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Daphne

Mientras observaba a los príncipes enfrentarse al abrumador peso de la pérdida de su padre, me vi sumida en un mar de compasión y preocupación. La inmensa tristeza que envolvía al reino parecía reflejarse en cada gesto de los herederos. Determinada a aliviar parte de su dolor, me embarqué en la búsqueda de formas para levantar el ánimo de los príncipes, buscando destellos de alegría que pudieran aliviar, aunque solo fuera por un momento, el peso de su duelo.

En mi misión para hacer la situación más fácil para todos decidí prepararle algo de comer a los chicos, empezando por Zyon puesto que a él si que no le había visto alimentándose de algo sustancial estos días.

Cuando tengo conmigo el almuerzo del chico camino hasta estar con él en su habitación. -Buenos días. -Exclamé apenas ingresé, me sorprende el hecho de que esté sentado al borde de su cama luciendo tan relajado como su situación se lo permitía. -Veo que has despertado ¿Cómo te sientes? -Me acerco para tomar asiento a su lado y dejo la bandeja entre nosotros solo para ver su rostro de cerca, me era casi insólito notar lo descuidado que estaba, había perdido la cuenta de los días en los que había tenido cercanía con este chico pero casi siempre estaba bien arreglado, verlo ahora con una barba desaliñada y grandes ojeras bajo sus ojos de alguna manera representaba la poca fuerza que tenía para cuidar de sí mismo, así que aunque no nos lleváramos del todo bien tampoco podía ser tan cruel como él había sido alguna vez.

-Veo que no hablas, Zyon. Has perdido tus modales.

Su mirada por primer vez en días se dirige hacia mí y siento algo raro en sus ojos, no era esa típica mirada intimidante que siempre provenía de su persona, de alguna manera sentía que sus ojos atravesaban mi alma, aquello era más aterrador que cualquier intento de intimidación de su parte.

-Daphne... -Apenas logra pronunciar mi nombre y noto el esfuerzo en su rostro, no ha de ser fácil hablar después de tanto tiempo sin hacerlo. -¿Qué haces aquí? No deberías preocuparte por mí, cuida de tu esposo, yo estaré bien.

Mi ceño se frunce ligeramente pues claramente tanto tiempo encerrado y expuesto a sus sentimientos lo debían de haber enloquecido ¿Desde cuando yo tenia esposo y por qué no lo conocía? -Estoy perfectamente bien, he venido para ofrecerte de comer, no podemos permitirnos que sigas matándote de hambre, entendemos como te sientes pero Zyon... Hay una vida larga para ti, no diré lo que debes hacer pues es tu decisión pero deberías permitirme hacer esto.

Tal vez me sentía en deuda por su apoyo aquel día del postumo aniversario de mi madre y a la vez con la amistad que me había ofrecido Zenón hasta el momento, no podía simplemente permitir que perdiera a su hermano luego de perder a su padre, de alguna manera era mi intento por cuidar del rubio. -Por favor, no te molestaré tanto, solo quiero que comas. -La mirada del chico de alguna forma solo buscaba espantarme, lucia molesto pero ante mi insistencia solo suavizo su entrecejo y entreabrio sus labios lo que entendí como una invitación a alimentare por lo que me apresure a hacerlo. Tomo uno de los tenedores para empezar a llevar fruta a sus labios, era esencial que recobrase vitaminas, tenía días sin tomar el sol o comer apropiadamente así que esto le haría bien, él solo se dedica a comer en silencio y yo a observarlo-.

-¿Hiciste esto para mí?

Su repentina pregunta me toma por sorpresa pero aún así logro asentir. -Claro, es mi manera de hacer las paces hasta que vuelvas a ser un imbecil. -Busco hacerle reír pero al no obtener sonrisa alguna de su parte suelto un suspiro. -Perdón... Genuinamente me preocupan, los dos, sé lo que es pasar por tu situación y trato de hacer las cosas que me hubiera gustado que hicieran por mí.

Coloco una de mis manos bajo su mentón para tocar la espesa barba que cubría una parte importante de su rostro. -También deberías quitarte esto, verte a ti mismo aseado y limpio puede que te haga sentir mejor, no todo es el exterior pero nuestros cerebros funcionan así... -Tampoco deseaba que se engañe a sí mismo pero sería un paso fundamental para que Zyon estuviera mejor, sabía de lo importante que era verse bien para él, era algo evidente que cualquier se daría cuenta al momento de conocerlo. -También podría relajarte, una ducha caliente deja de buen ánimo a cualquiera.

Lo noto tragar con lentitud así que me apresuro a ofrecerle un vaso con jugo. -¿Mejor?

El solo da un asentimiento para después hablar.

-Daphne, no quiero hacer nada ahora... No me siento listo pero muchas gracias por esto, es mucho más de lo que nadie ha hecho por mí en estos días.

Tampoco me mentía, estaba al tanto que él rechazaba cualquier tipo de ayuda, verdaderamente había aceptado que se quería morir y aquello era más que preocupante por supuesto.

-No quiero que te quedes aquí y te asfixies con estas paredes Zyon, un montón de gente ahí fuera te necesita e incluso más importante que eso, te necesitas a ti mismo, te necesitas saludable.

Su mirada se asimilaba a la de un cachorro triste y eso de cierta forma hacia crecer la angustia en mi pecho, aunque estaba claro que no teníamos la mejor relación, de la cabeza de Zyon dependía el bienestar del reino y a nadie le convenía que los herederos al trono enloquezcan. Mi mirada regresa al chico cuando este toma mi mano libre, a pesar que había perdido peso su agarre se sentía igual de firme que siempre. -¿Prometes que vas a luchar y no solo rendirte? Te necesito bien para patearte el trasero. -Puedo percibir una débil sonrisa tras su barba, aquello era todo lo que necesitaba para saber que Zyon no moriría de inanición o cualquier intento de atentar contra su propia vida-.

-Gracias nuevamente Daphne, has sido muy amable aunque muy ingenua, no podrias patearme ni en este estado deprimente.

Quito la bandeja de entre los dos para darle un fuerte abrazo, abrazo que rápidamente se rompió cuando me sobresalte al escuchar un fuerte portazo tras nosotros. -¿Qué? -Apenas logro preguntar cuando veo lo apresurado que entra Zenón a la habitación mientras era acompañado de 4 guardias. -¿Ha sucedido algo?

-Daphne ven aquí en este preciso instante.

Se escuchaba bastante serio por lo que mis piernas solo respondieron dirigiéndome hacia él, sus brazos de inmediato me acogen y frunzo el ceño por lo fuerte de su abrazo. -¿Qué sucede? -Alzo la mirada hacia él cuando logro susurrar pero aquello es en vano, su mirada estaba fija en el chico que estaba sobre la cama-.

-Pueden llevárselo al calabozo, guardias. No queremos asesinos bajo nuestro propio techo.

Seguía sin entender del todo la situación pero tampoco tuve que esperar demasiado para obtener respuestas, los grandes hombres corrieron hacia Zyon tomándolo por cada extremidad haciendo imposible cualquier intento de liberarse por su parte.

-¿¡QUÉ ES ESTO ZENÓN!?

Su voz resuena en toda la habitación y solo atino a tragar en seco volviendo a mirar al rubio en busca de la misma respuesta.

-TÚ MÁS QUE NADIE DEBERÍA SABERLO, HAS MATADO A NUESTRO PADRE ¡ASESINO!

La sorpresa en mi rostro era visible ¿Todo este tiempo Zyon había fingido? Me repulsaba la idea de haber estado tan cerca suyo con esa posibilidad en el aire. Los gritos se tornaron insoportables, cada uno se esforzaba en alzar la voz más que el anterior y me resultaba aún más estresante que en cualquier vez pasada ¿Quién era capaz de matar a su propio padre?

Cierro mis ojos cuando un golpe seco ocasiona que Zyon se quede en silencio y al volver a verlo este estaba inconsciente en los brazos de ahora dos guardias, estaba claro que lo habían reducido a fuerza bruta porque de otra manera sería imposible llevarlo consigo... ¿Que has hecho Zyon?

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⏰ Última actualización: Jan 21 ⏰

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