"Bienvenida de nuevo, señorita Luthor" la saludó Jess con la misma sonrisa y educación de siempre, desviando rápidamente la mirada hacia la simpática figura del carrito.
"Sé educada y saluda a Jess hija", bromeó y Lizzie miró a la secretaria con curiosidad, sus ojos azules brillaban como siempre.
"¿Tiene intención de volver a su puesto en agosto?" preguntó.
"Oh, no, aún me queda un tiempo, Lizzie es muy pequeña y no creo que Sam me dejé sacarla de su actual puesto tan pronto" Jess se rió "Por cierto, ¿está ocupada?"
"En realidad, ha cancelado las reuniones de esta mañana cuando se ha enterado de que venías", señaló, "te echamos de menos por aquí, sobre todo los becarios del programa."
"¿Sigue en marcha el proyecto?" era uno de sus favoritos, sobre todo porque significaba más tiempo en los laboratorios.
"La señorita Árias se aseguró de que los inversores se quedaran con los créditos y tenemos nuevos participantes, esta vez se ha apuntado un extranjero al programa" Lena sonrió aliviada al saber que algo tan bueno y tan sencillo seguía en marcha.
"Sam es realmente el alma de esta empresa", dijo sinceramente.
"Sí, lo es, pero toda alma necesita un corazón" la morena se sonrojó "¿Debería anunciarla antes de que pase?"
"No hace falta, ya le dije que estaría aquí hace unos minutos" volvió a coger el carrito y lo giró hacia la puerta. "Por cierto, Kara llegará en cualquier momento, así que hazla pasar."
"Vale, que tenga un buen día" saludó y le deseó lo mismo.
El chasquido de la cerradura sacó a la otra morena de sus pensamientos, que estaban muy lejos, quizás en una pelirroja. La sonrisa en su rostro era incontrolable y cuando encontró a su amiga empujando a una pequeña parlanchina, el corazón le dio un salto en el pecho. L-Corp podía ser la mejor empresa tecnológica que tenía Estados Unidos, superando a muchas otras dirigidas por hombres que siempre menospreciaban el trabajo de mujeres fuertes como Cat Grant, por ejemplo.
Sin embargo, todo el mérito era de una sola persona: Lena Luthor. Lo más increíble era que ella apenas sabía lo importante que era para todos los trabajadores de allí, que reconocían sus esfuerzos, conocían bien su carácter y nunca juzgaban sus decisiones. Lena nunca dejaba de ocuparse de cada uno de ellos, sabía lo que necesitaban y los defendía cuando era necesario. Varias veces al día, Sam tenía que responder a sus preguntas y asegurarles que tanto su amiga como la pequeña Luthor estaban bien y de que la directora general volvería pronto.
"¿A qué debo el honor de esta visita?" bromeó.
"No soy alguien tan importante, Sam" replicó y vio que la otra mujer se levantaba y caminaba en su dirección.
"No me refería a ti, sino a mi sobrina favorita" le guiñó un ojo divertida y Lena arqueó una ceja.
"¿Sobrina?" su tono de voz seguía siendo provocativo, "¿ya eres la señora Danvers entonces?"
"Todavía no, pero quizá algún día" dijo con tanta despreocupación, cogiendo a Lizzie en su regazo y besándole las mejillas, que Lena no se lo esperaba. Esa facilidad para admitirlo.
"Vaya, no sabía que estuvieras a ese nivel con Alex" resopló, "¿qué me he perdido?"
"No mucho, solo la quiero lo suficiente como para saber que quiero pasar el resto de mi vida con ella" se encogió de hombros, recostando a la pequeña sobre su pecho, "¿por qué esa cara tan larga?"
"¿Cómo puedes decir eso tan tranquilamente?" Se sentó en una de las sillas "Quiero decir... ¿no te da miedo?"
"¿El matrimonio?" Frunció el ceño y se sentó frente a ella.
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Que esperar (Cuando estas esperando) {{SuperCorp}}
RandomTras la expulsión de los dexamitas, Lena Luthor se encuentra sumida en un profundo estado de depresión y confusión, sintiendo que ha perdido a su única amiga por su decisión ante la invasión. Y más que eso, está embarazada. Embarazada del ex novio d...