EPÍLOGO

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Tan pronto como salió del edificio, el frío de diciembre se mezcló con el calor de su cuerpo. Luisita se había abalanzado hacia ella y la había envuelto en sus brazos. Empezó a besarla con tanta efusividad, repartiendo besos por toda su cara, que Amelia no pudo reprimir la risa.

– Luisita, cariño. – intentó apartarse entre risas. – Para.

– Es que estoy muy contenta, Amelia. – volvió a besarla mientras le acunaba la cara. – Mucho.

Le dio un último beso y apoyó la frente sobre la de Amelia.

– Joder, qué contenta estoy. – murmuró antes de volver a dejarle otro beso.

Amelia sonrió, porque era imposible quitarse aquella sonrisa, y se separó de ella para mirarla.

– Te dije que todo saldría bien.

– No podías saberlo.

– Había un 99% de que fuera todo bien.

– Ya, ¿pero y ese 1%? – la voz de Luisita se rompió levemente al final de aquella pregunta y a Amelia se le encogió el corazón.

– Ven aquí.

La abrazó con cariño, siendo correspondida por un abrazo tan fuerte que volvió a hacerla sonreír.

– Parece que eres tú la que acaba de salir del oncólogo, no yo.

Luisita se rio y salió del abrazó.

– Perdón. Joder, soy un apoyo de mierda.

Se tapó la cara con las manos, pero Amelia se las retiró para que la mirara.

– No es verdad, pero ya puedes respirar tranquila porque todo está bien. – le acunó la cara e hizo que la mirara para decírselo con convicción. – Estoy bien.

– Bueno, bien tampoco. Ya has escuchado a la doctora, tienes los niveles de... ¿Cómo era?

– Cortisol.

– Eso, que tienes los niveles de cortisol muy altos y que significa que estás con mucho estrés. Te tienes que relajar un poco.

– Dijo la chica que está tan estresada con su trabajo que le chirrían los dientes mientras duerme y tiene una contractura cervical que casi no puede girar el cuello.

Luisita suspiró y agachó la mirada.

– Ya. – murmuró. – No pensé que tuviera tanto éxito.

Puede que Lu Morrigan no fuera la persona más querida por la prensa y tuviera demasiados haters que la atacaban sin motivos, pero lo que era completamente indudable es su impecable carrera. Tenía un talento nato que sobresalía del resto, pero tanto ella como los que entienden, saben que para hacerte un hueco en la industria hacía falta mucho más que sólo eso.

Tenía una carrera labrada a base de trabajo duro, tanto por ella como por sus padres. Así que, cuando sorprendió al mundo al dejar la música para abrir su propia discográfica, los nuevos talentos vieron como la elección para cumplir sus sueños y los que ya estaban en la industria vieron la oportunidad perfecta para impulsar su carrera.

Ni si quiera le había dado tiempo a inaugurar las oficinas y su correo estaba completamente colapsado.

Contrató a mucha gente para formar parte del equipo, pero en realidad, para los cargos importantes se quedó muy corta. Conocía cómo era aquel mundillo y la cantidad de puñaladas por la espalda que podía haber, y así que prefirió confiar en los suyos.

Como Directora de Operaciones contrató a la persona que había llevado toda su vida sacándola de problemas y encauzando su carrera con estrategias, a su madre. De Director de Marketing contrató a su padre, que fue quien conseguía constantemente que esa imagen de chica mala y problemática fuera tan atrayente. Y por último, como Directora Financiera contrató a Marina. María le había contado lo mucho que había mejorado el King's desde que Marina se había ocupado de las finanzas. Había estudiado Administración y Dirección de Empresa y tenía un master en Finanzas Corporativas. Quizás había otras personas con más experiencia en la industria que estaría encantada de trabajar para ella, pero necesitaba gente de confianza y Marina estaba capacitada y merecía esa oportunidad.

Si muriéramos mañana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora