¡¿Reencarne en Dudley Dursley!?

00 ¦ 𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋 𝐃𝐄 𝐍𝐀𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃

ESPECIAL NAVIDEÑO
↳ ❝FELIZ NAVIDAD, HARRY❞

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LAS CALLES DE PRIVET DRIVE ERAN CUBIERTAS POR CIENTAS CANTIDADES DE BLANCA NIEVE, LOS GRANDES FAROLES SIENDO DECORADOS POR PEQUEÑOS COPOS ESCARLATA, CADA UNA DE LAS CASAS DEL VECINDARIO SIENDO DECORADAS POR LUCES Y ADORNOS NAVIDEÑOS.

Por las largas calles cubiertas de escarlatas, algunas de las familias que habitaban las casas del vecindario caminaban, con grandes sonrisa en el rostro y vistiendo grandes suéteres de lana, bufandas y guantes para cubrirse del ambiente frío.

Las risas de los niños pequeños del vecindario, corriendo y jugando entre la nieve, un ambiente sumamente alegre y cálido para los habitantes del lugar. Niños corrían de un lado a otro, soltando grandes carcajadas, muchos de los adultos que los miraban, sonreían con gran nostalgia por el ambiente que los rodeaba.

En el número cuatro de Privet Drive, los Dursley realizaban sus deberes cotidianos. Las blancas paredes del hogar de los Dursley eran cubiertos por largos cables de luces navideñas, la madera de soporte de las escaleras eran adornados por cientos de adornos colocados por los dos niños que habitaban aquella casa y en el centro de la sala, descansaba un gran árbol de pino que sería decorado por los Dursley aquella noche, en los pies del árbol reposaban grandes cantidades de cajas de regalos y a su lado todos los adornos navideños que serían colocados.

Por los pasillos del hogar de los Dursley, caminaba Petunia en dirección de las escaleras, vistiendo una camisa negra de mangas largas y de cuello de tortuga y una larga falda de color beige plisada junto a un delantal blanco con pequeños detalles de bordados en los bordes. La mujer se asomó en las escaleras, colocó sus delgadas manos en sus caderas antes de gritar.

--¡Harry, Dudley, levantaos ya!--Gritó Petunia. Los siguiente que se escuchó fue un quejido de parte de Harry y un golpe sordo del cuarto de Dudley.

Las risas de Harry resonaron en el pasillo de arriba, acompañados por las quejas avergonzadas de su hijo, Petunia río suavemente y se dirigió a la cocina mientras negaba con la cabeza, divertida.

Minutos más tardes, los pasos apurados bajando las escaleras de los únicos niños del hogar no se hicieron esperar, acompañados de las voces de ambos niño. Ninguno de los dos tardaron en asomarse a la cocina, vistiendo sus ropas de dormir.

Usualmente la de Harry consistía en una gran sudadera de color negro y gris, junto a unos pantalones holgadas con pequeños dibujos de estrellas en el, la de Dudley era idéntica, con la única diferencia siendo los colores de esta y los diseños de gatos en los pantalones.

--¡Buenos días, tía Tuney!--Saludó Harry, sonriente.

--Buenos días, mamá--Saludó está vez Dudley, soltando un sonoro bostezó y tratando de mantener los ojos abiertos.

--Buenos días a ambos--Petunia se acercó a la mesa y dejó los últimos plastos de comida en la mesa. Desordenó con cariño el cabello de ambos.

Ambos niños rieron suavemente. Después de dar las gracias por la comida, comenzaron a desayunar. Petunia tenía una gran sonrisa a pesar de que su esposo tuvo que salir temprano para visitar a su hermana.

Dudley y Harry comían con tranquilidad, saboreando con gusta la comida. Después de desayunar, ambos ayudaron a Petunia a lavar los trastes.

--Vamos, Harry. Quiero ir a jugar con la nieve--Animó Dudley, emocionado. Colocó el último plato en su respectivo lugar.