Capítulo XIX

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——¿Escuchaste lo que pasó?—— dijo una chica rubia.

——No, ¿qué pasó?—— dijo intrigada.

——Ahora se escuchó que el padre de Wirt lo robaron, y en el proceso le dieron un golpe que hizo que tuviese una contusión cerebral—— la peli negra se quedó en shock al escuchar las palabras de su amiga.

——Pe-pero....—— no sabía que decir, tenía un nudo en la garganta.

——También dicen que el jefe del padre de Wirt, está perdiendo dinero después de ese suceso. Se nota que el padre de Wirt era el mejor de esa compañía—— la rubia siguió diciendo——. ¿Sabes? Creo que luego de rechazarlo le lanzaste una maldición a su familia—— se notaba el ambiente incómodo.

——Y-yo.... c-creo que mejor m-me v-oy, chao Elizabeth—— sin más se retiró.

    Iba caminando a paso lento por la acera, ella solo murmuraba cosas inentendibles. En eso, la suerte de ella "mejoró", empezó a llover.

    Ella apuró el paso, ya iba corriendo hasta estar debajo de el techo de un viejo establecimiento.

——¿Por que me suceden estas cosas a mí?—— dijo luego de recuperar el aliento.

    En eso se vislumbró un trueno, y al escucharlo chilló.

    Ella empieza a escuchar sonidos a su espalda, y temblando se voltea, notando la presencia de un pequeña gatita negra de ojitos marrones, lo que le llamó la atención del animal era que tenía una pequeña cicatriz en su naricita.

——Aww, ¿estás perdida pequeña?—— agarró al minino entre sus brazos—— ¿Te llevo conmigo?

    La gata saltó de sus brazos y cayó con elegancia y parecía que la había despreciado, pero sólo empezó a tomar agua de un charco.

    La muchacha se metió una mano a uno de los bolsillos de su falda y sacó su celular, lo encendió y miró la hora.

——Ah, me van a regañar—— lo volvió a guardar.

    La gata la observó unos momentos para luego correr a quien sabe dónde.

    La joven sólo miró como ágilmente el animal corría, en eso, siente una corriente eléctrica pasar por su cuerpo. Sin más, el cuerpo cae levantado polvo y creando sonido.

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    Es otro día, seguimos con la construcción del cuarto.

    A las doce, Verónica nos mandó a Greg y a mí a buscar el almuerzo. Ya en el camino Greg me preguntó:

——Entonces, ¿qué es lo que te gusta de mi hermano?—— pregonó sin titubear.

——¿A que viene esa pregunta?—— le respondí con otra.

——Sé que te gusta, tu mirada, tu forma de ser en su presencia y tus actos me lo demuestran—— centró su mirada a la mía, y continuó——. ¿Qué es lo que te gusta de mi hermano?—— insistió.

——¿Sabes que sí quiero te puedo matar por insistir?—— analicé sus movimientos, no tembló ni titubeó en ningún momento.

——Sé que no lo harías, puede un golpe, más no llegarías a más ya que temes que Wirt te llegue a odiar o temer—— tiene razón, pero le faltó decir algo, y es que me agrada, pero eso no se lo diré, no es necesario que lo sepa.

——Me gusta cuando se emociona por cualquier tema que le guste, me gusta cuando sonríe. Me gusta su personalidad, su inteligencia, lo tierno que se ve al dormir, la paz que me trae, lo valiente que puede llegar a ser. Hay un montón de cosas que me gustan de él, pero no tengo la necesidad de decirte todo, así que es mejor que apuremos el paso—— le terminé por decir.

El peregrino y la bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora