SNOWMAN [Todoroki Shoto]

"O6"

Antes (3)

Un toque en la puerta se escuchó.

Hiro levantó la cabeza confundida.

Eran entradas las 12 de la madrugada, su madre ya estaba en un profundo sueño y ella no había sido capaz de dormir debido al dolor en su cuerpo.

No sabía quién podía estar aquí a estas horas, aún así se acercó a la puerta corrediza y la abrió sin problemas.

Fuera quien fuera no debía ser nadie malo.

Grande fue su sorpresa al alzar la vista y ver el rostro de un chico de ojos heterocromáticos.

Hiro quiso sonreír emocionada, ver a Shoto siempre parecía ponerla así.

Pero esa sonrisa ni siquiera fue esbozada cuando la niña pudo observar su rostro más atentamente.

La habitación estaba oscura pero el resplandor de la luna se filtraba al interior y daba una sensación de penumbra al ambiente.

Hiro frunció el ceño al ver unos ligeros rasguños en su mejilla derecha y un moretón en el brazo que sujetaba.

- ¿So-chan? ¿Qué ocurre? - la chica de verdad no entendía que estaba pasando y porque el chico se encontraba tan herido.

Los ojos de Shoto parecían tener ojeras cuando la miraron.

- ¿Puedo pasar? - el niño preguntó con cautela.

- Sí, claro, pasa - Hiro se apartó de la puerta y dejó que el chico avanzara.

En ese momento se dio cuenta de algo más, Shoto caminaba cojo, su pierna también parecía estar lastimada.

Hiro cerró la puerta corrediza después de comprobar que nadie hubiera visto lo anterior. Luego tomó a Shoto de la muñeca y lo arrastró sin preguntar hacia su cuarto.

Shoto se sorprendió pero no luchó, dejó que Hiro lo llevara a donde sea que fuera a ir.

No tenía las fuerzas para preocuparse por eso.

Hiro dejó a Shoto de pie mientras preparaba el futón.

- Acuéstate - tomó al chico por los hombros y lo empujó hacia abajo, obligándolo a hacer lo que decía.

Shoto no peleó y se acomodó en el cómodo futón.

Hiro salió por unos instantes del cuarto y regresó con una caja de primeros auxilios.

- Dame tu brazo - Shoto lo hizo.

Hiro aplicó un poco de pomada en el moretón del golpe. La pomada hizo que la herida que antes dolía, ahora se sintiera fresca e hizo que los músculos de ese brazo antes tensos se relajaran notablemente.

Dejó el brazo de Shoto sobre las sábanas y luego pasó al rasguño en su mejilla.

Parecía más como si se hubiera caído.

Hiro tomó una gasa pequeña y le aplicó un poco de alcohol para desinfectar el raspón.

Shoto torció el gesto en cuanto la gasa entró en contacto con su piel pero no dijo nada.

Hiro luego le puso un parche para que el rasguño no pudiera infectarse con polvo o suciedad.

Shoto estaba silenciosamente sorprendido.

Las atenciones de Hiro eran casi expertas, como si estuviera muy acostumbrada a hacer este tipo de cosas.

Tuvo un arranque de preguntarle acerca de esto pero se contuvo.