𝟷𝟶

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Había pasado una semana desde aquel accidente con el felino y el ciervo, al parecer todo iba bien, lo único que se podía notar era la tensión por los dos antes mencionados, bueno más bien la tensión venía por parte del de cejas pobladas, que por el pelirrojo. Y por eso toda la atención recaía en ellos.

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Alastor no mentiría, amaba que la atención estubiera sobre el, pero no de esta forma, por supuesto que no, por eso el intentaba mantenerse neutro ante este tema, pero le era insoportable tener que escuchar las habladurías de la gente, y no poder arrancarles las cabezas a todo aquel sér que lo decía en su cara, eso estaba dando directo en su orgullo.

Solo solto un suspiro y terminó por romper aquella mesa que había soportado varios arranques de ira del demonio radio, este solo chasqueo los dedos para que todo ese desastre desapareciera y salio de su habitación con rumbo desconocido, tenía que despejar su mente por aquello ocurrido, y porque no salir un poco para poder respirar aire fresco.

Mientras caminaba por los pasillos rogaba para no encontrarse con nadie pero al parecer eso no sería posible.

─Hola papasito~. ─Dijo el arácnido con un tono juguetón y burlón.

El ciervo maldijo entre dientes, para voltearse y encarar al más alto, sonrió forzosamente, mientras se recargaba en su bastón.

─Hola mi querido amigo afeminado, me temo que estoy, ocupado, y por eso no podre atenderte. ─Dijo lo más cortez que podía ser en esos momentos.

─No importa, solo tomara unos segundos. ─Sonrio, al notar la expresión del alfa─ Ohhh~, vamos solo ayudame en esto, y te podrás ir a disfrutar tu caminata. ─Sonrio juguetón.

El locutor solto un bufido, bajo las orejas y fruncio el ceño, en forma de reproche, y se dió la vuelta, dándole la espalda a la estrella porno.

─Por más que me gustaría ayudar Angel, no podre hacerlo, ¿no le puedes preguntar a alguien más? ─Fue lo último que dijo antes de salir de aquel hotel.

El de cuatro brazos se quedó atónito por unos momentos, pudo observar como el ciervo se comportó de una forma hostil, solto una pequeña risilla. -Eso no se podía apreciar todos los días-. Se giro y fue director al bartender para contarle lo que paso al felino sin duda sería divertido.

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En las calles del infierno se observaba al demonio de la radio, caminando sin un rumbo exacto, su sonrisa típica ahora era forzada, además su compostura relajada y confiada, en estos momentos era una encorvada, que mostraba tensión. Y las cámaras que lo estaban siguiendo, desde unas cuadras atrás, empeoraba las cosas.

La radio andante solto un gruñido y se dio la vuelta para encarar aquella camara voladora. La camara se detuvo en cuanto el ciervo giro repentinamente, y con una bocina instalada en su interior hablo.

─Que tal alastor. ─Hablo desde la bocina el televisor.

─Hola Vox, ¿que es lo que se te ofrece? ─Dijo, mientras sus astas crecían involuntariamente, pero que al instante volvieron a la normalidad

─Ohh, vamos Alastor, no estés tan tenso. ─Canturreo el alfa─ Que tal si vienés conmigo y ya sabes. ─Propuso el demonio tecnológico.

El demonio radio ensanchó su sonrisa, mientras que se apoyaba en su báculo, y miro director a la camara.

─Claro que no estoy tenso, pero lo que me causa gracia, es que te acobardas tanto, que te tienes que insuinar por medio de tus máquinas de quinta categoría, ¿Acaso tienes miedo de que te rechace de nuevo? ─Sonrió con malicia.

『ᴄᴏᴜʀᴛsʜɪᴘ』  『ʀᴀᴅɪᴏʜᴜsᴋ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora