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Ya tenían todo decorado con la temática navideña haci que ellos empezarían a programar la actividades navideñas, para los huéspedes del hotel y poder revivir la pequeña llama de la navidad.Mientras los encargados del hotel hacían la agenda del hotel tomaban algo de cafe algo cargado para no dormirse porque era demasiado tarde.
─Mh, que sueño, ─Dijo la araña mientras se frotaba los ojos y se recargaba en la mesa─, porque mierda estamos haciendo esto.
─Para que todos disfruten esto Ángel y que se puedan redimir. ─Informó la rubia.
─Esto es un asco. ─Reprochó el arácnido.
─Vamos querido, aunque esto sea un total fracaso tenemos que ayudarle a nuestra amiga Charlie. ─Contesto el pelirrojo, con una sonrisa de oreja a oreja.
─Puras estupideces. ─Refunfuño la araña, mientras se cruzaba de brazos─ Además, ¿porque tengo que ayudar? Si yo soy un huésped.
─Vamos deja de quejarte. ─Le regaño la ex-angel─ Tu te ofreciste para ayudar. ─Le recordó─ Ehh, ¡Ángel no duermas! ─Regaño la peli-gris.
─Cierra el puto osico y dejame dormir.
─Tks, ¡eres un maldito hijo de! pu-.
─¡Vaggie calmate! ─La regaño la hija de Lucifer─ Estoy muy estresada para que empiecen a gritar y, solo quiero dormí. ─Hablo para despues hundir su rostro en sus manos.
─Entonces porque no le dicen nada al gato mal humorado. ─Pregunto el arácnido mientras señalaba al felino, que reposaba muy tranquilamente en la mesa.
Todos voltearon a ver y era verdad el gato estaba dormido muy tranquilamente en la mesa y soltaba pequeños ronquidos.
─Al, lo puedes despertar ya que tu estas más cerca de el. ─Pregunto la rubia.
─Claro querida. ─Dijo mientras se volteaba hacía la dirección del mínimo y acercaba una mano a las grandes cejas que el de pelaje oscuro poseía, cuando jalo la ceja del gato, este se despertó de golpe mientras se empezó a sobar la parte afectaba.
─¡Pero que mierda te ocurre! ─Gruño el demonio mientras seguía sobando la parte afectada.
─Perdon mi querido amigo, pero estabas dormido así que no tuve más remedio que levantarte, de una forma algo brusca, ─Contesto mientras una sonrisa socarrona se formaba en sus labios─, Ademas, nadie puede descansar, ya que tenemos que acabar estos lo más pronto posible, y podremos descansar en nuestras respectivas habitaciones y no en esta fria he incómoda oficina.
─Entonces no lo podemos dejar para mañana. ─Iso su último intento para ver si la radio andante cambiaba de opinión.
─No, claro que no querido, por eso mejor ten esta tasa de cafe y mantente despierto lo más que puedas. ─Dijo el locutor mientras extendía la taza de café al de pelaje oscuro.
