quince.

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El timbre sonó por toda la casa, el omega salió de su habitación corriendo escaleras abajo y abrió un poco la puerta, al ver a la omega la dejó entrar recibiendola con un abrazo

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El timbre sonó por toda la casa, el omega salió de su habitación corriendo escaleras abajo y abrió un poco la puerta, al ver a la omega la dejó entrar recibiendola con un abrazo.

—¿Qué sucedió Seungminnie? No pude entenderte nada—Brindó caricias a la espalda de su amigo para tranquilizar los sollozos

Somi llevó al omega de regreso a su habitación, se dirigió a la cocina preparando un té para su amigo junto a un supresor para poder calmar su celo aunque sea por un momento, regresó a la habitación encontrando al omega dar vueltas por la cama.

—Seungmin toma ésto—Le entregó la pastilla y la taza de té

—No puedo Somi, no puedo—Se negó regresando la pastilla a la omega

—Tienes que hacerlo, no hay nada que temer, el supresor te ayudará a bajar el dolor—Insistió tomando a la fuerza la mano de Seungmin poniendo en ella la pastilla

—Sabes que mi lobo rechaza todos los supresores, mi lobo sólo quiere una cosa...

—El padre de Soo—Las lágrimas volvieron a recorrer el hermoso rostro del omega

Después del nacimiento de su cachorro no lo tuvo fácil pues cuando llegó la hora de su primer celo después del parto ningún medicamento podía calmar su dolor, su lobo rasguñaba su interior lastimándolo causando más dolor, uno insoportable. Su lobo no quería ningún medicamento, quería a su alfa.

Seungmin tomó la pastilla con manos temblorosas y las tomó junto con el té, Somi se sentó a su lado en la cama dando suaves golpes en su espalda.

—¿Me dirás que sucedió?—Seungmin se refugió en los brazos de su amiga, la omega correspondió el abrazo oliendo en él un aroma conocido, un aroma a café y vainilla—¿Porqué... porqué hueles a Chan?

—Somi...—El omega tranquilizó su llanto y miró a su amiga—Yo...

—¡Habla Seungmin! ¿Te hizo algo? ¿Se aprovechó de tu celo? Lo mataré con mis propias manos—Gruñó levantándose pero fue detenida regresando a su asiento

—No me hizo nada—Susurró

—¿Entonces porque hueles a él? Tienes impregnado su olor—Bufó enojada

—Yo... Visité a una clienta por la tarde después del trabajo—La omega tomó una mejor posición escuchando atentamente a su amigo—Cuando iba de regreso empezó la tormenta y a medio camino encontré a Chan

—¿Te siguió?—Frunció el ceño y el omega negó—Últimamente ese idiota está muy bien informado de ti—Cruzó los brazos

—Su auto se descompuso así que me ofrecí a llevarlo—Continuó—Creí que llegaría a tiempo a casa pero no fue así—Gimió haciendo presión en su vientre—Perdí el control y mi lobo salió

—¿Qué hiciste Seungmin? Ve al punto ahora

—Yo... Estuve a punto de entregarme a Chan—Susurró

RaabtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora