Nine

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Dormía tranquilo entre tus brazos, últimamente estabas más cariñoso conmigo, no sufría por tu partida cada vez que te ibas sin decir nada, hoy era uno de esos días en los que deseaba que todo volviera a ser como lo era antes, incluso en sueños podía llorar sabiendo que nada de eso iba a durar, estaba soñando y aún así sabía que estaba muriendome.

Abrí los ojos y te vi abrazando a nuestro cachorro con fuerza, ambos durmiendo tranquilos, quisiera ser más fuerte y poder seguir mirando esto, pero sólo salí de la habitación y me fuí a hacer el desayuno para todos, mirando el calendario en la pared, tu cumpleaños estaba tan cerca, quizá no debería hacer algo para ti... Era obvio que irías con ella, así era cada año, era tu mejor regalo.

Comencé a desvanecerme en el aire, pensando tantas cosas, quizá solo estaba contigo porque sabía que no tenía tiempo y tú podrías proteger a nuestro cachorro, eres su papi alfa... ¿Quién mejor para defenderlo?, yo ni siquiera lo puedo cargar sin caerme, estoy en los huesos y eso parece no importarte, ya lo sabía alfa... Solo esperaba una mirada, solo un suspiro, quizá un regaño, cualquier cosa, supongo que no importa, pronto dejaré de preocuparme por eso.

Bajaste sin nuestro bebé y te sentaste frente a mi para comer tu desayuno, sin mirarme en ningún momento, tranquilo, tampoco quería que vieras mi miserable existencia. Terminaste en poco tiempo, soltando un suspiro luego de estar con tu teléfono en mano, tranquilo, entendía que debías atender asuntos importantes entre sus piernas, solo no tardes tanto, mi corazón no soportará.

—Taehyung...

Me atreví a llamarte, me miraste por fin y esperaste alguna palabra, con esa expresión dura y un semblante serio, así eras conmigo, cruel.

—¿Puedes besarme antes de irte...?

Mi estómago dolió y quise vomitar algo que no había consumido, no tenía nada para devolver.

—Haneul ayer me preguntó si tú no me querías, dice que los padres de sus amigos lo hacen y... No quiero que lo sepa, solo hazlo frente a él, no tienes qu-

—Cuando el nos vea, no está aquí, así que adi-

Escuché esos pequeños pasos en la escalera y corriste a los brazos de tu papi alfa, sonriendole y dejando que te llenara con su olor, haciéndome sentir mal, era obvio que tenías preferencia hacia el... ¿De verdad era necesario en este mundo?

—Mi cachorro, papá debe salir y volveré más tarde, ¿bien?, cuida de la casa y de tu papi koo.

Le sonreíste, el a ti, ambos me miraron, ahí, de pie tratando de no caer por lo débil que me estaba sintiendo en ese momento, tan feliz, tan horriblemente feliz de sentir ese alivio, el te tenía y tú a el.

Papi koo... ¿De verdad no te da asco escupir tus palabras hacia mi?, supongo que no, después de todo no sientes ni lo más mínimo por esta bolsa de huesos, soy tu esposo, tu Omega destinado, estámos enlazados, pero qué mierda importa ¿no es así?, no me mires de esa manera, no me tomes así entre tus brazos, no debí pedirte cariño...

—Te amo, cuídate y a nuestro bebé.

Me besaste, fué tan corto que ni siquiera pude responder, mirando tu aroma desaparecer en el aire, el pequeño nos miró emocionado, llevándote hasta la puerta y mirando por la ventana mientras te ibas, ¿seguro de que querías dejarlo?, te ama, con todo su corazón... Supongo que le di el mío.

—Papi Koo... ¿Por qué estás tan flaquito?, mira, tu brazo es más pequeñito que el mío.

Lo miré con una sonrisa y los ojos llenos de lágrimas, su brazo de piel canela como tú, tan bonito y con algunos lunares, mi brazo casi amarillo, feo, delgado y lleno de moretones, ¿eso es lindo para ti?, había olvidado lo feo que era.

Her - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora