No me sueltes

301 10 4
                                    


Ahí estaba esa maldita aguja sobre el lavamanos. A ella le generaba una gran angustia; le tenía miedo a las agujas, aún así, tenía que inyectarse esa cosa, todos esos medicamentos alteraba sus hormonas y la volvían sumamente insoportable, no sabía cómo su Negri la seguía aguantando con tanto cambio de humor. Por Dios si no lloraba, estaba gritando o con ataques de nervios.

Habían pasado tres años desde que regresaron al futuro y llevaban apenas un año viviendo juntos como pareja con su Negri, ella tenía miedo de un día llegar a su casa y no encontrarlo, tenía miedo que se artara de sus ataques o se diera cuenta de que él no quería estar con alguien que estaba buscando un embarazo con alguien más.

Consultas a diferentes doctores, inyecciones vitaminas, estudios y muestras en eso se iba su vida durante ese último mes estaba tan cansada y apenas iba empezando el tratamiento.

Lloraba cada vez que le tocaba una de esas inyecciones que tanto odiaba, su Negri le había dicho en más de una ocasión que el podría ayudarle a ponérsela pero ella se negaba porque sabía que también para el era una situación sumamente difícil.

Nadie se había puesto a pensar en lo que ella realmente quería y ahí estaba tratando de complacer a todos.

Ella en realidad quiso mucho a su hijo Nerdito, pero esperaba tener hijos con su amado Negri, no con su mejor amigo Nachito. Era demasiado para ella, aún era joven y no quería tener hijos, pero ahí estaba Nacho recordándole diariamente el por qué tenía la obligación de tenerlo.

La cara de los doctores y enfermeras que ponían cuando se enteraban de su situación cuando la atendían para el tratamiento de la inseminación eran de un terror puro. Cuando sabían su edad, empezaban los duros cuestionamientos, era sumamente agotador tratar de aclarar la situación para luego observar las caras de lástima que le dirigían solo empeoraban más las cosas, ella deseaba salir corriendo y ocultarse por años para que todos la dejaran a ella y a su cuerpo en paz por un momento.

Necesitaba a su hermana. Sentía que ella podría comprenderla y darle las palabras de apoyo y aliento necesarias para enfrentar la situación, pero cuando le iba a externar sus preocupaciones, justo ella le mencionaba sus problemas con la maternidad y la exigente agenda de los conciertos. En esos momentos, ella no sentía que era el momento adecuado para darle más preocupaciones y carga a su hermana.

Pero llegó un día en que todo empeoró drásticamente y tuvo una tremenda crisis agarro su maleta metió lo que pudo en ella, tomó su pasaporte y recorrió como 5 veces el parque cercano a su casa para después dirigirse al aeropuerto, quien la viera hubiera supuesto que claramente había perdido la cabeza.

Desde chica tenía ataques de pánico en ciertas situaciones, sobre todo generados por el miedo a ser abandonada, Pero cuando conoció a su hermana Mar, esas crisis habían bajado drásticamente, y solo ella empezaba a gritar y hablar sin parar con sus palabras atropelladas que el único que la entendía era su Negri, Había llegado al aeropuerto, se sentó en una silla viendo la pantalla de vuelos confusa. Se quedó viendo los vuelos salir, pero en medio de eso sentía que el aire le faltaba. No sabía cuántas horas habían pasado, pero debieron ser varias horas.

Vio llegar a Luca junto a su hermana, mientras ella no sabía cómo había llegado a la enfermería del aeropuerto. Ella seguía en una crisis que no la dejaba respirar bien y vio esos ojos azules llenos de lágrimas al igual que los ojos marrones de su hermana. Es lo último que recuerda antes de perder el conocimiento.

La luz del sol la despertó y ahí se encontraba su amado Negri sentado en una silla sosteniendo su mano mientras su cabeza descansaba en el pecho de ella y del otro lado se encontraba su hermana acostada donde normalmente dormiría su novio.

The story of usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora