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Dos años antes
Mariel— Sí supierai lo que le dijo el Marcos. — habló la castaña mientras se sentaba al lado mío.
Suspiré. — ¿De nuevo se está hablando con la Ignacia?
La Magdalena me miró, se le notaba cierta pena en los ojitos. — Sí, Mariel, y en verdad, ya estoy chata. El Marcos nunca pone límites y a pesar de que conversemos sobre el tema y me diga que va a cambiar, sigue buscándola.
— Pucha, Magda. — Hablé suavemente, el Marcos me caía como el pico, tuve que contenerme para no expresar todo mi odio hacía él. — sigo pensando en que deberías terminarle, sí al final, erí tú la que sufre.
La Magda y yo nos habíamos hecho amigas a inicios de año, ambas estudiamos periodismo, un día se me acercó de la nada y me preguntó sí podía acompañarla a comprarse un café en el starbucks que queda cerca.
Y yo, sin pensarlo dos veces, le dije que sí. Porque, a pesar de que nunca le conté, siempre quise ser su amiga, pero era muy tímida como para acercarme. Así que la acompañé, hablamos sobre nuestras vidas e instantáneamente nos hicimos súper cercanas por las mil cosas que teníamos en común.
Lo cuál me tenía súper contenta porque desde el principio sentí que ella iba a ser alguien súper especial en mi vida.
Y con la Magda siempre nos tuvimos mucha confianza, yo le contaba mis cosas y ella las suyas; entre esas cosas, estaba el hecho de que el Marcos, su pololo, se la había cagado con la Ignacia, una mina que estudiaba con él. Y para ser honesta, nunca entendí porque la Magdalena nunca trató de terminar la relación.
— Sí sé, Marielita, pero es que... — se quedó en silencio y se encogió de hombros. — supongo que son cosas de la vida, yo no quiero terminar con él.
Asentí con comprensión. Me acerqué más a ella y pasé un brazo por sus hombros mientras le daba un beso en la mejilla en un intento de reconfortarla.
— Cualquier cosa, yo voy a estar aquí pa' ti siempre. ¿Bueno?
La Magda sonrió por primera vez desde que habíamos sacado el tema y asintió. — Gracias.
Apoyé mi cabeza en la suya y nos quedamos un rato en un silencio cómodo. Hasta que me acordé del por qué no estábamos en clase ahora.
— Chucha, tenemos que ir a ayudar a las chiquillas. — removí mi brazo de sus hombros con cuidado y me paré rápidamente.
Miré a las chiquillas que estaban un poco más lejos de nosotras, con la Magdalena nos habíamos venido a sentar "cinco minutos" pero salió el tema de su pololo y nos quedamos hablando por más tiempo.
Estábamos haciendo un proyecto voluntario sobre entrevistar a otros universitarios y destacar sus logros, preguntarles sobre sus experiencias y blah blah. En realidad no lo había entendido mucho, pero me terminé ofreciendo porque mi amiga me lo pidió.
Entonces ahí estaban nuestras compañeras; la Antonia y la Melissa estaban discutiendo porque la Antonia no enfocaba bien la cámara, la Agustina estaba ensayando lo que tenía que preguntar con su "micrófono" (eran unos audífonos) y la Karla estaba hablando con un cabro para que se dejara entrevistar. En cambio, yo y la Magda estábamos ahí por puro estar porque se notaba que no teníamos ni idea de qué hacer, pero al menos estaban nuestras presencias.
— Ay, verdad. — mi amiga se paró de la banca tan rápido como yo lo hice.
Ambas empezamos a caminar en dirección a las chiquillas, íbamos al lado de la otra, lo cuál fue una mala decisión porque la Magdalena se quedó mirando a una mina y se tropezó con algo. En el intento de no caerse, se agarró de mi brazo y al final nos terminamos cayendo las dos.
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¿Y si no te dejo de pensar?
Romantik࣪𓇻 ¡CHILENSIS! ⬪ 'cause you should've seen him when he first got me. ❜ 𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾r 𝒊 . . . con las vueltas de la vida, la Mariel se esperaba de todo menos terminar enamorándose de la ex polola del weón que se la cagó. ꕤ