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Millie.

Me había quedado dormida, nada me hubiera despertado debido a que la casa es muy silenciosa. Pero desperté porque escuche abrirse el cancel de la entrada, me asuste porque no me lo espere y me levante de la cama. Me dio cierto escalofrío el pasillo hacia las escaleras pero lo pasé rápido, al bajar las escaleras enseguida apareció en la puerta Ingrid y una mujer con lentes y castaña, no tiene nada que resalte tanto cómo eso.

Querida, perdón yo....— Ingrid

—Me dejaste más de tres horas aquí sola.— Millie

—Lo siento, tenía varias cosas que hacer. Y resulta que al invitar a mi mejor amiga Alejandra, resulta que hubo un problema con su habitación de hotel así que al haber tantos cuartos de sobra, la invite a quedarse.— Ingrid

—Hola, mucho gusto.— Alejandra

—Hola... Bueno, esta bien, creo que será mejor irme a dormir.— Millie

—Claro que no, ven, vamos a cenar. Traje comida típica de aquí, te va a encantar.— Ingrid

(...)

La cena no fue para nada interesante. Ellas aveces estuvieron hablando en español y luego decían cosas en inglés para hacer conversación conmigo aunque eso no estaba funcionando del todo. Respecto a la comida, si me gustó, pero creo que la hubiera pasado mejor con la familia de Ingrid y no aquí en la casa más grande y terrorífica a la que he entrado.

¿Ustedes no sienten algún tipo de mala vibra en la casa?.— Millie

Ingrid rio, de cierto modo ignorando lo que dije.

Eso me recuerda a las historias de terror que nos contábamos entre mis primos. A ti te conté algunas, ¿recuerdas Alejandra?.— Ingrid

Y después de que Ingrid dijo eso, ellas dos siguieron con la platica. Así que a menos de cinco minutos, yo me fui de esa mesa con la excusa de estar cansada. Al llegar a la habitación y ver que no tenía nada interesante que hacer, pensé en hablarle a Jean, pero el hace una semana me dijo que estaría disfrutando al máximo su tiempo cómo turista, así que no lo quise molestar. Hemos estado hablando muy poco debido a que ambos debemos de tomar nuestro espacio.
Luego pensé en Sadie, en que podría llamarle así que no lo dude tanto y presione el botón de llamar, se quedó unos segundos sonando y luego contestó.

*llamada*

—¿Hola? Millie que
sorpresa que me llames
¿Cómo estás?.— Sadie

—Hola, la verdad a mi también me sorprende, es que casi nunca hacemos llamadas y se me ocurrió que podría
ser buena idea. ¿No estas ocupada?.— Millie

Escuche que cerro una puerta y luego contestó.

No, no tengo nada
que hacer.— Sadie

—Bueno... Ah y respecto a la pregunta, yo estoy bien ¿qué tal tú?.— Millie

—También lo estoy,
ya sabes, lo de siempre.— Sadie

—¿Qué tal el antro? no debo ser la única emocionada con eso. Estoy segura que estas haciendo un excelente trabajo.— Milie

Fue extraño pero pude hasta imaginar su sonrisa al otro lado del celular.

—Gracias... Y todo va
muy bien, de hecho. No falta
mucho para poder abrirlo,
buscaré empleados y en cuanto
ya tenga algunos, lo abriré.— Sadie

Mi Vida Entera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora