino que me tocaba conquistar.
Después de ellos mandar la orden, abrieron las puertas y entre muy segura de mi misma. Todas las miradas tan indiscretas cayeron sobre mi pero no me importó en absoluto y seguí caminando. Me senté en uno de esos inmensos sillones rojos y un camarero con sus copas de Champán se acercó ofreciéndome una, la tome y me crucé de piernas mientras que miraba a mi alrededor. Algunas mujeres con poca ropa se paseaban por ahí sentándose y
cuchicheando con los narcos que estaban por allí.Habían muchas personas que se veía a la legua que eran muy importantes y tenían sus ojos sobre mi.
-Un chico se acercará a ti ahora, lo mando el Jefe- me dijeron a través del micrófono- está de nuestro lado.-
Efectivamente, unos minutos después, un chico trajeado se acercó y me susurró al oido que lo siguiera, y lo hice. Me llevó a una habitación al final de un pasillo y la abrió para que yo pudiese entrar.
-Cuidado- me dijo el chico bajito y entré aún con la copa en mi mano.
-¿Me mandó a llamar?- me senté cruzando mis piernas jugando con los labios y la boca de la copa. Estaba sentado de espaldas a mi y se volteo en cuanto me escuchó.
-Si- dijo una voz sexy y ronca, al voltearse me quedé perpleja, nunca había visto algo igual, era inexplicable, ahora entiendo el significado de perfección, su pelo castaño oscuro, unos ojos claro y esa barba perfecta, ya lo había visto antes en fotos pues es nuestro principal objetivo pero en persona es algo muy diferente en cuanto al físico. Llevaba una camisa blanca con los primeros botones desabrochados y las mangas subidas, se podia observar algunos tatuajes, en cuestiones de segundos me temblaron las piernas pero recordé mi misión y volví en sí.
-Señorita Parker, es un honor tenerla aquí, eh escuchado mucho sobre usted-
tenía sus manos entrelazadas y su expresión fría y sin sentimientos no me decía nada, en su cara tenía una sonrisa socarrona y pícara mientras me vacilaba sin discreción.
-El honor es mío- le dije después de darle un sorbo a la copa.
-Es curioso, es la primera vez que hago un trato que involucre drogas con una mujer, especialmente una dama como usted- me miró de arriba a abajo y yo solo mantenía mi expresión sería y desinteresada.
-Señor Beltrán, soy una persona importante y con mucho poder, si uniéramos nuestras fuerzas crearíamos un imperio indestructible.- le sonreí y a él le pareció gracioso mis palabras.
-Es usted muy interesante, señorita- se echó hacia delante apoyándose en la mesa para mirarme mejor.
-No estoy jugando Señor Beltrán, le aseguro que si me da la oportunidad de que trabajemos juntos, no se arrepentirá- este se puso de pie y me ofreció su mano para que yo hiciera lo mismo.
-¿Damos un paseo? le quiero presentar a unos colegas- me sonrió y dejé la copa en la mesa para seguirlo y salimos al salón principal.
El se paro en medio de la sala ganándose la atención de todos, yo estaba unos pasos detrás de él.
- Damas y caballeros, amigos...y hermosas señoritas- le guiñó el ojo a algunas perversamente.
- la noche de hoy tengo el grandísimo honor de presentarles a la Señorita Verónica Parker, la China, un tesoro en persona- me tomó del brazo guiándome a su lado.
Llamó un mesero que nos brindó dos copas, me ofreció una y la levantó para hacer un brindis
- Hoy empezaremos, como diría la señorita Parker, un nuevo imperio-
se rió y todos nos miraban con atención y en ese momento atrevidamente lo interrumpí para hablar.
-Nadie mejor que el Jefe para iniciar una nueva era, mis hombres trabajan en la creación de una nueva merca, y el negocio empezará por este hombre: Victor Beltrán-
el levantó la copa hacia mi sonriendo de medio lado y se acercó para agarrarme de la cintura y acercarme más a el. -Pues salud- Dijo con entuciasmo.
-Salud- repetí sonriendo.Todos aplaudieron sonriendo y levantaron sus copas para cerrar el brindis.
-Si quiere cerramos el negocio en mi habitación- levante las cejas mirándolo y sonriendo para retarlo.
-Le recuerdo señor Beltrán que estoy aquí por negocios, pero si quiere satisfacer deseos le puedo recomendar uno de los mejores burdeles que conozco- reímos a carcajadas
-Nunca pensé que una mujer me respondiera de tal manera- Me dijo sonriendo picaramente
-Mi querido Victor, te explico- me acerqué más para susurrarle al oido.
-No soy cualquier mujer-.Me miró fijamente y se mordió el labio inferior de manera perversa.
-Pues eso espero- dijo hablándome casi en el cuello.
Lo miré sexy y me aleje de él después de levantar la copa en su nombre y caminé lejos para alejarme de ese delincuente.
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Tratos con el Jefe
RandomElizabeth Rivero es una agente de la D.E.A que tiene como objetivo capturar a los más peligrosos narcotraficantes del país. Tras cambiar su identidad a Verónica Parker se involucra con el más grande jefe de todos los narcos: El Jefe. Su misión se vu...