Capítulo III

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    Camine con bastante nostalgia, me sentía un poco feliz, volvería a ver a quienes me ayudaron una vez.

    En eso me detengo un momento a recordar el por qué estoy aquí.

    Yo estaba con flores, unas hermosas rosas rojas, también cargaba una caja de chocolates, me había vestido lo mejor que podía.

    Yo la esperé en el parque. Cuando ella llegó, me di cuenta de que había llevado a sus amigas.

    Le dije lo que sentía, ella pudo solo decirme que no, pero, ella tenía que decirme:

——¿Enserio tu crees que yo saldría con alguien como tú? No, ni en un millón de años. Eres muy flaco, ¿acaso te alimentas bien? No sabes arreglarte , eres un nerd, por más que lo trates de ocultar, eres raro, tu único amigo, si eso se puede contar, es tu hermano. No quiero volver a verte cerca de mi, no quisiera estar cerca de un perdedor.

    Las chicas que la acompañaban se carcajeaban, se burlaban sin piedad alguna.

    Yo no pude más y salí corriendo, dejando el ramo y la caja de chocolates.

    Me metí a mi carro, arranqué, me fui a un bar, había escuchado que la mejor forma de olvidar era bebiendo, solo que no conté que por eso mismo volvería a este lugar.

    De verdad me siento mal, no puedo creer que me enamore de alguien que se veía como un angelito, solo fue un demonio vestido de ángel.

    En eso algo interrumpe mis pensamientos, miro en todas la direcciones, no veo nada malo.

——¿Wirt? ¿Eres tú?

    Veo a una hermosa peliroja, su voz se me hace conocida, pero no recuerdo haberla visto antes.

——¿Quién eres?

——¿No te acuerdas de mi?—— negué con la cabeza—— Soy Beatriz.

——¿Beatriz?—— así que esta es su forma humana.

——Si, pero, ¿qué haces aquí?

——Solo tuve un accidente.

    Le conté un poco de lo ocurrido, exceptuando el rechazo de Sarah.

——Pero, ¿cómo es posible? Se te nota que eres muy cuidadoso, y recuerdo que la primera vez que viniste, no eras imprudente.

——Fue un pequeño desliz—— dije.

——Y ese desliz te costó que volvieras aquí.

El peregrino y la bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora