ゞpov. Eunmin
No sabía exactamente que ponerme para el ensayo, me levanté a las 5:30 de la madrugada para poder prepararme con tiempo, me realicé un tratamiento en el cabello ya que estaba muy opaco, me puse un poco de máscara para pestañas para disimular el cansancio de mis ojos que se veían a kilómetros de distancia y ahora quedaba la ropa, la parte más difícil.
- ¿Por qué es tan complicado? - solté un bostezo y agarré una bermuda deportiva rosa clarito, era de mí primo Woon que me prestó una vez para dormir ya que no conseguía un pijama de mí talla.
Luego saqué una camiseta ancha negra, me puse unas medias blancas que llegaban hasta por arriba de los tobillos junto a unas zapatillas del mismo color que la prenda superior.
Con respecto al peinado, me hice una media colita, ya que el largo de mi cabello llegaba por arriba de los hombros, saqué unos pequeños mechones del centro de mi frente para que caigan sobre los costados de mi rostro y me dirigí a buscar una pequeña mochila para guardar una botella de jugo de algas, algo para comer y una gorra para tapar un poco mí rostro.
Salí del castillo con pereza y fui al lugar de los ensayos, estaba a unos pocos metros al norte del centro de la ciudad. Noté que mucha gente entra a trabajar a estas horas, ¿cómo resisten? yo no aguantaría levantarme todos los días a tan temprana hora.
En el camino comí una ensalada de zanahoria, lechuga y queso, totalmente deliciosa y liviana para que no me caiga mal al estómago, nunca desayuno en mi vida, y durante un año mi récord no supera las tres veces.
- ¡Señorita Eunmin! - me dí la vuelta al reconocer aquella voz masculina, venía tan rápido que no entendía cómo llegaban a tal velocidad que podían alcanzar los guardias reales.
- Sunoo-yah - dije en respuesta a su avistamiento.
- Oh, por favor, solo Sunoo - sonrió haciéndome sentir ternura, se ve que es algo natural en él.
- Y-Y a mí dime Eunmin, solo sé formal en frente de algún otro noble - sonreí levemente de costado para transmitirle un poco de confianza.
- Intentaré, me cuesta un poco dirigirme de manera informal a alguien de rango alto - rascó su nuca permaneciendo su sonrisa.
- Ignora el hecho de que soy parte de la realeza, no soy la gran cosa, es más, de seguro tenemos la misma edad -
- ¿Tú crees? tengo 23 años - aunque con su rostro angelical al sonreír lo hacía aparentar como un niño de diez años, tenía la perspectiva de ello.
- Tengo 22 años, en dos meses cumpliré los 23 -
- Ya veo, de todas formas, si usted... - hizo una breve pausa al decir la última palabra y miró hacia un costado - si tu quieres que nos tratemos informalmente, con gusto aceptaré - mi pequeña sonrisa se mantuvo ante su esfuerzo al como dirigirse hacia mí, asentí estando de acuerdo con lo que dijo.
Retomamos el paso hacia el lugar de los ensayos; al llegar, era un escenario rodeado de arbustos, los caballitos de mar hacían diferentes siluetas haciendo lucir sus numerosos colores. Me coloqué la gorra y dejamos nuestras mochilas en un costado de la estructura donde presentaríamos la danza tradicional.
﹏
Después de tres horas de ensayo, puedo admitir que estuvo bien para ser la primera vez participando en esto y bailando en frente de otras personas, tuve muchos errores, tanto que me sentí avergonzada, pero todos me brindaron ánimos para seguir, pensé que iban a verme mal ante tantas fallas.
Por suerte los trucos no fueron practicados aún, primero fuimos con los pasos más sencillos, colocación de ubicaciones junto a sus traslados durante la canción.
Dentro de todo estuvo entretenido.
Sunoo me acompañaba al castillo, aunque intenté impedirlo, se justificó con que era un guardia real y no podía ignorar la posibilidad de realizar su trabajo. Noté que tiene un gran aprecio a ello.
- ¿Hace cuánto que trabajas en el castillo? - pregunté para romper el incómodo silencio presente en el ambiente.
- Hace 6 meses, mi hermano renunció ya que buscaba otro tipo de vida y yo justo había terminado mi entrenamiento para ocupar su puesto - contó con una sonrisa de orgullo.
- ¿No te aburre estar parado y dando vueltas al castillo? -
- La verdad que no, siempre hay algo para hacer diferente, por más que no sea la gran cosa - acomodó su mochila en su hombro derecho mientras contaba aquello - Lo bueno del sistema de protección, es que te pueden cambiar el puesto de vigilancia, ¿recuerdas que nos conocimos mientras vigilaba la frontera? bueno, después me hicieron vigilar los alrededores del castillo, es dinámico y entretenido -
- Noto que te gusta mucho este trabajo - sonreí levemente disimulando mi asombro ante su tono de felicidad mientras relataba, ojalá pudiera hacer lo mismo, lo único que cambió mi vida es que una vez a la semana debo ensayar un baile tradicional para que Sunoo no cuente a mi tío sobre mi accidental violación a la ley.
Mientras aún nadábamos hacia el castillo, solté un leve suspiro de cansancio mientras cerraba mis ojos por un momento, será difícil acostumbrarme a estar despierta a estas horas.
- ¡Cuidado! - gritó el pelinegro, miré hacia mi izquierda abriendo mis ojos con pesadez, pero no había nada, por lo que fruncí el entrecejo de confusión - ¡Del otro lado! - cuando cambié mí vista hacia la derecha, noté unas personas nadando a toda velocidad con sus delfines, no tuve tiempo de reaccionar pero Sunoo fue rápido y tomó mi brazo para así jalarme hacia abajo.
Sin darme cuenta, mí mochila había caído a la arena y podía ver que esas personas estaban volviendo pero a la altura del suelo, no podía permitir que se lleven puesta mi mochila.
- ¡Eunmin! - gritó de nuevo el mayor, pero esta vez lo ignoré y moví mis piernas con la suficiente fuerza para generar una mayor velocidad, agarré mi mochila y sentí un fuerte impacto en mi lado izquierdo, haciendo que me mueva hacia la derecha, logrando no ser chocada por esas personas.
Cuando caí nuevamente en la realidad, Sunoo tomaba mi cintura, generando que me sonroje levemente, pero este me soltó apenas observó que ya no habría peligro.
- Estuvo cerca - dijo en voz baja, pero audible para mis oídos - Tenga más cuidado por favor, aquí tiene - alcanzó mi mochila sin darme cuenta que la había soltado de nuevo accidentalmente.
- Gracias - me brindó nuevamente su tierna sonrisa, aún me costaba creer que en serio me causara aquello.
Al llegar al castillo, nos despedimos con una leve reverencia, mientras subía las escaleras rumbo a mi habitación, noté a mi primo Woon de brazos cruzados.
- Buenos días - dije mientras aún continuaba mi camino, pero me detuve ante su silencio - ¿Pasó algo? -
- ¿Qué haces con ese guardia? - preguntó con seriedad, causando un escalofrío en mi espalda y gire a mirarlo con leve asombro.
- ¿A qué va esa pregunta? -
- ¿Por qué llegaste con él de manera casual? -
- No lo malentiendas, él es el chico que me pidió que sea su pareja en el festival - expliqué con calma.
- ¿Por qué te lo pidió a ti teniendo al resto de Atlantis? - con aquella pregunta caí en cuenta que casi meto la pata, suspiré levemente disimulando frustración.
- Justo nos cruzamos en uno de mis paseos por la ciudad - respondí con tranquilidad y seguí mi camino.
Estuvo tan cerca.
