Elizabeth Rivero:
-Teniente Rivero, cuidado- Un policía me alertó sosteniéndome del brazo. Seguí corriendo hasta detenerme detrás de una de las columnas de la bodega vieja y abandonada. Parecía perfectamente que tenían todo planeado, como si supiesen todas las rutas de estas malditas calles.
-Teniente Sánchez, dile a los agentes que van contigo que rodeen la bodega por la parte de afuera- Le dije a través de el Walkie-talkie -Repito, que rodeen la bodega.-Teniente, los hombres ya rodearon la zona, están esperando sus órdenes para entrar y atrapar al fugitivo- Sin responder a la respuesta de Matteo me guardé el Walkie-talkie en la parte de atrás del cinturón para sacar la pistola. Lentamente caminé por detrás de las columnas sin bajar la guardia, cuando todo estaba lo suficientemente despejado le mandé otro mensaje a Matteo.
- Pueden entrar- le dije y volví a mi posición, el narco me tomó por sorpresa y me agarró por detrás con su antebrazo derecho impidiendome respirar y logrando que se me cayera el arma. Me puso con su otra mano el arma en la cabeza presionándola suave pero decisivamente, lo que me hizo entender que era surdo o que posiblemente estuviese en una posición incómoda, lo que me permitía defenderme fácilmente.
-Si te mueves, disparo- susurró con voz entrecortada pero presionado firmemente el arma. Me di cuenta de que la posición era incómoda para el y me dio una venntaja -¡Salgan todos hijos de perra, sino bajan las armas...le dispararé a su querida jefecita!- gritó con voz de mando pero melosa en las últimas palabras. Salieron todos de sus puestos y apenas vi a Matteo le hice una seña con los ojos que entendió a la primera. Me agaché estirando la pierna izquierda usando todo mi equilibrio y fuerza para lanzarlo hacia delante.
Su arma se le cayó de las manos y aprobeché para lanzarla lejos con el pie. Lo voltee en el piso y le puse las esposas que llevaba en mi cinturón.
Mientras que Matteo y otros agentes lo incaron ante mi, lo apunté con mi arma en su cabeza y dije: -Te pudrirás en la cárcel mal nacido-los policías se lo llevaron junto con sus hombres, aprobeché para acercarme a uno de los agentes.
-Teniente mis respetos, lo hizo perfecto- me dijo sonriendo, asentí lentamente la cabeza con agradecimiento.
-Has visto a la teniente López?- le pregunté pero negó con la cabeza y le di permiso de irse.
Matteo se acercó a mi por detrás intentando sorprenderme, pero ni me moví.
-¿En que piensas?.
-Nada en concreto, has visto a Sheyla?- también negó y camine hacia afuera sacando mi teléfono, la llame varias veces pero no contestaba las llamadas. Arranqué en mi moto luego de ponerme el casco siguiendo a las patrullas que se habían ido hacía unos minutos.
Cuando llegué a la Unidad todos me recibieron con una gran sorpresa principalmente Sheyla que se acercaba a mi con unas cervezas - Al fin lo lograste atrapaste al último- dijo ella con una sonrisa ilusionada tendiéndome una copa
-Yo sola no, todos lo hicimos, y al contrario, este solamente era el último de los más pequeños- brindamos y fuimos a celebrar con ellos divirtiéndonos toda la noche.
Pasaron unas horas y ya todo el equipo estaban practicamente ebrios exepcto Sheyla,Matteo y yo que convérsabamos animadamente sobre lo ocurrido.
Al cabo de unas horas me despido y me marcho a casa, solo pienso en llegar, abrazar a mi hermano, darme una ducha y echarme en la cama, mañana será un largo día.
Al día siguiente a primera hora El coronel Alveladez se acercó a nosotros, -Buen trabajo chicos, Teniente Rivero la necesito en mi despacho ahora- Compartí miradas con mis dos colegas algo intrigada y luego lo seguí.
Cuando entré a su despacho todavía me sentía algo abrumada por su reciente llamado y me senté frente a el en su escritorio esperando pacientemente a que me dijera para lo que me había llamado.
-Teniente usted ha echo un muy buen trabajo desde que se incorporó a la Unidad, y la mandé a llamar porque le tengo una nueva misión. Ayer mientras ustedes celebraban, El Capitán Manrrique y yo estuvimos interrogando a José Aguilar alias "El Topo",no pudo recistirse y confesó todo a cambio de una rebaja de pena considerable, ya sabemos como proceder y usted es la herramienta principal para atrapar a Victor Beltrán alias "EL JEFE". Tenemos las rutas, incluso su paradero actual y para llegar a él necesito que usted eschuche atentamente lo que le diré a continuación.
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Tratos con el Jefe
CasualeElizabeth Rivero es una agente de la D.E.A que tiene como objetivo capturar a los más peligrosos narcotraficantes del país. Tras cambiar su identidad a Verónica Parker se involucra con el más grande jefe de todos los narcos: El Jefe. Su misión se vu...