×07×

1.2K 174 15
                                    

°Tamma°

Después de desayunar Akemi y el BakuSquad salieron de los dormitorios para dirigirse a clases "maldito sea el momento en que el maestro pensó en esta actividad" pensaron al mismo tiempo varios alumnos quienes caminaban pesadamente hacia su aula de...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de desayunar Akemi y el BakuSquad salieron de los dormitorios para dirigirse a clases "maldito sea el momento en que el maestro pensó en esta actividad" pensaron al mismo tiempo varios alumnos quienes caminaban pesadamente hacia su aula de clases, más específicos los que no pudieron dormir por los nenes.

Al llegar a clases se sentaron, algunos estaban más cansados que otros, algunos no podían calmar el lloriqueo de sus niños y otros como Akemi estaban tranquilos esperando a que iniciará de una buena vez la clase, varios le miraron con envidia o tal vez era una súplica de ayuda.

–Akecchan ¿Cómo haces para no estar cansado?– pregunto el peliverde Midoriya a su compañero y amigo

–Pues Kanato es muy tranquilo y callado– explicó amable recordando inconscientemente lo vergonzoso que fue cuando le dijo "mamá"

–Vaya, si que tu y Kacchan tienen suerte, realmente les será fácil está actividad– termino por decir el joven de pecas

–Jajaja ¡Oh vamos!, solo hay que tenerles paciencia– dijo Akemi

La conversación fue interrumpida por Aizawa que iba entrando a clase, sus ojos cansados como de costumbre, su cabello suelto y desarreglado, nada raro, raro fue que sonriera al verlos cansados y con problemas para hacer que los bebés dejaran de llorar

–Bien chicos, comenzamos con la clase– dijo el ojeroso contento recibiendo por eso varias miradas de odio

La clase comenzó de forma normal, Aizawa cruel como de costumbre, no les tuvo tanta consideración pues aunque varios le pidieron auxilio para hacer que los bebés no lloraban el solo respondía

–Es tu hijo, cálmalo o sal de mi clase–

Al terminar el profesor se retiró y les dio una hora de estudio o en otras palabras les dio una hora libre, de esta manera podrían darle de comer a los bebés o ponerlos a dormir más fácilmente sin tanto ruido

–Por fin algo de descanso después de tanto lloriqueo–pensó el pelinegro, cuando miro a su pequeño quien jugaba con su peluche tranquilo, le sonrio cuando lo vio y el tiernamente le devolvió la sonrisa

–Creo que realmente voy a disfrutar de esta actividad, eso sí Bakugo me dejaba– dijo para sí mismo, continúo mirando a Kanato quien jugaba con sus cosas –¿yo habré sido así cuando pequeño?– pensó 

–Akecchan, es hora del almuerzo ¿Vienes?– salto en su lugar 

–Demonios ni siquiera lo noté– miro a Midoriya quien cargaba a su bebé, estaba mirándome expectante –Vamos Kanato, es hora de que yo coma– tomo al niño en brazos y salio con Midoriya del salón, eran los últimos ni siquiera se dio cuenta de cuando salieron todos o cuando fue que pasó tanto tiempo.

Mientras caminaban por los pasillos todos los demás estudiantes de otros cursos los miraban extrañados y susurraban entre ellos 

–No me sorprende tanto, digo ¿Que estudiante de primer año trae a un niño pequeño a la escuela? aunque no puedo negar que sea molesto– con el ceño fruncido el pelinegro continuo su camino

Tú, yo y ¡¿un bebé?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora