𓍼 Capítulo dos

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Actualidad
Romina

Dirijo mi mirada hacia lo que el Martín, mi mejor amigo, miraba: era la Isabella bailando con su pololo.

Yo desde el principio sabía sobre sus sentimientos hacia ella y sabía que igual estaba medio complicado porque la Isabella ha estado con el mino desde que la conocemos.

Tomé más cerveza mientras los seguía mirando, pero para no verme como loca, mi vista se dirigió hacia el Martín, que se notaba medio afectado. El Martín era súper entusiasta con el tema de los carretes, sí fuera por él, carretearía todos los días. Siempre la pasábamos bien con él, siempre estaba alegre, contaba sus chistes y todo, pero desde que la Isabella apareció con el pololo al carrete ha estado medio decaído.

Le puse una mano en el hombro en un intento de confortarlo.

— No puedo más, Romi, estoy tan enamorado de la Isa. Me gusta todo de ella. — suspiró, pero como con melancolía. — nunca antes me había sentido así, ni con la Renata.

La Renata era su ex, ella y el Martín pololearon desde primero a cuarto medio. No terminaron en mala, simplemente ambos querían diferentes cosas para el futuro.

— chucha, entonces de verdad te gusta.

— sí, Romi. Y me duele mucho pensar que quizás las cosas entre nosotros no se den, especialmente porque se nota que esos dos tienen pa' rato, sí tienen la relación más sana y estable que he visto en mi vida. — me miro con los ojos abiertos cuando dijo lo último. — o seaaa, no es que crea que tú y el Andrés no tienen una relación así...

— Ya ya, sí cacho. — asentí y lo observé con atención, se nota que tenía mucho que decir sobre el tema.

— la Isabella es la mina más preciosa, inteligente, buena onda, carismática, simpática, ¿cachai? — el Martín se quedó pensando unos segundos. — es como, una lucecita en la oscuridad... y yo ni siquiera sé sí soy buena persona.

Se me hizo imposible no sonreír al ver como mi amigo describía a la rubia. — Obvio que erí buena persona, nunca dudes eso, Martíncito.

— ¿Tú creí que algún día la Isabella y yo podamos ser algo?

Lo pensé por unos segundos. — Pucha, es que igual es difícil. De que los veo juntos, sí, harían bonita pareja. Pero se ve imposible por ahora porque la Isa está feliz con su pololo, y no creo que terminen pronto.

Mi amigo se quedó en silencio mientras miraba un punto fijo. Me asusté un poco, no quería herir sus sentimientos, especialmente sabiendo que soy la única en el grupo que sabe sobre lo que siente sobre la Isabella.

— Bueno, no es malo tampoco. Quizás ella y yo estamos destinados a ser amigos no más. — se encogió de hombros y tomó de la huea que tenía en el vaso.

— Pero no te sientas mal, ¿bueno? En cualquier momento llega la indicada, y quizás con ella sientas más cosas que con la Isabella. — le hice nanai en la espalda.

Ambos nos quedamos en silencio, ni tan silencio porque la música del carrete estaba a todo volumen, pero ninguna palabra fue pronunciada por nosotros por un largo rato.

¿Y si no te dejo de pensar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora