No soy como ella

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Se estaba observando detenidamente en el espejo tocaba su rostro y trataba de arrugar un poco su frente y su ojos creando arrugas que aún eran inexistentes en ella.

La sensación de estar adoptando rasgos de su madre biológica llenaba a Estefanía de una angustia profunda. No quería ser como ella, no quería heredar sus características más oscuras. Pero la mera idea de que esa influencia pudiera estar presente la atormentaba día y noche. Sentía frustración porque cada día que pasaba, se encontraba más parecida a su madre biológica, aquel ser abominable que le causaba escalofríos al pensar en todo lo que era capaz de hacer. A pesar de que había sido criada con amor por su madre adoptiva, ahora sus pensamientos se enfocaban en los aspectos más oscuros de su origen biológico, sintiendo que esa sombra se apoderaba de ella.

El ser con el corazón más frío del planeta que había conocido, ella que no tenía piedad en su corazón y no le importó abandonar a su propio bebé en el piso frío de la entrada de una casa.

Seguía observándose y no lo vio llegar al baño el solo guardo silencio mientras observaba todos sus movimientos por el rostro de su novia.

El peor día de su vida fue cuando conoció a la causante de todas sus inseguridades y traumas, la intención de la mujer era clara jugar el papel de la madre arrepentida, esperando que Estefanía la perdonara y la aceptara en su vida. Pero Estefanía no se dejó engañar. En el fondo, sabía que todo era una farsa para aprovecharse de ella.

-¿Fideito, estás bien? Preguntó interesado en qué trataba de hacer su novia pero no tenía ni idea de lo que hacía seguramente era algún método de belleza pero lo descartó a verla como pellizcaba su rostro hasta parecía que se haría daño

-Si...- respondió Estefanía, siguiendo con lo que hacía en su rostro.

-Estas muy hermosa, así que no necesitas nada - trató de tranquilizarla Luca, su voz suave y llena de ternura.

-¿Tu crees que me parezco a ella? - Se atrevió a preguntar volteándolo a ver con su cara de desanimo

-¿A quien?-    Preguntó sin saber bien a lo se refería

-A la que se atrevió a abandonarme en la calle, ¿Me parezco a ella?-     No se atrevió a decirle madre o su nombre Juana Vacca despreciaba a hasta la mención de su nombre

Luca entendió de inmediato a quién se refería y sintió una punzada de dolor por ella. Se acercó más, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura.

-Crees que me parezco a ella?-    volvió a preguntar con interés

Estefanía dejó escapar un suspiro, su mente seguía atrapada en los miedos que la acosaban, pero la presencia de Luca a su lado comenzaba a calmarla y su brazos fuertes y protectores le ayudaban enormemente.

-Flaquita, no eres como ella. Eres completamente distinta aparte tu eres mas hermosa-

-No... no quiero volver a verla, y ahora me perturba encontrarla en mi rostro-     dijo Estefanía, su voz temblando.

-Eres diferente-          Trato de tranquilizar a su novia entendiendo la situación

-¿Pero tengo cosas de ella?-      pregunto insegura  

-No te preocupes por eso -   Sugirió

-Pero sí me preocupo-       suspiró ella, frustrada.       -¿Qué tal si soy como ella y me vuelvo una pésima madre? -       confesó, revelando uno de sus peores miedos.

-No lo creo. Tienes a la mejor mamá del mundo. Julia hizo un excelente trabajo contigo, y de cierta manera, tienes más de ella que de tus padres biológicos.-

-No puedo evitar pensar que tengo sus ojos, su nariz y su cabello-   Dice con frustración       -Hasta creo que su misma altura -     dijo con indignación 

-Deja de pensar en eso, tú eres tú, no ella-    respondió Luca con suavidad pero con determinación, tratando de infundirle confianza

-Yo la odio y no puedo evitar odiarme a mí misma por su culpa- dijo Estefanía, su voz quebrándose. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Luca se apresuró a estrecharla en sus brazos de nuevo, sintiendo su cuerpo temblar contra el suyo. Le besó la cabeza con cariño.

-Yo amo como te ves, simplemente eres tú no le debes nada a ellos, ni siquiera tú apariencia-

-Tengo en mis genes un ADN malvado. ¿Qué tal si me convierto en ese ser tan malvado? - dijo Estefanía, su voz llena de angustia.

Luca la observó incrédulo, pero se dio cuenta de que para su novia era importante su opinión.

-Flaqui veme a los ojos - Pidió mientras se atrevía a verlo a los ojos con cierta inseguridad

-Los rasgos físicos no definen quién eres por dentro. Tú eres única, y todo lo que te hace especial viene de tu interior, no de tu apariencia.- Luca hizo una pausa, asegurándose de que sus palabras llegaran a lo más profundo de Estefanía. -Me tienes a mí, y yo jamás voy a permitir que salga ese lado malvado que según tú dices tener.-

-¿Tu lo crees?- preguntó Estefanía, su voz llena de incertidumbre

-Flaquita, tú ves el mundo como nadie más lo ve. Aprecias todas las cosas y tratas de mejorarlas. ¿Cómo alguien así podría ser un ser malvado? Eres sumamente especial y única - respondió Luca

Las lágrimas finalmente cayeron por las mejillas de Estefanía, pero esta vez no eran solo de tristeza, sino también de alivio. Abrazó a Luca con fuerza, sintiendo el calor y la seguridad de su amor, pero otra pregunta se le venia a la cabeza

-¿Pero si soy una pésima madre?-

-No lo serás, eh visto como eres con Paz, Hope, Amadito y Bruno, eres la tía más amorosa y comprensiva y un tanto consentidora, que va eres extremadamente consentidora- La acusó

-¿piensas que eso soy?-

-Pienso que serás una excelente madre para nuestros hijos-

A Estefanía cayó en cuenta lo que su novio había dicho la había sacado por completo de todas sus inseguridades.

Su novio la creía apta para poder ser madre de sus hijos, él veía un futuro con ella, como ella lo veía con el y eso logró sacarla de todos esos pensamientos extraños que estaba teniendo.

Ella lo miró sonriendo

-Acabas de ponerme de buen humor - Sonrió

-Me gusta cuando sonríes - respondió Luca, aliviado de ver la sonrisa en el rostro de su novia.

-A mí me gusta darte muchos besitos -  se acercó a él y le dio varios besos seguidos por toda la cara, poniendo más énfasis en sus labios y bajando a su cuello.

-¿Y esto?-   preguntó Luca, riendo encantado por los besos de su amada flaquita.

-Un poco de todo lo que te mereces por aguantar a una novia loca, que no quiere parecerse a su malvada madre.-

-Gracias, Negri por siempre creer en mí- murmuró contra su pecho, su voz suave y llena de gratitud.

Luca la sostuvo con ternura, besando suavemente su cabeza.

-Negri, no sé qué haría sin ti - murmuró, abrazándolo con fuerza.

-No tienes que saberlo, porque siempre estaré aquí para ti - dijo Luca, acariciando suavemente su espalda. - Juntos, podemos superar cualquier cosa

-¿Juntos?-

-Siempre, Estefanía. Siempre creeré en ti. -

En ese momento, con el apoyo incondicional de Luca, Estefanía supo que podía superar cualquier cosa. Juntos, construirían un futuro lleno de amor y mucha esperanza, lejos de las sombras del pasado.


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