; Prólogo

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Era una típica noche de viernes en el bar de Ooo. La noche avanzaba animada en el bar. Risas y conversaciones creaban una melodía alegre de fin de semana. Nuestra querida T/n se encontraba reunida con sus amigas compartiendo una relajante reunión después de una larga semana de trabajo. Entre risas y chismes, una sed comenzó a atenazar la garganta de T/n, reseca por la algarabía, tal vez una copa de cerveza de raíz calmaría su necesidad.

Se acercó a la barra, con un semblante agradable. El bar-tender atendió a T/n sirviéndole la bebida a ella amablemente. 

-"¿Deseas hielo?"- pregunto él.

-"No, gracias"- respondió T/n con una sonrisa amable. Ella le dio un sorbo a su bebida, y por unos segundos su mirada se desvió involuntariamente. Logrando visualizar al hombre al costado suyo; este poseía el cabello castaño oscuro, una tez color canela, frágiles lentes redondos y un mechón canoso blanco que acariciaba su frente pero sobre todo; una expresión de tristeza en sus ojos. Este parecía perdido en sus pensamientos, él miraba fijamente su vaso de cerveza medio vacía. Algo en su expresión melancólica la atrajo. Ella sonrió suavemente y con la fuerza de voluntad que le había dado el alcohol, T/n se acercó lentamente, sentándose a su lado. 

-"¿Día difícil?"- preguntó en un tono casual, ofreciendo una sonrisa amistosa.

El hombre dirigió su mirada hacia ella, sus profundos ojos negros se encontraron con los de ella. T/n no pudo evitar sentir un aleteo en el pecho, una calidez inexplicable dentro de ella. Él asintió y dijo simplemente:

-"Se podría decir que sí."- Respondió el mayor. Llevándose una mano a la nuca, frotándose ligeramente. El rostro del anciano expresaba algo de incomodidad. Intentando forzar una sonrisa nerviosa ante su clara miseria.  Sin embargo la joven notó que había tristeza detrás de los ojos oscuros del castaño, como si llevara un enorme peso sobre sus hombros. 

 -"Te invitó un poco de mi veneno"- bromeo T/n ofreciéndole un vaso de alcohol- "Un vaso más no le hace mal a nadie."- Dijo ella en un tono amable. Simón negó con la cabeza, con una sonrisa nerviosa -"N-no es necesario..."- replicó él. Sin embargo, T/n ya tenía ambas cervezas en su mano. 

-"Me llamo T/n, un gusto."- Ella sonreía de oreja a oreja, tendiéndole el vaso al mayor. Este mismo suspiro en resignación, esbozando una leve sonrisa en su rostro 

-"Soy Simón, Simón Petrikov. Y no hay de qué."- Las miradas de ambos se cruzaron. El tiempo parecía detenerse. T/n sintió en su estómago un cosquilleo inexplicable, como traviesas mariposas. -"El gusto es mío."-

ღ Just the two of us ღ (Simon x female oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora