The Stripper | Yuleria

Capítulo 33 - Cayendo en tentaciones

POV Yurielkys

Abrí los ojos mirando el fuerte movimiento en la entrada del club. Hoy era su día. Respire hondo tomando el valor de ir en contra de mi orgullo que gritaba de manera alarmante por salir de aquí. Los sorbos de tequila de los cuales Sami prácticamente me obligo a tomar, me dieron la fuerza para tomar la decisión de que esa noche yo la necesitaba. Mi stripper.

Salí del coche caminando en dirección a la entrada de "Imperium". La seguridad, que me conocía lo suficiente, apenas me vio, me dio el pase para entrar. El ritmo sensual de la música pronto llegó a mis oídos. Dos mujeres casi medio desnudas me miraron con una sonrisa maliciosa, haciéndome simplemente mirar hacia otro lado y dirigirme directamente hacia el mostrador de bebidas. Al llegar me encontré con la morena que siempre estaba ahí, Joca. Yo sabía que ella era una de las fieles escuderas de Valeria dentro de Imperium. Apuesto a que sabía de todo el juego. Intente disipar tales pensamientos de mi cabeza cuando entonces la llame.

Joca se volvió hacia mí, poniendo los ojos como platos al darse cuenta de que yo estaba allí. Ella parpadeó un par de veces en muestra de su nerviosismo evidente y entonces se acercó.

- ¿Desea alguna cosa?

- Lo de siempre.

La mujer asintió, poniendo un vaso de whisky con hielo sobre el mostrador.

- ¿Dónde está Valeria? - Susurré a la mujer me miró confusa.

Rodé los ojos con impaciencia.

- Honey. ¿Dónde está ella?

- Está en el vestuario preparándose para la presentación.

- ¿Puedo hablar con ella?

- Sra. Ojeda... No se permite el ingreso de ningún cliente en esa zona, a menos que la bailarina haya dado la orden.

- ¿Esto es necesario? Ella querrá verme de todos modos.

Joca miró a ambos lados y se acercó.

- Sería mejor hablar después de la presentación. Honey saldrá en pocos minutos.

Yo apenas asentí a la mujer que sonrió levemente. Tomé todo el líquido de mi copa, pidiéndole que la llenara con lo mismo de nuevo. Me alejé de la barra dirigiéndome hacia el escenario principal donde Honey bailaría. En el camino me encontré con Matilde que me miraba con curiosidad. La mujer se dirigió rápidamente hacia mí, y yo sólo resople. No estaba con el mejor humor para hacerme la simpática.

- Bueno, bueno, ¡quién está aquí! - Matilde habló animada levantando los brazos hacia mí.

No dije nada, solté una ligera sonrisa para la mujer que estaba de pie frente a mí, impidiéndome continuar mi camino.

- ¿Has venido a admirar a mi piedra preciosa Ojeda? - Soltó la mujer con altivez.

Sonreí cínicamente.

- "Mia" ¿querrás decir no?

Matilde se encogió de hombros, arqueando una ceja.

- Tuya y de todos los clientes que la ven.

Podía sentir una pizca de malicia en su frase, pero no dejaría que algo así me debilite.

- No señorita Campbell, sólo mía... Algo es nuestro cuando lo tenemos por completo.

- ¿Y tú la tienes? - Preguntó casi desafiante.

- Si estoy diciendo que es mía, es porque lo es. - Corté a la mujer con humor negro.

Matilde sonrió sin humor.

- Muy suertuda entonces Yuri. Has conseguido lo que nadie puede tener, pero no se sabe hasta cuándo ¿no es cierto?