Imprimación lunar

Capítulo 12

Edward

Todo el asunto con Bella se está complicando, desde que se lo verdaderos sentimientos de Jake, todo ha ido bajo picada.

No es que culpe a Jake, pero no sé lo que significa esos sentimientos, quiero que me diga todo para poder comprender. Estoy tan confuso y no puedo pedirles consejos a mis hermanos, solo sé que cada día qué pasa adoro más estar con él, me cuenta lo qué pasa en su día, sobre sus amigos, su familia, todo.
Me gusta escucharlo, siempre tiene algo que decir y a veces me hace reír, incluso me esfuerzo en no leer su mente, a veces capto algunas cosas pero lo quita de su mente muy rápido, no tengo ni idea que es.

Ahora lo espero donde siempre en el bosque, le tengo un regalo, solo espero que no se enoje.

— ¡Edward! — corre hacia mi y me abraza y yo con gusto lo recibo. Me gusta abrazarlo, lo sujeto contra mi, inhalo hondo, me gusta su olor; no es como solía olerlo, es diferente.

— ¿Porque tardaste? – le digo con una caricia en su mejilla, haciendo que se sonroje.

— Papá necesitaba que lo ayudara con la casa. Te extrañe – me dice lo ultimo con un susurro.

— También yo y mucho. Te tengo un regalo.

— ¿Y qué es? – con sus ojos brillantes de felicidad, le entregó una pequeña caja. Solo espero que le guste y que no lo rechace.
Cuando lo abre, sus ojos se abren muy sorprendidos.

— ¿Un celular? Edward no entiendo para que...

— Es para comunicarme contigo cuando quieras.

— Pero...esto es muy caro, yo ... yo no puedo aceptarlo, es mucho – me dice avergonzado.

— Nada es demasiado caro cuando quiero comprar cosas para ti, por favor acéptalo, así podemos hablar cuando tú quieras.

— Pero... es que...

No voy a dejar que lo rechace, de hecho me parece muy lindo de su parte no querer un regalo así de caro, y eso me hace darme cuenta que quizá debo comprarle más cosas que le gusten.
Así que para que se lo quede utilizo mi método de persuasión.

Lo acerco a mi hasta tener nuestro rostros muy cerca, y le tomo del rostro haciendo que me mire.

— Jake, quédatelo, por favor, por mí – le susurro. Él se agita y empieza a respirar muy rápido.

— Pero no puedo pagarlo – me susurra.

— No te estoy pidiendo que me lo pagues, es un regalo, quiero que lo conserves ¿si? – él quiere seguir negándolo, así que me acerco más a él hasta caer en el pasto.

Me subo sobre él, dejándome espacio entre sus piernas.

— ¿Por favor Jake?

Mi Jake se pone muy nervioso, siento su corazón latir como loco, pero a pesar de todo niega con la cabeza. Si que es cabeza dura, me gusta.

— Anda, acepta y a cambio te daré lo que tú quieras. –eso parece llamar su atención.

— ¿Lo que yo quiera? – yo asiento, y entonces una imagen de mi acariciandolo y frontandome contra él, y eso casi hace que me ponga duro. Pero así como llega el pensamiento tan rápido se va.
Y se que fue su pensamiento, paso saliva. Y no se porque pero quiero complacerlo.

Me empujó un poco contra su entrepierna, él suspira y sus ojos se dilatan. Y eso es suficiente para seguir.

Pongo mis manos a lado de su rostro y me empiezo a frotarme contra el, al principio fue suave, uno que otro toque. Jacob empezó a alzar sus caderas, como si quiera encontrarse conmigo.
Y empiezo a embestir más duro y eso hace que gima, veo cómo se empieza a poner muy duro y yo estoy igual que él.

Ya no puedo parar.

Le empiezo a dar embestidas más rápidas y duras, haciendo que su cuerpo se alce un poco y me vuelvo loco, escondo mi rostro en su cuello y empiezo a gemir. Mi Jacob me rodea con sus brazos y se deja ir conmigo.
Le doy más duro y gimo con más necesidad. No aguanto más, lo quiero arriba.

Me volteo haciendo que quede arriba de mi, ahora él esconde su rostro en mi cuello, sus manos van a mi cabello jalándolo y en vez de molestarme me excita más. Le agarro las caderas y hago que me monte, y parece que le gusta ahora estar al mando porque rápidamente se acopla a mi.

Sube y baja sobre si haciendo que él de pequeños gritos y yo lo único que hago es apretarlo contra mi. Su cuello es tan apetitoso y lo empiezo a lamer y darle mordiscos.

No sé cuanto seguimos así, pero parece horas, volvemos a cambiar de posición. Sus piernas me rodean mi cintura, sus manos me sujetan el cabello para acercar mi rostro a él, veo sus labios lanzando gemidos y suspiros, quiero devorarle la boca, lo necesito, necesito sus gemidos en mi boca.

Saber que solo yo puedo sacarle esos gemidos, pero ninguno de los dos da el paso, solo me muevo un poco más cerca hasta acariciar mis labios contra los suyos.

Siento que se tensa y se que está a punto de llegar a un orgasmo, una de mis manos va a sus pantalones y le aprieto su miembro.

— Dámelo, dámelo – le ordeno, y se deja ir. Provocando que yo también me corra.

Tenemos la respiración hecha un desastre, me quedo quieto contra él, me acuesto sobre mi espalda y lo llevo conmigo, dejando que se tranquilice, lo único que hago es acariciarle el cabello y él solo a queda acurrucado contra mi.

Jamás en mi vida creí que esto podía pasar, se supone que debo sentir culpa porque aún estoy con Bella, pero no me siento así, siento que hice lo correcto.

Veo mi reloj de muñeca y se que ya es muy tarde, y me doy cuenta que Jake se quedó dormido y me saca una sonrisa.

— Jake, bebé , despierta, debes regresar a casa, ya es tarde.

— No quiero – se molesta y se abraza a mi, haciéndome reír.

— Vamos, levanta. Y le doy un beso es su frente, él suspira pero se levanta.
Le ayudo a levantarse y veo que sus piernas están un poco gelatinosas, y veo que tiene una gran mancha en sus pantalones al igual que los míos. Yo solo niego con una sonrisa, parezco un adolescente.

Agacha su mirada, no quiere verme a los ojos, así que lo atraigo a mi y hago que me mire.

— ¿Estas bien?

— ¿Te arrepientes? – me pregunta con lágrimas en los ojos. Cómo puede decir eso.

— Nunca, Jake, no me arrepiento. ¿Te gusto?

Él solo asiente sonrojándose y lo único que hago es darle un besito en sus labios, muy rápido, haciendo que quiera más, pero ya es muy tarde.

— Debo irme, sino papá me va a hacer un interrogatorio.

— Mándame mensaje cuando llegues, mi celular ya está registrado en el tuyo.

— Ok – me da una sonrisa, se guarda su nuevo celular en su bolsillo y antes de irse vuelve rápido a mi y me roba un beso en los labios — Te quiero – y antes de que pueda decir algo, él se va.

Creo que también empiezo a quererlo. Solo espero que esto no estalle en nuestras caras.