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°Gracias amor°

–Me distraje y caí en su estúpida trampa, ahora tengo que llevarle la comida a el enano llorón– bufo quejándose mientras subía en el elevador –Además de que la ojos de mapache hizo que Kimura me moleste diciéndome idioteces de "mi amor" o "cariño"...

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–Me distraje y caí en su estúpida trampa, ahora tengo que llevarle la comida a el enano llorón– bufo quejándose mientras subía en el elevador –Además de que la ojos de mapache hizo que Kimura me moleste diciéndome idioteces de "mi amor" o "cariño" y mierdas así, digo no me molestan, obviamente, pero no me gusta que lo diga solo por molestarme, odio eso, si tan solo ese idiota lo dijera en serio– pensó para sí mismo 

llego afuera de la habitación deteniéndose un segundo en la puerta

–Bakugo Katsuki, eres un cobarde– se dijo a si mismo antes de entrar a la habitación del pelinegro nuevamente

–Ya traje tu porquería de agua para el ena...– Bakugo entro sin tocar la puerta de la habitación, encontrándose con la escena de Kimura jugando con Kanato, este último solo reía a carcajadas tiernamente.

–¿Mucha risa? Oh no, el monstruo de las cosquillas llegó otra vez– dijo fingiendo la voz comenzando a hacerle cosquillas en la barriga al bebé quien siguió riendo –Oh, ahí viene la garra que te va a comer– dijo de nuevo, este empezó a tomar por la carita al bebé con cuidado de no lastimarlo, mientras el pequeño solo reía, hasta que se dio cuenta de la presencia de Bakugo quien solo los miraba en silencio

–¡Ah!– el pequeño se escondió de repente bajo la camisa del pelinegro desconcertándolo

–¿Ah? ¿Qué paso?– preguntó al pequeño 

–Ya traje lo que pediste para el enano– dijo el rubio al ver que aún no se había dado cuenta de su presencia

–¡Ah! Bakugo ¿cuánto llevas ahí?– Akemi saltó en su lugar al darse cuenta de que estaba acompañado en la habitación, su rostro se ruborizo al imaginar que escucho todo lo demás.

–Acabo de llegar estúpido, ten– el rubio dejo sobre el escritorio la botella con la intención de irse

–Gracias mi amor– dijo Akemi, seguía molestando a Bakugo –Vamos Kanato, papá ya trajo el agua para tu biberón– con cuidado saco al bebé de su ropa y le acaricio la carita en un gesto de cariño

Al mirar al rubio en lugar de ver una cara de molestia se encontró con una dulce sonrisa la cual hizo que de la sorpresa se quedará quieto viendo directamente su semblante relajado y enternecido, el explosivo al verse descubierto desvió la mirada y frunció el ceño para disimular.

–Mocoso, tu MAMÁ también se cansa, así que dale un respiro– dijo Bakugo solo para molestar a Kimura y se fue por fin.

–¡Ah! Cierto, papi tiene razón ¿A qué es un buen esposo?– dijo algo fastidiado, al final solo escucho un portazo de su puerta –Jajaja esto está siendo muy divertido– dijo al creer que el otro se marchó con molestia

Después de un rato jugando con Kanato, al mayor se le ocurrió que podrían bajar a la sala común para ver si se encontraban con los amigos del pelinegro y así poder jugar un rato con los otros bebés

Akemi tomo a Kanato en brazos y bajo a la sala común donde por suerte se encontraba su amiga castaña con la pequeña que le toco cuidar

–Hola, Uraraka– dijo saludando a la chica quien se giró al escucharlo

–¿Que tal Kimura?– sonrio al verlo –¿Como te va con el pequeño? Yo ya estoy cansada y eso que es el primer día, casi no sobrevivo a clases– pregunto para después quejarse y Kimura rio un poco antes de sentarse junto a su amiga en los sofás, dejando a Kanato a lado de la niña Yumiko para que jugaran juntos.

–Pues Kanato es muy tranquilo, el verdadero reto es Bakugo– suspiró pesadamente frunciendo el ceño –Pero bueno, cambiando de tema ¿Mina si te dijo del juego?– preguntó para no tener que hablar sobre Bakugo

–¡Ah! Si, de hecho, Iida estuvo de acuerdo– rio un poco con sus mejillas rojas –¿y tú?– cuestiono, era curioso que siguiera vivo si está siguiendo el juego

–Pues, si– dijo restándole importancia, algo que llamo la atención de la castaña, quien intento preguntar más, pero llegó un rubio malhumorado al lugar.

Llego Bakugo con un plato de arroz y se lo dio a el Kimura de forma "amable", estampándolo en su estómago para que lo tomara por reflejo, eso confundió a el chico y aún más a la castaña.

–Aquí tienes nerd, Kanato hazle caso a tu MAMÁ– dijo resaltando el apodo en un grito y se fue del lugar a pasos pesados

–Gracias amor– contesto el pelinegro con la mandíbula apretada, se contenía para no gritar frente a los niños y la chica

–¿Ah?– dijo la chica confundida pasando la mirada de Kimura a Bakugo y viceversa buscando explicación

Kanato todavía le tenía algo de miedo a el rubio explosivo, por lo que con cuidado se puso detrás de Yumiko, la niña de Uraraka, hasta que se fue.

Uraraka se quedó en shock al ver a ambos, los dos se molestaban de forma algo peculiar.

–¡Mh! ¡Esto esta delicioso! ¿Quieres un poco Uraraka?– el chico ni cuenta se había dado, pero a su amiga se le estaba yendo el alma, estaba medio muerta –¡¿Uraraka?!–

–¡Mh! ¡Esto esta delicioso! ¿Quieres un poco Uraraka?– el chico ni cuenta se había dado, pero a su amiga se le estaba yendo el alma, estaba medio muerta –¡¿Uraraka?!–

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Tú, yo y ¡¿un bebé?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora