Capítulo 14★

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Comieron unos minutos en silencio mientras la tensión crecía gradualmente entre ellos. Roier apenas podía contenerse. Amaba a Cellbit. Lo deseaba. Aunque todo acabara después, merecía la pena.

—No tienes por qué pillarme por sorpresa... a menos que quieras.

Cellbit dejó su tenedor y lo miró un largo momento.
—Estoy dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad que me des.

—¡En ese caso déjate de mamadas Maryjane y bésame!

Cellbit rió mientras se levantaba para tomarlo en sus brazos.
—Recuerda que me lo has pedido.

—Es mi última lección, lo prometo —dijo Roier mientras Cellbit lo acostaba sobre la mullida alfombra que había ante el pequeño sofá.

—No estoy seguro de quién está enseñando a quién, pero de lo que sí estoy es de que vamos a necesitar mucha práctica.

Roier sonrió y alargó las manos hacia él.
—Me parece perfecto.

Se sentía como si estuviera ardiendo. Deslizó los brazos en torno al cuello de
Cellbit y le lamió los labios. Ya no podía contener sus sentimientos.

No quería que Cellbit supiera que lo amaba, pero si se lo preguntaba tendría que admitirlo sin preocuparse por el mañana.

En aquellos momentos sólo existían ellos, la sensación de sus labios, el calor de sus manos mientras lo tomaba por la cintura. Suspiró y sonrió cuando sus manos fueron ascendiendo. Tomó la cabeza de Cellbit entre sus manos y la llevó hacia su clavícula.

—Enséñame a hacerle el amor a un alfa, Cellbit.

—Será um prazer  —Cellbit le bajó la cremallera del pantalón y se lo quitó
rápidamente, dejando expuesta su ropa interior—. He soñado con verte así de nuevo desde que te probaste esa ropa —maravillado, apretó con sus manos su cintura y se inclinó para lamer la piel expuesta de su marcado abdomen. Luego le quitó la camisa y tomó un pezón en su boca, y luego el otro. Al cabo de un momento alzó la cabeza—. Sabes aún mejor de lo que imaginaba —murmuró.

Cuando se irguió para desabrocharse la camisa, Roier le apartó las manos y lo
hizo por él. Luego mordisqueó y besó cada centímetro cuadrado de su fuerte pecho. Cellbit gimió cuando rodeó con la lengua uno de sus pezones y lo estrechó contra sí en busca de su calor.

—Mmm —Roier alzó las caderas, buscándolo—. Ya no estás escuálido como cuando tenías nueve años.

Cellbit rió.
—Tú tampoco.

—Ya soy una hombre grande.

—Y en todos los sitios correctos —dijo Cellbit mientras le mordisqueaba el
cuello marcando su territorio.

Roier alargó una mano y la apoyó en su entrepierna.
—Tú también.

—Algunos lugares aún están creciendo —dijo él, sonriente.

—Quiero más evidencias —murmuró él.

—Enseguida las tendrás —Cellbit deslizó las manos tras él, lo tomó por las nalgas y lo presionó contra sí mientras lo besaba en el cuello. Roier rió.

Cuando él le bajó la cremallera e introdujo una mano en sus calzoncillos, él quiso hacer lo mismo y deslizó un dedo bajo la diminuta tanga y lo introdujo lentamente en su interior, donde lo encontró ardientemente húmedo y totalmente dispuesto para él.

Se acariciaron mutuamente largo rato, disfrutando de su creciente pasión, tratando de prolongar al máximo el momento, hasta que sus ropas empezaron a volar por todas partes y acabaron desnudos.

Loco de pasión - GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora