Malditos secretos

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CAPITULO V

No puede ser que ocurra un asesinato en nuestras narices y a Briana le dé por perderse, solo espero que no esté cometiendo ninguna estupidez.

Mi prioridad es hacer el puto documental y salir de aquí, nada ha cambiado. Siguen las malditas locuras.

Maldita la hora que pensé en volver a este infierno, ya Selene está muerta con mi arrepentimiento no le devolveré la vida.

Ya es un poco más de media noche y un torrencial de lluvia invade la madrugada, camino lo más rápido que puedo, todos salieron asustados de la feria y no me traje el auto.

Siento unos pasos tras de mi volteo y una sombra se desvanece entre la lluvia.

Saco las llaves de mi bolsillo y trato de abrir la puerta, entro y enciendo las luces.

Briana está dormida en el sofá.

— ¡Maldita sea! Briana ¿Dónde estabas metida? — Grito tan fuerte que se despierta de golpe — ¿Sabes todo lo que ha ocurrido esta noche?

— ¡Oye! No tienes por qué gritar, llegue hace una hora y me quede dormida. ¡No! No sé qué ocurrió y la verdad nada de lo que suceda me sorprende.

— Acaban de matar a alguien frente a nuestras narices las pantallas de la feria y los celulares colapsaron, ya que todo ocurrió en un live desde la red social de la víctima.

— ¿Y qué tengo que ver con eso? Pase la noche cogiendo con Bruno.

— Pues... van a interrogar a todos los que desaparecieron de la feria, así que debes prepararte para la visita que hará el sheriff.

Camino a la cocina y la brisa golpea fuertemente la ventana que da hacia el patio trasero, me quito la ropa y la coloco en la cesta que esta frente a la lavadora, veo una camisa con manchas de sangre escondida detrás de la puerta.

Por un instante la duda invade mi mente, y vienen los recuerdos a mi cabeza la vez que Briana estuvo de acuerdo en que recibiéramos a Selene en los deltas, aun sabiendo lo que significaría su bienvenida.

— ¡Briana! — Grito tan fuerte su nombre que se escucha en toda la casa.

— ¿Ahora qué ocurre? — pregunta desorientada — ¿Por qué tienes que pegar un maldito grito por todo?

— ¿De quién es esa sangre? — Pregunto mientras señalo la camisa

— Es de Bruno, se cortó un poco la pierna mientras saltaba una cerca.

— Ve y quema esa camisa por favor, mañana vendrá la policía y no quiero ningún tipo de problemas.

—Estas paranoica Megan, necesitas relajarte y coger, no me estarás amargando la existencia mientras estemos aquí, te recuerdo que tu quisiste volver.

Tal vez Briana tenga razón y estoy alterada sumado a que no estoy tomando los tranquilizantes.

Entro a la ducha y tomo un baño de agua caliente, mis pezones se endurecen y la necesidad de tocarme entre mi entrepierna invaden mis ganas, solo imagino las manos de Hades recorriendo mi cuerpo y la humedad se intensifica, solo quiero sentir sus labios y su lengua jugar en mi clítoris, se me escapa un gemido y sigo introduciendo mis dedos en mi vagina, mientras cierro los ojos y lo imagino a él.

HADES (peligrosa obsesión) [TRILOGÍA INFIERNO] (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora