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─«¡Maldita sea maldita sea!» ─Esta palabra retumbaba en la cabeza del felino como un tambor, como era posible que había terminado enfrente de la habitación del ciervo, bueno aunque si sabía, pero como era posible que se dejo dominar por sus instintos─. Mierda, tengo que salir de aquí. ─Al terminar de decir eso extendió sus alas y se fue volando al bartender para tomar un trago para asi poder relajarse.
Al llegar observó como estaba la estrella porno sentado en una silla enfrente a la barra, viendo su teléfono con algo de desinterés, descendió para ir caminando a su lugar asignado por el ciervo y atender al arácnido.
─Te tardaste mucho, ya me iba a servir mi trago yo sólo. ─Informo mientras dejaba el teléfono aún lado y miraba al felino a la cara─. ¿Que te tiene tan tensó?
El alado pensó en si decirle o no, pero después de todo el arácnido fue quien le estába ayudando a cortejar al ciervo, asi que suspiro y se recargo en la barra del bartender─. La cage, eché todo al caño en unos segundos. ─Dijo mientras sus orejas se inclinaban un poco.
─Y porque dices todo eso? ─No entendía mucho lo que el mínimo le quería dar a entender.
─Malditasea, las putas feromonas de Alastor isieron que mís estúpidos instintos me dominarán. Cuando deje de estar en trance me di cuenta que ya estaba enfrente del cuarto de Alastor y con la maldita pata en le perilla de su puerta y creó... ─Iso una pausa, ya que su corazón era estrujado con fuerza y sentía un nudo en la garganta.
El albino al ver esto puso una mano en el hombro del de pelaje oscuro para mostrarle que está bien si no puede continuar hablando del tema. El felino solo ignalo intentando calmarse un poco y seguir platicando del tema.
─Creo que no me quera ver de nuevo. ─Dijo mientras unas lágrimas brotaba de aquellos ojos naranjas, pero enseguida se las limpió con su antebrazo.
─Ya Husk, no pasa nada... bueno si pasa algo, pero talves digo talves lo puedas solucionar. ─Dijo mientras sonreía y levantaba un pulgar, me señal de que lo apoyaba.
─Que buena forma de dar ánimos. ─Dijo con sarcasmo, mientras rodaba los ojos.
─¡Oye! Yo solo estoy diciendo la verdad. ─Dijo indignado
─Bueno bueno, no jusgo tus formas de dar ánimos. ─Dijo mientras levantaba las manos en forma de tregua.
─Entonces... me sirves un trago. ─Dijo intentando cambiar el tema de conversación.
El felino solo solto una carcajada para ir a prepararle la bebida alcohólica al más alto y seguir con su platica. Si fuera sincero nunca se esperó tener una amistad con el afeminado, mucho menos contarle quien era el dueño de su corazón y de sus pensamientos, ésto era algo que nunca estuvo en sus planes.
─Bueno, ¿entonces cual sera tu excusa? ─Pregunto con notable curiosidad en sus palabras.
─Ehh, si te soy sincero no tengo ninguna excusa. ─Explico decepcionado, mientras terminaba de preparar aquélla bebida─. Tu tienes alguna Angel?
