Capitulo 6 - ¿Es un sueño?

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Ya somos 700 vistas, hablando de eso, les dejo en multimedia mi vista mientras escribo este capítulo. 🫶🏽 nos vemos a las 800 vistas y maratón de 3 capítulo cuando se llegue a las 1000.

He aprendido que todo es un proceso, cuando algo me salía mal Aaron siempre me decía: "Abi, todo es parte del proceso"

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He aprendido que todo es un proceso, cuando algo me salía mal Aaron siempre me decía: "Abi, todo es parte del proceso". Y ese es ahora mi lema. Pero a veces el proceso es tan duro, que me pregunto si vale la pena seguir.

Quizás se pregunten qué pasó con la conversación que debía tener con mis padres, la verdad es que no pasó nada, no fui capaz de hacerlo, los evité por completo a tal punto que estos días he dormido en casa de Zoé, lo que ha sido un alivio realmente, la primera noche me desperté en la madrugada con un ataque de pánico y no tuve más remedio que confesarle que mis episodios de ansiedad no habían cesado en ningún momento, sino que se habían intensificado. Los demás días me ayudó a calmarme, me abrazó por horas, me escuchó y me consoló. También visité a la psicóloga dos veces en estos días y hablamos durante horas, ella insistía en que estaba huyendo de mis problemas, pero aún así seguí durmiendo donde Zoé, me sentía mejor no estando sola. Las dos últimas noches pude dormir mejor que en mucho tiempo, aunque los recuerdos me persiguieron en forma de sueños, pero esta vez sin un ataque de ansiedad de por medio.

Todo parecía ir bien, con el dolor intacto pero soportable, el trabajo me había servido de distracción, esta última semana trabajé desde la oficina, pero hoy me asignaron mi primer proyecto fuera de ella... yo estaba emocionada, realmente lo estaba, pero al llegar aquí de pronto me vi rodeada de autos, de personas caminando apuradas, de ruidos y olores que me agobiaron.

— ¿Te encuentras bien? — escuché que me preguntaba la asistente que me fue asignada. Mi corazón latía con fuerza y sentí un nudo en la garganta. Todo se me borró de la mente y no pude responder nada.

Los latidos del corazón se aceleraron, justo como la primera vez. Llevé mis manos a la cabeza y cerré los ojos.

Otra vez no, por favor.

Abro los ojos lentamente, me encuentro dentro del auto, no sé en qué momento llegué aquí ni a dónde había ido Mackenzie.

Inhalo y exhalo repetidamente, tratando de controlar mi respiración. Al cabo de unos minutos agarro el celular y comienzo a marcar el número, pero no contesta, manda al correo de voz. Fijo mis ojos que ya para el momento se encuentran borrosos y llenos de lágrimas. Entonces lo veo... ¿Acaso marqué el número de Aaron?

Suelto un suspiro y otro dolor me atraviesa el pecho, haciendo que lleve mi mano a este. Rápidamente marco el único número que me sé aparte del de Aaron.

—¿Puedes venir por mí? — le suplico. Mi voz se quiebra y mis manos tiemblan. Sé que en cualquier momento mi celular se puede caer al suelo. El aire no llega a mis pulmones, por más que intento respirar profundo.

—Tranquila, Abi. Estoy saliendo para allá. ¿Dónde estás? — me dice con calma, tratando de transmitirme seguridad.

—Te enviaré la ubicación, es en el estacionamiento, cerca de la entrada principal. Por favor, apúrate. No puedo más. — le respondo, sintiendo que voy a llorar.
—Ya voy, ya voy. Aguanta un poco más, ¿sí? Eres fuerte, tú puedes. — me anima, y cuelga.

Lo Que Fue de Mí Sin Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora