『ᴄᴏᴜʀᴛsʜɪᴘ』 『ʀᴀᴅɪᴏʜᴜsᴋ』

𝟶𝟾 (𝟸/𝟸)

Alastor desde que tiene memoria tuvo una buena vida su madre lo amaba y su padre también, el nunca menosprecio lo que sus padres le brindaban, su vida desde pequeño siempre estuvo llena de amor y compresión y eso era algo que siempre agradecía.

El siempre tuvo un aspecto peculiar que lo hacía resaltar entre las personas al igual que su madre y eso era que los dos eran de tez morena y ojos cafés. Pero el tenia el cabello castaño y su madre negro.

Su madre era originaria de una parte del mundo nunca supo con exactitud ya que nunca le quiso decir. También se enteró que el no era hijo biológico del hombre con el qué su madre estaba casada, eso le causo muchas preguntas que afortunadamente fueron contestadas, con el tiempo suficiente para que pueda digerir lo que tuvo que vivir su madre.

Su madre había sufrido mucho con aquel hombre quien era su padre biológico, un alfa quien tenía ideas de que las omegas no sirven más que para dar hijos y con los labores de la casa. Ella tenia mucho miedo por saber que pasaria después si la criatura que tenía en su vientre naciera en una casa con violencia. Haci que decidió huir a un lugar donde nunca los encontraría.

Con tan solo tres meses de embarazo decidió ir por el sueño americano y brindarle una mejor vida a su futuro hijo o hija. Ella tardo más de lo comun para llegar por causa del embarazo. Cuando por fin llegó ella tenía ya casi ocho meses de embarazo. Lo bueno es que muchas personas al verla en esta situación la ayudaron mucho a poder llegar a U. S. A.

Cuando pudo ingresar de forma ilegal, un gran peso de sus hombros desparecido, pero una nuevo llego donde pasaria la noche, no tiene dinero y como conseguiría un trabajo estando embarazada y lo peor que casí terminaría de gestar. Esos tiempo eran difíciles por su embarazo y su color de piel, eso le complicaría mucho las cosas. La primera noche durmió bajo un puente, ese día no pudo comer nada y eso era muy malo y luego paso una semana donde comia de vez en cuando ya que no le querían dar trabajo por su aspecto. Aunque ella era una mujer muy bella, estaba mal físicamente por la desnutrición, las personas que pasaban por hay y ver su estado le brindaban algo de comida y agua, pero no le ayudaban en más cosas.

Una noche lluviosa y fría, dos policías la seguian solo por diversión hacia su persona. Lo único que pudo hacer fue intentar correr pero le era casi imposible por su embarazo. Las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas pensaba que este seria su fin y de su hijo, lágrimas y sollozos soltaba la pobre mujer. Ya estaba demasiado cansada para seguir corriendo cuando a lo lejos vió a alguien pasar así que fue hacia el y lo tomo del brazo y con el poco inglés que sabía le pidió ayuda, apunto hacia su vientre para que viera en que estado estaba. El hombre en un intento de consolarla la abrazo y empezó acaricia sus cabellos oscuros. El hombre lo primero que iso fue cubrirla con su saco para que dejará de temblar por lo empapada que se encontraba y la volvió abrazar. Lo bueno fue que los oficiales la dejaron en paz.

Ese hombre la llevó asu casa para que pudiera descansar, comer y limpiarse. Ella tenia su propio cuarto donde ella podía dormir tranquilamente sin preocuparse porque la encuentren y la regresen a su país donde la encuentre de nuevo aquel hombre que abusó varias veces de ella.

Después de que ella dio a luz aquel hombre de tez blanca cubrio los gasto ya que en ese tiempo isieron una bonita amistad. Ya cuando alastor nacio se parecía mucho a su madre lo unico que no tenia de ella era su color de cabello ya que era de color castaño, y unos ojos color avellana rojizo, como los de aquel hombre. Pero aun asi lo queria el no tenía la culpa de que su padre fuera un maldito abusador.

Después de cumplir tres años su madre y su padre se casaron. Aquel hombre que salvó a su madre se volvió una figura paternal y lo quería como si fuera su propio padre y aquel hombre lo quería como su hijo. Su madre siempre lo cuido mucho durante su infancia cumpliendole sus caprichos... Bueno casi siempre, a el de pequeño le gustaba mucho la jambalaya y era unas de las comidas que lo acompañó toda la vida incluso en la muerte todavía la preparaba.

Cuando era un adolescente nunca le interesó nadie ni cuando era adulto, solamente se enfocaba en su trabajo de locutor y en complacer sus deseos sádicos. Muchas omegas, betas y deves en cuando unos cuantos alfas se le insinuaban pero el amablemente las rechazaba por no tener ningún interés alguno en relaciones amorosas, por eso nunca busco aun omega para pasar su ciclo, el podía manejarlo solo siempre había podido dominar muy bien sus instintos por eso su época de calor, siempre la tomaba como unas vacaciones para leer o para pensar en nuevas formas de como torturar a sus víctimas.

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Cuando se entero lo que le hacía ese hombre que nunca conoció a su querida madre juraba que si lo encontraba le diria muchos improperios y lo mataría ese mismo instante. Incluso en la otra vida. Y eso era algo que nunca olvidaría el cumpliría esa promesa que le iso a su madre cuando esta murió de una grave enfermedad. Al poco tiempo su padre también murió y fué en ese momento que las olas de asesinato fueron más comunes.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando pudo oler las feromonas de aquel alfa que estaba muy cerca, un pequeños gruñido escapó de sus labios y fue a ponerle seguro a la puerta y cubrirse con una sabana, no quería tener que lidiar con visitantes no deseados. Poco después dejo de oler aquellas feromonas solto un pequeño bufido y decidió tomar una siesta y dejar que su corazón se calmara por la repentina interrupción de aquellos recuerdos y dejar aquél olor en su habitación─Que no le desagradaba del todo─ se desvaneciera.

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