capitulo 11

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El vuelo de las naves que traen a Heather al Capitolio es silencioso, Heather Everdeen regresó al Capitolio convertida en un espectro de lo que alguna vez fue. Su cuerpo llevaba las marcas físicas y emocionales de los 72° Juegos del Hambre, una mezcla de supervivencia y tragedia que la dejó destrozada, el peso de lo que ha hecho y de lo que ha perdido descansa sobre sus hombros. La joven optó por llegar de manera discreta, como si quisiera ocultar las cicatrices visibles e invisibles que llevaba consigo, y un respiro antes de enfrentarse a la aclamación pública..Un vehículo la condujo hacia el centro de entrnamiento, lejos de las miradas curiosas.

En la privacidad de una habitación, Haymitch y Effie esperaban a Heather. Sus rostros reflejaban una mezcla de alivio y preocupación.  Cuando entró, con la mirada perdida y la expresión apagada, Effie, con lágrimas en los ojos, abrazó a Heather como si temiera que se desvaneciera.

Effie: -mientras abraza a Heather- Oh, querida, estás a salvo ahora. Lo hiciste.

Haymitch:-con una expresión más suave que de costumbre- Bienvenida de vuelta, Everdeen. Sé que esto no es fácil,cuéntanos cómo estás realmente.

Heather: ¿Qué hago ahora, Haymitch?No sé si pueda hacerlo, Haymitch. Todo está tan oscuro.- dijo con la voz quebrada

Haymitch: Lo que siempre hacemos, Everdeen. Sobrevivimos.

En ese momento, Finnick Odair irrumpió en la habitación, percibiendo la atmósfera tensa. Al ver a Heather en un estado tan vulnerable, se quedó sin palabras. Se acercó con una mezcla de compasión y preocupación, consciente de los horrores que los Juegos del Hambre pueden infligir. Finnick, con compasión en sus ojos, se acerca y pone una mano en el hombro de Heather. Su presencia es un consuelo silencioso.

Finnick: -con tono comprensivo- Heather, no estás sola en esto. Todos hemos llevado un peso similar. Cuéntanos lo que necesitas.

Heather, abrumada por la culpa y el trauma, se derrumbó en los brazos de Haymitch, liberando las lágrimas que había contenido durante tanto tiempo. La habitación se llenó con los sollozos de una joven que había experimentado más dolor del que podía soportar.

Heather: -sollozando- ¡Soy una asesina, Haymitch! No sé cómo vivir con eso.

Haymitch: -tratando de tranquilizarla- Ganaste para sobrevivir, no eres responsable de las decisiones que te obligaron a tomar. No hay héroes en los Juegos, solo sobrevivientes.

Finnick:  Todos hemos tenido que hacer cosas que no queríamos en la arena. Nadie sale de los Juegos ileso, Heather. Estamos aquí para ayudarte a cargar ese peso.

Heather: -mirando a Finnick- Pero no me conocía a mí misma. No sabía que podía... matar así.

Effie: -con comprensión- Los juegos te cambian querida, pero no dejes que eso te defina, cariño.

Finnick, al ver la desesperación de Heather, la abraza con fuerza. Es un gesto compasivo entre victores, entre aquellos que han vivido la locura de los Juegos.

Finnick:  Lo superarás, Heather. Te lo prometo.- dijo de forma suave

Juntos, los tres la llevan a su alojamiento. Heather, agotada y con los ojos hinchados, se deja llevar. Finnick, en silencio, intercambia miradas preocupadas con Haymitch y Effie.

La habitación de Heather en el Capitolio es opulenta, pero la vencedora apenas presta atención. Se deja caer en la cama, aún vestida con el atuendo de los Juegos, y las lágrimas finalmente encuentran su camino, con la mirada perdida en el techo. La culpa, el miedo y la confusión se reflejan en sus ojos.

Entre Sombras y Llamas (the hunger games)- Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora