Verónica Parker:
El verdadero motivo de mi disposición para preparar aquella ridícula fiesta era para saber cada movimiento, y cada paso que podían dar aquellos delincuentes, se que esta noche estaran aqui los narcotraficantemas buscados del país quizas a nivel mundial. Elegí meticulosamente cada decoración y cada platillo que se estaría sirviendo con el catering. Algunos empleados aún desfilaban por los pasillos de la ascienda moviendo muebles y acomodando algunas de las cosas que yo misma elegí.
-Ponlo allí- le ordené a uno de los empleados que cargaba unos candelabros que planeaba usar para iluminar la habitación.
-Señorita, el patrón la requiere en su habitación, creo que ya debería prepararse, algunos invitados ya confirmaron que vienen en camino- miré con algo de tristeza a la jovencita de unos 17 años frente a mi.
No le respondí porque apenas me dio tiempo, se dio la media vuelta y continuo con sus pesadas obligaciones.En ese momento me sentí mal por ella, y por todos los chicos que esos hijos de puta habían estado usando para sus juegos sucios.
Malhumorada subí las escaleras rumbo a esa habitación en la que aún no había entrado. Toque la puerta no tan suavemente y espere impaciente a que ese idiota de Victor saliese de ahí.-Verónica- dijo cerrando la puerta detrás de si, ¿que tanto ocultaba?.
-Lo que quieras decirme puedes ir tú mismo a decirlo, no tienes que mandar a cada 5 minutos un empleado distinto.- Le reproché y por un momento olvidé que tenía que mantener mi boca cerrada.
-No tendré en cuenta tu forma de hablarme, porque supongo que estarás estresada por todo esto...tan repentino- me dijo y parecía bastante serio, siempre lo veía juguetón y con ese aire perverso, pero hoy estaba horriblemente serio, y yo pésimamente de mal humor.
-Y bien ¿para que me llamaste?- cambie estratégicame de tema pero manteniendo mi pose segura y determinada.
-Viene en camino mi estilista personal, ella misma tomará nuestras medidas y elegirá nuestros trajes.- sonreí.
-Ya estoy bien grande para que me anden eligiendo la ropa, y ya tengo que ponerme- su expresión se endureció.
-No es una sugerencia, es una orden- dijo firmemente y di un paso en su dirección.
-¿Cuando pasé de ser tu socia a ser tu empleada que cumple todos tus caprichos? te has vuelto loco- la burla en mi voz lo hizo enojar y se acercó más a mi tensando la mandíbula.
-¿Por qué eres tan contestona?- me rugio enojado pero fue casi en un susurro.
-Es mi manera de ser Victor, si no te gusta, apáñatelas.- abrió la boca para responderme, pero lo corté.- te aseguro que no necesitarás de una estilista para que esta noche tu pequeño amigo vuelva a estar duro por mi causa. - y sin esperar respuestas me di la vuelta caminado a mi habitación.
Apenas entré, el estómago se me hizo un ovillo, era la primera vez que le levantaba la voz y que le negaba directamente una orden. Se sentía jodidamente bien, pero conociéndolo sabía que no se quedaría de brazos cruzados.
Marqué el número del Coronel luego de asegurarme que estaba a salvo allí.
-Teniente, ¿está bien?- preguntó en cuanto descolgó.-Perfectamente, tengo todo bajo control.- Le aseguré. -Conseguimos lo que queríamos con la nueva mercancía, y ahora todos van a venir a la inauguración de este negocio.
-Perfecto Teniente, cada vez más nos acercamos a nuestro objetivo, aunque aún no sabemos qué planean exactamente.- asentí analizando sus palabras.
-Esta noche averiguaré que se traen entre manos, y no tengo un buen presentimiento, algo bueno...no planean- le respondí. -¿Sheyla y Matteo están bien?- le pregunte.
ESTÁS LEYENDO
Tratos con el Jefe
RandomElizabeth Rivero es una agente de la D.E.A que tiene como objetivo capturar a los más peligrosos narcotraficantes del país. Tras cambiar su identidad a Verónica Parker se involucra con el más grande jefe de todos los narcos: El Jefe. Su misión se vu...