Después de la fase de descubrimiento viene la fase de aceptación, o de negación, dependiendo de cómo se reaccione a la primera noticia. Para quienes siempre han planeado tener hijos, el descubrimiento de un embarazo siempre viene bien, ya sea por sorpresa o no, esperado o no. Para cada mujer, la fase de aceptación es siempre un proceso diferente. Hay quienes se asustan inmediatamente y salen a contar la noticia a todo el mundo. Hay otros que todavía se preguntan si puede ser verdad o no, pero tras la confirmación, la alegría es segura. Sin embargo, hay quienes no saben cómo reaccionar y hay varias razones para ello.
Primero: no te lo esperabas, de verdad. Estando casado o no, el deseo de tener hijos no siempre es algo claro o una agenda que se haya discutido, y la llegada de un hijo cambia completamente todos los planes.
Segundo: no fue planeado y no estás casada con el padre. Esta situación es, con mucho, la más complicada. Una mujer es perfectamente capaz de criar a un hijo sin la presencia masculina en su vida, sin embargo, aún rechazando la ayuda del padre, la noticia nunca es tan bien recibida.
Tercero: no estaba previsto, no estás casada y no quieres ser madre. Es entonces cuando las decisiones se vuelven más serias. No es que las demás no lo sean, porque todo lo que implica la vida de otra persona es difícil. La verdad es que no todas las mujeres quieren ser madres y esto es perfectamente normal. Pero cuando esto sucede...
Entonces hay dos opciones muy obvias: el aborto o la adopción. El aborto es un asunto privado, cada una decide sobre su propio cuerpo y la madre no merece menos que respeto y apoyo. La adopción también es un asunto privado y requiere una inmensa madurez por parte de la madre. En cualquier caso, renunciar a alguien que está dando a luz nunca será una decisión fácil. Y nadie puede juzgarte por ello. Aunque hay muchos más casos diferentes, como la situación en la que no puedes ser madre porque no puedes permitirte criar a un hijo, estas fases son totalmente diferentes para cada caso y cada mujer.
Lena aún estaba descubriendo cómo reaccionaría hasta que entró en razón. Su primera fase tras descubrirlo fue la negación, eso era lo único seguro.
Lena había pasado toda la mañana adelantando el trabajo acumulado de los días que había faltado y Jess se sintió aliviada al verla un poco mejor, más sonrojada y animada. Los montones de papeles tapaban la superficie del escritorio, ya había perdido la cuenta de cuántas tazas de café había tomado y su cerebro se negaba a olvidar el tema del embarazo. El infierno. Era agotador insistir en el mismo tema una y otra vez, por no hablar de que necesitaba concentrarse, necesitaba mantenerse centrada. Kara le había asegurado que estaba totalmente bien que estuviera embarazada de su ex novio alienígena. Lo cual sigue sonando bastante extraño. No sabía qué era peor: estar embarazada, estar embarazada del ex novio de su mejor amiga o estar embarazada de un tipo que es un extraterrestre.
Pagaría mucho por ver la cara de su madre cuando se enterara, pero obviamente no lo contaría. Está claro que los medios de comunicación no tardarían en enterarse, no había forma de que pudiera ocultar un embarazo a menos que se trasladara temporalmente a un lugar más alejado. Le pareció una gran idea. Tal vez, después de que su barriga empezara a crecer, Lena pediría alejarse de L-Corp, dejando a su director financiero a cargo de los asuntos más urgentes y de las reuniones cara a cara, mientras ella pasaría a dirigir la empresa desde otro lugar. Tal vez sea la mejor manera de escapar de la prensa sensacionalista.
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Que esperar (Cuando estas esperando) {{SuperCorp}}
De TodoTras la expulsión de los dexamitas, Lena Luthor se encuentra sumida en un profundo estado de depresión y confusión, sintiendo que ha perdido a su única amiga por su decisión ante la invasión. Y más que eso, está embarazada. Embarazada del ex novio d...