capitulo 15

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En el Distrito 4, el tiempo fluía como el agua del océano, constante e implacable. Un año había transcurrido desde que Heather llegó al distrito, y las vidas de aquellos que la rodeaban habían sido moldeadas por las mareas del cambio y la persistente sombra de los Juegos del Hambre.

En el Distrito 12, la familia de Heather había encontrado maneras de seguir adelante, aunque el vacío dejado por la ausencia de su hija persistía. Katniss, Prim y su madre se apoyaban mutuamente compartiendo recuerdos pero el silencio de la casa resonaba con la ausencia de la joven vencedora, enfrentando la realidad de que otro año se avecinaba sin Heather.

La panadería de la familia de Peeta seguía funcionando, pero la sonrisa de Heather en las fotografías recordaba tiempos más luminosos. . Cada vez que se detenía frente a la ventana de la panadería, su mirada se perdía en la distancia, recordando los días en que compartía risas y sueños con Heather.

―A veces, aún espero que entre por esa puerta con una sonrisa.― Peeta susurro para sí mismo

En el Distrito 4, la vida de Heather había tomado rumbos inesperados. Su relación con Mags y Annie se había fortalecido con el tiempo. Juntas compartían risas, experiencias y, en ocasiones, el peso silencioso de los recuerdos de los Juegos del Hambre. La relación con Finnick, sin embargo, experimentaba un cambio sutil. Las últimas semanas habían sido complicadas. Un distanciamiento se había formado entre Heather y Finnick, como si ambos estuvieran tratando de evitar una confrontación inevitable. Sus miradas se cruzaban en ocasiones, pero rápidamente desviaban la atención, sembrando una confusión palpable entre sus amigos.

Heather, en su búsqueda de momentos de soledad, se había acercado a Max, un vencedor del Distrito 5. La conexión entre ellos floreció, compartiendo la experiencia única de haber sobrevivido a los Juegos. Max se convirtió en un confidente, alguien con quien Heather podía hablar sin el peso del pasado.

―A veces, la mejor compañía es la que entiende tus silencios.―sonrio max 

―Es extraño cómo la vida nos une, ¿verdad?― asintio Heather

Además, Lucrecia, otra vendedora del Distrito 5,se había vuelto una presencia reconfortante en la vida de Heather. Las doscompartían historias sobre sus respectivos distritos, encontrando similitudesen sus experiencias La amistad también floreció con Johanna, Beetee y Wiress. Juntos formaron un pequeño círculo de apoyo, compartiendo risas y experiencias. Johanna, con su feroz determinación, Beetee con su mente ingeniosa y Wiress con su peculiaridad, A pesar de la distancia, las palabras compartidas y las risas virtuales tejieron un vínculo sólido entre ellos. En noches silenciosas, cuando las sombras del pasado amenazaban con aflorar, las conversaciones nocturnas brindaban consuelo, lo habian conseguido a traves de mensajes de texto o de voz, o a traves de llamadas o videollamadas

Así, a medida que las mareas del tiempo continuaban su avance constante, la amistad entre estos vencedores se convertía en un faro de luz, guiándolos a través de las aguas desconocidas del futuro. En los momentos en que Heather necesitaba estar a solas, buscaba la orilla del océano. La brisa salada y el sonido de las olas le brindaban una especie de paz que no encontraba en ninguna otra parte. Era en esos momentos cuando su mente se sumergía en pensamientos profundos y reflexivos sobre el pasado y el futuro incierto.

El anochecer pintaba tonalidades cálidas sobre el Distrito 4, mientras Heather, en busca de un rincón tranquilo, se refugiaba en su habitación. El suave murmullo del mar resonaba en la distancia, pero en ese momento, era la melancolía la que llenaba el espacio. Con un suspiro, Heather se sentó en la cama, rodeada por la suave luz de una lámpara. En sus manos sostenía un álbum de fotos, un tesoro de recuerdos que traían consigo la risa, la alegría y, a veces, un toque de melancolía. Sus dedos pasaban delicadamente sobre las imágenes con amoroso cuidado. Las fotos capturaban momentos de su vida en el Distrito 12: risas compartidas con sus hermanas, la fortaleza en la mirada de su madre, y la chispa de Peeta, su mejor amigo. Una foto en particular destacaba: una imagen de ellos dos, Peeta y Heather, en la panadería, con harina en las mejillas y sonrisas radiantes.

Entre Sombras y Llamas (the hunger games)- Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora