Capítulo 33

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La confianza que había puesto Álvaro en Zara le había aliviado lo suficiente como para hacer las cosas a su manera sin hacerle caso a su padre.
Había seguido las instrucciones de Zara de hacer las cosas correctamente si no quería meterse en problemas.
Temblando por la idea, Álvaro comienza actuar bajo su criterio desvelando a Zara quien es el que quiere quedarse con toda la empresa.
Inmediatamente, Zara habla con el empresario árabe comunicándole todo, a lo que éste le dice que tomarán las medidas necesarias para destapar todo el complot.

Mientras se trata de solucionar todo el problema, Zara sigue visitando a Yassir en el hospital hasta que su tío le comunica que tras semanas de haberle hecho pruebas deben de darle el alta médica.
En un principio, debe sentirse feliz, pero lo no es.
Su vientre le muestra el paso del tiempo y cuánta falta le hace su marido, mientras ella intenta tapar su embarazo todo el tiempo que le sea posible, su angustia le acompaña.

Esa misma mañana Zara sale de su revisión medica tan feliz por saber que su embarazo va bien cuando de pronto la figura de Leonor aparece de la nada.
Al verla salir del ginecólogo, Leonor no tarda en mirar a su hija de arriba abajo haciendo un mohín de desapruebo.
Ambas se miran con enemistad, Zara quiere alejarse de su madre, pero ésta no la deja ir.

— ¿Estás embarazada desgraciada? — Pronuncia con asco refiriéndose de ese modo a su hija.

— Quítame tus manos de encima, y no tengo porqué responderte. — Con rabia se deshace del agarre de Leonor.

— ¡Eres una estúpida!, pensabas que quedándote embarazada de Yassir ibas a cazarlo, pero fíjate  que no has podido.
Yo que tú abortaría inmediatamente, ese bebé solo te va ha dar dolor de cabeza.
Porqué ni padre tiene.

— Escúchame con atención Leonor, jamás vuelvas a dirigirme la palabra, siento asco de tí, te odio aunque seas mi madre, porque me queda muy claro, que tienes una piedra en vez de un corazón.
Este bebé es mío, y no voy a perderlo, aunque no me recuerde Yassir, tengo a mi bebé un trozo de él.

— ¡Qué estúpida eres! Piensas que criar un hijo sola es placentero, mírate eres joven, y si tienes algo más de astucia, puedes conseguir un hombre que te mantenga. Ese bebé es solo un estorbo.

— ¿Cómo yo lo fui para ti? — La mira azul de Zara de vuelve cada vez más oscura fluyendo por sus venas rencor hacia la mujer que es su madre.

Se hace un silencio, Zara da por zanjada la conversación y se marcha hacia el ascensor para buscar a su tío para que le informe sobre el estado de Yassir.
Su tío se reúne con ella, debate sobre el estado de salud de Yassir advirtiéndole de no revelar nada por poder poner en riesgo la salud de su marido.
A pesar de querer expresarle la verdad, Zara mira hacia su vientre pensando en la manera de afrontar todo y como puede recuperar el amor de Yassir.

Días después, Álvaro decide marcharse al extranjero tras haberle dado a Zara unas carpetas con información secreta.
Inmediatamente, Zara le hace entrega de la carpeta confidencial a Murad, el cuál le asegura de ocuparse de todo.
Sintiendo lástima por Álvaro, Zara le pide a su socio de intentar no lastimar a Álvaro, a fin de cuentas él solo estaba actuado presionado por su padre.
Murad la mira en silencio entendiendo lo que quiere decir su socia.
Con una dulce sonrisa, le asegura de ayudar Álvaro para que quede impune ante la justicia.
Sin embargo, tiene algo pendiente debe de resolverlo con la justicia.
Zara le agradece el detalle para continuar con la reunión ahora que ha vuelto a su trabajo Yassir las cosas para Zara comienzan a complicarse.

A pesar de seguir ejerciendo su trabajo como secretaria, su corazón arde de nostalgia al ver al hombre que ama tratándola como una desconocida.
Sus ojos se llenan de lágrimas quemándole la piel a su paso pensando en lo injusto que es todo.
Día a día, su vientre crece al igual que la distancia entre Yassir y ella crece.
Esa mañana Zara pasa a su oficina con la intención de seguir haciendo hasta lo incansable por volver a enamorar a su marido.
Le trae una bandeja de café con pastas para el desayuno.
Con la mejores de sus sonrisas comienza hablándole con ternura mirándole con coquetería para captar su atención.

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