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En la tranquila noche, mis pensamientos resonaban fuertemente en el silencio. Quizás la atmósfera tensa o la necesidad de refugiarme en casa hacían que el estruendo mental fuera inesperadamente intenso. Evitar a Jenna se volvía tan incómodo como intrigante. Mis emociones danzaban en la penumbra, sin saber si era el rencor o la indiferencia que se apoderaba de mí.

En medio de esa quietud, me debatía sobre el papel que debía asumir en este encuentro. ¿Debería ser yo quien rompiera el silencio primero? Una voz interior insistía en enfrentarla, pero intuía que su visita confirmaría dolorosamente que el amor que compartimos ya no habitaba en su corazón, o eso creía yo.

Jenna: Yo... -fue interrumpida-

T/n: Es irónico que estés aquí frente a mí para decirme que ya no quieres ser mi novia ni amiga. Solo se necesitaba un mensaje, Jenna. -Ella intentó hablar, pero decidí continuar- ¿Tan complicado era tomar tu teléfono y expresar eso con unas pocas palabras? Me habría resultado más sencillo. Esperar fue una tortura mayor que lidiar con mis propios problemas de ansiedad.

Jenna: Mi trabajo es abrumador, me consume todo el tiempo y regreso tan estresada que apenas puedo tomar mi teléfono... -fue interrumpida nuevamente-

T/n: ¡Vaya! ¿De verdad estás dando excusas? Pensé que venías a decirme que ya no sentías amor por mí y punto.

No sabía si era una excusa o simplemente me estaba dando una explicación por dejar de hablarme. Aunque, honestamente, me pareció una excusa bastante insustancial. En mi mente, reflexionaba sobre cómo Emma solía hablarme casi a diario, interesándose en mí y compartiendo sus proyectos. La ironía me golpeaba al notar que, casualmente, sí pudo enviarme mensajes.

Jenna: Vine para disculparme, para tratar de enmendar mi error. -Hablaba con la voz entrecortada, y parecía que las lágrimas amenazaban salir de sus ojos.-

T/n camina hasta su puerta y la abre. Antes de entrar, gira su mirada para encontrarse con Jenna.

T/n: Antes de despedirme, creo que debería agradecerte.

Jenna: ¿Agradecerme? -mira a T/n, con lágrimas recorriendo sus mejillas. Sabía que este momento llegaría al venir y había pensado que sería lo suficientemente fuerte para enfrentarlo-

T/n: Gracias a ti, he experimentado una mejora significativa. Ahora puedo pasear por las calles sin sentirme atrapado, y mi nivel de ansiedad ha disminuido considerablemente. Es algo que valoro y agradezco, Jenna. -Comenta mientras cierra la puerta sin necesidad de despedirse de ella-

Jenna, aún con lágrimas, permanecía allí parada, lamentándose por su error. Había decidido distanciarse de T/n bajo la creencia de que ya no sentía nada por él. Pensó que dar prioridad a sus futuros proyectos y aprovechar su tiempo libre para estar con su familia era lo más acertado. Con resignación, se vio obligada a dar media vuelta y dirigirse hacia un hotel, consciente de que lo que estaba viviendo ya se veía venir.

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T/n llegaba a Los Ángeles, habiendo aceptado la invitación de Emma para encontrarse con sus amigos. A pesar de la insistencia de la rubia en pagar su vuelo, T/n se negó cortésmente, afirmando que podía costearlo.

Al llegar, no dudó en informarle a Emma que ya había llegado y se dirigía a un hotel. La rubia, al leer el mensaje, decidió llamar a T/n.

Emma: ¿Un hotel? -preguntó la rubia con un toque de broma y un leve tono de desaprobación-

T/n: Sí, ¿Dónde esperabas que durmiera, en tu casa? -se notaba un toque de sarcasmo en su tono-

Emma: Pues sí. -T/n no respondió de inmediato, ya que creía que era una broma-

Entre Cafés y Corazones - Jenna ortega x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora