Capitulo 11 - Un transplante de Corazón.

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TIEMPO ATRAS.

Algo en mí me decía que las cosas no iban bien. No podía evitar sentirme nerviosa. Solté un suspiro y volví mi vista hacia el rostro concentrado del doctor.

Sé que Taylor está preocupado por mí, al igual que yo.

Su ceño se frunce y su mandíbula se desencaja.

— Puedes cambiarte.

Se detuvo delante de su escritorio y colocó ambas manos sobre él.

—Dígame qué pasa, no soy una niña.

Él no contestó de inmediato.

—Abigail, aún debo confirmar.

Me removí un poco.

—¿Confirmar qué? — insistí.

—Todo indica que necesitarás el transplante de corazón.—confesó mirándome fijamente.

Mis ojos se humedecieron y mordí el labio con fuerza. No quería echarme a llorar. Me quedé sumida en un silencio tortuoso, sin saber qué decir.

Respiré hondo y tragué saliva.

—¿Cuánto tiempo? —inquirí entre dientes—. Me queda... —repuse con voz débil.

—Si es lo que pienso, la probabilidad de vida es de menos de un año, eso si no se consigue un corazón rápido.—me confesó mirándome fijamente.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. No podía creer lo que acababa de decir, ¿Qué iba a hacer con mi vida?

Recordé los momentos felices que había pasado con mi familia y mis amigos, las cosas que me gustaban hacer, los sueños que tenía... Todo se desvaneció ante mis ojos como una nube.

El doctor me observaba con compasión. Sabía lo difícil que era para mí aceptar la realidad. Pero también sabía que tenía una esperanza: encontrar un donante compatible.

—No pierdas la fe, Abigail —me dijo con voz suave—. Hay muchas personas dispuestas a ayudarte. Solo tienes que seguir los pasos necesarios para encontrar una solución.

—¿Puedo pedirle algo?

—Por supuesto, lo que necesites.

—No le cuente nada a mi padre, al menos por el momento.

Su mirada reveló su desdén y su asombro.

—Abigail, yo tengo que...

—Confidencialidad médica, ¿recuerdas? —lo corté.

Se irguió y me observó.

No quería decir eso, ni siquiera sería capaz de hacer algo si él le contaba a mi padre. Entendía que para él era muy duro guardarle un secreto así a mi padre, siendo tan amigos. Pero no me sentía preparada para ver su expresión de pena, primero tenía que aceptarlo yo.

Lo Que Fue de Mí Sin Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora