╰┈➤ CAPITOLIO.
JUEGOS DEL 74.
DESFILE DE TRIBUTOS.𝗖𝗔𝗠𝗘𝗟𝗟𝗜𝗔 mantenía los ojos cerrados mientras su maquilladora daba golpecitos de esponja contra su rostro. Su seño estaba fruncido pensando en que nuevamente sería el espectáculo que tanto desea Snow, aunque claro siempre terminará diciendo en entrevistas lo mediocre que había sido su actuación.
La brocha que aplicaba sombra sobre sus ojos le hizo cosquillas haciendo que suelte una pequeña risa que si maquillados siguió. Pasó de pintar sus labios a comenzar a cepillar su cabello con suavidad, la delicadeza con la que la trataba la tranquilizaba, odiaría que otra persona la arreglara. Siempre que reemplazarban a Lila ella le hacia la vida imposible al remplazo, simplemente no se sentía cómoda.
— Listo querida, puedes abrir los ojos — con esto la castaña hizo lo indicado, al ver su reflejo pensó que era otra persona a la que estaba viendo porque ella jamas se arreglaría de esa manera.
No iba a culpar a Lila, de todos modos siempre le daban las mismas instrucciones de maquillaje. Comos siempre su incomodidad volvió y sintió su corazón acelerarse al escuchar como tocaban la puerta dándole la señal de que era su momento de salir.
Miró por última vez a la persona en el espejo y suspiró, se levantó del asiento con el cuerpo tembloroso, o así lo sentía ella.
— Lo harás genial, como siempre — la de flequillo levantó dos pulgares en su dirección, Camellia le sonrió.
Al salir de camarín las voces del público atravesaron sus oídos, tomó su guitarra apoyada a un lado de la puerta y caminó hacia el escenario respirando lentamente. Apenas la luz del sol la cegó en su rostro apareció una gran sonrisa y comenzó a saludar a la gente que gritaban emocionados al verla.
Todos los años era lo mismo, ella era quien abría el desfile de los tributos, comenzaba con una canción antes de que salgan y luego canta mientras los tributos hacen presencia.
Se acercó al micrófono con la guitarra en sus brazos lista para comenzar este evento tan desagradable.
— Hola a todos! — saludó con una felicidad que ni ella misma se creía pero al escuchar los gritos y aplausos supo que los demás caían en estos actos tan mediocres.
— nuevamente tenemos la increíble presentación de nuestra vencedora favorita! — anunció Cesar, el animador de los juegos del hambre — Camellia Gray nos deleita una vez más con su hermosa voz, no por nada la llaman sirena — Comenzó a reír de una manera demasiado exagerada mientras terminaba la primera canción.
— Demosle paso a los tributos de este año! — Anunció la cantante para comenzar con una canción más calmada. Eran canciones aburridas y sin sentimiento, pero tenía que cumplir las exigencias que Snow le daba.
La letra era aburrida, la melodía era aburrida, era la misma canción todos los años y la tenía harta.
En medio de su delirio observó a los tributos de este año sin dejar de cantar, sus ojos se abrieron de par en par al ver como salían llamas de una pareja de tributos, sonrió al ver que porfin habría algo de emoción este año.
Pero sus ojos se toparon con los del chico y pensó, en esos cortos segundos, que se había quedado paralizada, pensó que había dejado de cantar. Para su suerte no fue así, sino que siguió cantando sin quitar sus ojos del carruaje del distrito doce.
Al terminar la canción todos los tributos ya habían pasado, su corazón no podía relajarse, parecía latir a mil por hora, sus mejillas estaban sonrojadas y salió del escenario frunciendo el ceño.
No podía creer que porfin le había pasado, luego de 16 años sin sentir atracción por nadie, ni hombre ni mujer, luego de haberse resignado a que nunca le pasaría algo así, por fin sucedió.
Y eso la asustaba demasiado como para poder enfrentarlo.
Se rió de si misma, como si esa realmente fuera su prioridad en este momento.
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