𓍼 Capítulo cinco

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Mariel

Saqué los ingredientes que necesitaba del refrigerador y me hice una cola en el pelo. Había decidido sacar mis dotes culinarios y hacer una "galleta en taza" que había encontrado en tiktok.

Y aprovechando que teníamos todos los ingredientes, y estaba aburrida, no me iba a negar a hacerlo.

— ¿qué vas a hacer al final? — pregunta mi mamá entrando a la cocina.

— una galleta, rica me va a quedar. — saqué una taza del mueble.

— sí, claro. — me respondió y se sentó en una silla. — te voy a vigilar en caso de que se queme algo.

Rodé los ojos juguetonamente — que poca fé me tienes, nada se va a quemar.

Empecé echando las dos cucharadas de mantequilla y las puse altiro por un minuto en el microondas. La Valeria entró a la cocina.

— ¿qué hacen? — preguntó sentándose al lado de mi mami.

— la Mariel se las está dando de chef y hará una galleta en taza, yo la estoy vigilando.

— uy, que rico, ¿pero no te va a quedar crudo o algo?

Me di vuelta para mirarlas y coloque mi mano en mi cadera. — que no, es imposible.

Cuando por fin el microondas terminó, la mantequilla ya estaba derretida. Seguí con los pasos; ahora se le echaba dos cucharadas de azúcar.

O sea, era una de azúcar blanca y otra de azúcar morena. Pero no teníamos presupuesto para azúcar morena, así que me salté ese ingrediente, upsi.

Y mientras yo estaba concentrada en hacer mi rica galleta, la Vale y mi mamá conversaban.

— ¿como te fue en la prueba de matemática?

— cómo la corneta.

Me reí silenciosamente mientras echaba la leche y después lo empezaba a mezclar.

— Ay, Valeria. — mi mamá trató de decir en un tono molesto.

— ¡pero sí es verdad! Tengo cero fé en mi misma, yo creo que me saqué un tres.

Por mi parte, empecé a echar la harina a la mezcla. — ni eso, yo creo que un 1.5 porque te pusiste a estudiar ayer a última hora.

La Vale suspiró dramáticamente. — Ya sé, pero nunca más, lo prometo.

Yo seguí mezclando mis cosas mientras ellas seguían conversando sobre todo y nada. Y cuando ya estaba todo incorporado, junté mis manos con entusiasmo.

Tenía fé en que me iba a quedar rico.

— ya está listo, y dejé todo ordenado. — apunté a mi mamá y luego me dirigí al microondas nuevamente para dejar mi taza con la mezcla rara por dos minutos.

En el video salía un minuto, pero por si acaso me quedaba crudo, puse dos.

Me di vuelta y me apoyé en la mesa. — ¿la Amelia todavía no llega?

¿Y si no te dejo de pensar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora