Capítulo 18

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— ¿Esa es Zara? — Pregunta Yassir asombrado por verla tan radiante.

— Sí, y mira, parece que ahora las jovencitas lo prefieren maduritos. — Habla con sarcasmo Álvaro.

— ¿Quizás sea algún amigo?— Sigue indagando Yassir.

— ¡Qué va! Es su amante, no ves que tiene una vecina que es dama de compañía, se lo habrá presentado porque quiere dinero, si no, ¿porque va estar con un tipo que le doble la edad?

— Tampoco hace falta que te expreses así de ella. Además, ella puede hacer con su vida lo que quiera, o... ¿Tiene que darte a tí explicaciones? — Intenta hablar lo más calmado que le resulta haber visto a Zara con otro hombre.

— ¿A mí, porqué? ¡Qué haga lo que quiera con su vida! — Yassir lo mira con enemistad sin entender porqué habla de esa forma y no reconoce que es su novia o al menos que le gusta. ¿Porqué trata de aparentar lo que no es?

Terminan de comer, Álvaro es el primero en marcharse mientras Yassir quiere investigar si es cierto todo lo que ha dicho su amigo.
Se acerca hasta la mesa donde se encuentra Zara terminando de comer con el doctor, al verlo no puede dejar de dibujar una sonrisa en su rostro y empezar a temblar de la sensación que le causa de verlo.

— Buenas tardes, Yassir. — Le saluda notando un baile de avispas dentro de su estómago.

— Que tal Zara. Discúlpame, venía para saber cómo te encuentras. — Difícil lo tiene de hablar tranquilamente viendo cómo comparte su tiempo con otro hombre.

— Estoy bien, mira este es el doctor Isana, él es mi doctor. — Yassir extiende su mano al hombre mirándole con enemistad dándole un pequeño apretón  más fuerte a su mano.

— Me alegro que estés en buena compañía, debo de marcharme cuídate mucho. — Yassir se gira sobre sus talones y se marcha molesto por querer hacerle ver Zara lo que no es. Álvaro puede llevar razón, pero no entiende porqué se comporta así.

— Ese joven es un poco arrogante. — Define a Yassir Oriol viendo la cara de circunstancias que se le ha quedado a Zara.

— No entiendo nada, Yassir no suele comportarse de este modo. Él es más amable, divertido y alegre.

— Y... te gusta, ¿Verdad?

— Sí. Digo... No. Digo, sí... ¡Ay, qué lío! — Oriol se echa a reír por la manera de actuar de Zara tan tímida.

— Se nota que te gusta ese muchacho y creo que él también está interesado en ti. Solo está algo celoso.

— ¿Celoso? No creo. Yassir es un hombre muy apuesto, no creo que vaya a fijarse en mí con las mujeres tan bellas que se rodea, además es imposible que él y yo tenemos sentimientos en común.

— ¿Y por qué no?

— Él es el hijastro de mi madre, si  llegara mi madre a enterarse de algo, temo que me haría lo peor, hasta pánico me da de pensarlo y más estando sola, así es como me ataca.
¡Dios mío! Oriol, a veces voy por la calle y creo que me vigilan, siento pánico tan solo de pensarlo. Mi madre es muy autoritaria, y cuando se trata de no involucrarme en su vida hace lo que sea por alejarme.

— Comprendo lo que tratas de decirme.
Ahora quiero que me escuches con atención.
¿Sabes quién es tu padre? — Zara lo mira incrédula por la pregunta hecha.

— No, mi madre nunca me confesó la verdad.

— Me lo suponía. Ven a mi apartamento y yo mismo me encargo de contestar a tus dudas.

Oriol paga la comida y se marcha junto a Zara hacia su apartamento para revelar la verdad.

Al llegar, saca varios álbumes de fotos y varias cartas.
Zara está nerviosa por poder conocer la identidad de su padre, mientras observa cada foto entristecida por haber descubierto quien es su padre, Oriol, le cuenta como sucedió todo a través de las palabras de su hermano.

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