Der König

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Zenón

Nuestro padre no había hecho más que empeorar y ahora era sumamente visible que en definitiva las palabras del doctor fueron equivocas, algo malo sucedía con él y era más que evidente, pocas veces Zyon tenía razón pero en esta ocasión estaba en lo cierto. -Zyon, debes dormir.

Digo en voz alta al descubrirlo nuevamente al lado de la cama de nuestro padre, su mirada violeta estaba más perdida que nunca.
-¿Si quiera me estás escuchando? Parece que me ignoras. -Tomo una de las sillas para sentarme en ella de manera que el espaldar pegue contra mi pecho. -No creo que a papá le agrade despertar y verte ahí pegado, pensará que le tienes pena y sabes lo que odia eso.

Por primera vez en todo el rato que llevo hablando solo este me mira y aprieto mis labios sintiéndome incómodo, siempre tenía esa mirada extraña pero durante estos días era más común verle de esa forma. -Deberías comer algo, no es bueno que tú también te enfermes.

-Come algo por mí, no tengo apetito y estoy bien, solo quiero...

-¿Estar seguro de que va a despertar? Zyon, sé lo que pasaste con Aurora pero debes relajarte, padre estará pronto con nosotros reclamandonos el haber dejado las cuestiones del reino sin cuidado.

Desde mi posición logro notar que hace una mueca con sus labios, debía ser fuerte con él, no podía permitirme caer ahora que se encontraba mal, de otra forma ambos estaríamos en un hoyo sin que alguno pudiera ayudar al otro.

-¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con tu novia?

Aprieto mis manos en el respaldar de la silla para luego soltar un fuerte suspiro, era evidente que estaba evadiendo lo que le había dicho. -Daphne se encuentra bien pero ella no importa en este momento, ha partido a su pueblo con algunos guardias, estaba ansiosa con lo de nuestro padre y tuve que enviarla a repartir suministros para que logre relajarse.

Sabía que estaba explicando de más pero debía buscar una manera de calmar a Zyon, tenerle en ese estado no era conveniente para nadie.

-¿Así que su relación va en ascenso, no?

Me abstengo de comentar y me pongo en pie para acercarme en busca de darle unas palmadas en su cabeza. -Piensas demasiado, anda, marchate y dejame esto a mí. Es una orden y no un pedido Zyon, vas a enfermar.

Solo logro percibir un gruñido de su parte a lo que respiro aliviado una vez logro deshacerme de su presencia, a veces no entendía de dónde venía tanta terquedad pero después veía a un lado y allí estaba la respuesta: Mi padre, Causio y Zyon son iguales.

Daphne

Me dolía ver tanta gente amontonarse por algo que debía ser común de tener; Repartía comida entre la gente del pueblo hasta que me aseguré que al menos una gran mayoría tuviera algo que comer por el siguiente mes.

Uno de los guardias reales toca mi hombro para avisar de la presencia de Zenón así que sigo de cerca a la guardia hasta estar dentro del carruaje dónde este me esperaba. -¿Como estás?

Le doy un vistazo a su rostro, sus ojeras estaban más marcadas que de costumbre lo cual hace acrecentar la preocupación en mí, su estado solo de podía tener una razón y esa era el estado en el que se encontraba su padre.

-Estoy bien, tranquila.

El sonríe colocando sus manos sobre mis hombros, hago una pequeña mueca sin creermelo, algo en su sonrisa me indicaba que algo me estaba omitiendo.
-¿Estás totalmente seguro de eso? Luces cansado y siento que me estás mintiendo para no dejarme saber qué pasa.

Si cabeza niega con rapidez y suelto un ligero suspiro tratando de hacer mi mejor esfuerzo en creerle.

-He dejado que vengas a este sitio para que de alguna forma estar junto al pueblo y lejos de los problemas reales te pueda hacer sentir mejor, has estado muy estresada con eso de que el aniversario de fallecimiento de tu madre se acerca y no sería muy justo de mi parte ponerte el peso de mi padre encima.

Si era cierto que tal vez había estado un poco más emocional o preocupada que de costumbre pero igualmente sentía una genuina preocupación por él, después de todo había sido mi único compañero en este lugar desde hace un buen tiempo por más que el rey Causio haya sido "amable" conmigo hasta el momento.

Sigo a Zenón hasta el transporte en donde nos marchariamos y subo hasta detrás permaneciendo a su lado mientras veía el camino a medida que avanzamos de regreso al castillo. Era un lugar hermoso pero lleno de miseria.

No tardamos en llegar por lo cual me despido de él con un abrazo y luego voy hasta mi habitación para darme una relajante ducha, buscando estar lo más cómoda posible para cuando llegue el momento de dormir.

El príncipe oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora