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𝐇𝐄𝐋𝐀𝐄𝐍𝐀☾ ☾ ☾

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𝐇𝐄𝐋𝐀𝐄𝐍𝐀
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El invierno nunca fue su estación favorita. Los árboles adquirían un aspecto tétrico, los insectos se desvanecían, el viento helado quemaba su rostro, pero aún así, el eterno frío de Invernalia los acogió y le dio un lugar en donde podría estar con sus hijos.

Cregan Stark era demasiado generoso con Helaena y sus hijos, permitiendo que sus hijos varones entrenaran con los hijos de los demás lores incluyendo al pequeño Rickon, dejar que estudiasen con una septa personal, permitirle paseos en el bosque de los dioses. Claro, siempre y cuando estuvieran escoltados por los guardias todo el tiempo. La única ocasión en la que no se encuentran en la misma habitación es a la hora de la anguila, el momento en que los cuatro se van a dormir.

La princesa no se separaba de sus hijos en ningún instante, a pesar de tener atenciones por parte de los sirvientes y algunas comodidades, Helaena no confiaba en dejar a sus hijos solos en un lugar ajeno para ellos. Acompañaba a sus hijos en los entrenamientos, en sus lecciones, sus paseos, incluso insistía en que los cuatro durmieran en el mismo cuarto y en la misma cama. Muchas damas de la corte de Invernalia describían a Helaena como una paranoica. Que miraba a los del Norte como unos salvajes y tal era su pensamiento que pensaba que si dejaba a sus hijos fuera de su vista serían devorados por estos.

Si, tenía miedo. Su sueños le mostraban un fatal destino para ella, sus hijos, su esposo, hermanos y su madre. No lo podía ver con claridad pero lo podía sentir en cada fibra de su cuerpo, aquel escalofrío, aquella inquietud. Cuando estaba presente en la "coronación" de su esposo Aegon, el después conocido El usurpador, tuvo una epifanía que todo perecería; la casa del dragón estaba a nada de llegar a su fin. Ya sea por la gracia y misericordia de los siete, ella y sus hijos terminaron con un destino diferente. Ya no tenía esos sueños que le advertían de un cruel desenlace, pero no podía estar tranquila de eso. Tal vez no sucedió antes, pero podría pasar en cualquier otro momento.

Cuando llegó al Norte sus sueños cambiaron drásticamente. Ya no causaban terror, solo dejaban un rastro de confusión y misterio. A dos semanas de asentarse en Invernalia tuvo un sueño sobre dos dragones volando por el cielo, uno azul pálido y otro verde vibrante, ambos lanzando fuego de sus bocas y de sus llamas salieron 3 dragones bebés.

Otro sueño apareció hace una semana donde miraba a una mujer de vestido negro, reparando con oro las grietas de una vasija roja con dibujos de rosas negras y sus tallos verdes. Su hijo Jaehaerys llegó a preguntarle varias ocasiones sobre lo que significaba las palabras que murmuraba cuando pasaban su tiempo en el bosque de los Antiguos Dioses.

"Por sangre y fuego se fundirá la bestia que una vez la mano verde trato de estrangular"

Ojalá tuviera alguna respuesta para las preguntas de su hijo. Si al menos pudiera entender una fracción de esos sueños, de esas palabras, quizás encontraría tranquilidad el saber lo que se avecina.

El Pacto de Hielo y Fuego || Jacaerys Velaryon & Helaena TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora