6-Una Existencia Miserable

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En el año de 1583, en la aldea de Miyamoto, provincia de Mimasaka, nacería un chico conocido como Shinmen Musashi no Kami Fujiwara no Harunobu. Hijo de un samurái y una mujer de buen corazón, lastimosamente su madre moriría durante el parte, dejando al recién nacido bajo el cuidado de su padre, Shinmen Munisai, quien caería en el alcolismo tras la muerte de su esposa.

La infancia del joven Musashi fue un infierno para él, desde los dos años, su padre empezó a golpearlo con los puños cada vez que se emborrachaba, culpándolo de la muerte de su esposa. A los cinco años dejó de usar los puños y empezó a golpearlo con una espada de madera, golpe tras golpe, noche tras noche. 

—¡Tú fuiste un maldito error, niño de mierda! ¡Desearía tanto que no hubieras nacido! —su padre siempre le gritaba lo mismo durante la paliza— ¡¿Qué esperas?! ¡¿Por qué no lloras, maldito mocoso?!

El joven Musashi estaba tumbando en el suelo, recibiendo una y otra vez los golpes de la espada de madera, no quería llorar, no quería darle ese gusto a su padre. Cualquier otro niño hubiera muerto de tantas palizas, pero él no era un niño normal.

A Musashi nunca le gustó pasar mucho tiempo en su casa, por lo que los bosques cercanos a su aldea fueron practicamente su verdadero hogar. A los seis años empezó a explorarlos, a ver a cada uno de los animales que habitaban allí y a las plantas que crecían allí. Aprendió a cazar, aprendió que bayas comer, se volvió un superviviente.

Desde que se adaptó a la vida en el bosque, no volvió a pisar un pie en casa, pero eso no evitó que su padre fuera a buscarlo directamente a ese lugar únicamente para seguir maltratándolo hasta dejarlo en el suelo sangrando y con el cuerpo lleno de moretones. 

Con el tiempo, Musashi desarrolló un terrible odio por su padre. Un día estando en el bosque, tomó una rama de un árbol y la talló con una piedra hasta convertirla en una espada. Esperó pacientemente la llegada de su padre y trató de enfrentarlo, pero debido a la falta de experiencia y técnica, su padre lo derrotó y una vez que lo tiró al suelo lo golpeó una y otra vez.

—¿Piensas que puedes vencerme, trozo de mierda infecta? Eres débil, siempre serás débil —dijo durante los golpes—. Eres un niño asustado, nunca serás alguien fuerte. Al final... te voy a matar.

Después de golpearlo, se fue del bosque de regreso a su casa para beber más sake. Musashi se quedó en el suelo con el rostro ensangrentado y lleno de moretones. El cielo estaba nublado y una fuerte lluvia cayó sobre el bosque y la aldea. En medio de la lluvia, Musashi apretó los puños y empezó a respirar de forma acelerada, un sonido similar a tambores también apareció en medio del bosque.

—¡¡¡NO SOY DÉBIL, NO SOY DÉBIL!!! —gritaba a todo pulmón— ¡¡¡TE MATARÉ, TE VOY A MATAR!!! ¡¡¡SERÉ EL MÁS FUERTE BAJO LOS CIELOS!!!

Tres años después, el padre de Musashi moriría debido a su alcolismo, pero eso no apagó el rencor que tenía el chico, sino que lo incrementó aún más. Musashi siempre quiso matar a su padre, pero ahora ya no podía.

Su tío paterno, quien era un monje budista, decidió hacerse cargo de él, pero el joven nunca supo adaptarse a ese nuevo estilo de vida más... calmado. Pasaba día y noche en el bosque, enfrentando a todo tipo de animales y practicando su combate con espadas de madera que él mismo tallaba, imaginándose una y otra vez a su padre, deseando el poder matarlo. 

Cuatro años depués, a sus trece años, llegaría un samurái a la aldea de Miyamoto. El nombre del samurái era Arima Kigei, quien se paró en el centro del pueblo y tomó una gran cantidad de aire.

VIDAS PARANORMALES 3: LA ESPADA DEL SHINIGAMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora