HADES (peligrosa obsesión) [TRILOGÍA INFIERNO] (Libro #1)

Hermandad

CAPITULO VI

Blackriver

Cuatro años antes.

Dante es el delta mayor, rubio con ojos grises el brazo y su cuello completamente tatuados, tiene veinte años, y una gran adicción a la cocaína y al licor.

— Te vas a reventar las fosas nasales si sigues aspirando ese veneno.

Me ve y aprieta las nalgas de la chica sentada a horcajadas sobre él, es el único adulto en la habitación del resto somos adolescentes.

Es tan difícil llegar hasta la vieja casa que se esconde en el bosque donde solemos reunirnos, es la tercera vez que vengo, Briana logro convencerme, la pasamos muy bien, solo una vez aspire un poco de Coca y no me quedaron más ganas, nos embriagamos y fumamos hierba mientras los chicos disfrutan de un poco de sexo alocado en presencia de todos.

Solo me siento a observar, muchas chicas tienen la opción de perder su virginidad con Dante o simplemente traerle a la chica que el escoja. Muchas se derretían con su encanto.

Su mirada era perturbadora eso no importaba era un hombre realmente guapo, sus palabras te daban seguridad, pero en su corazón había tanta maldad como un demonio.

Briana perdió la virginidad con él y quería que yo hiciera lo mismo, no accedí y nos pidió a la chica más dulce e inocente que conocíamos, Selene Palmer, ella jamás estaría en ese mundo o eso pensábamos.

Poco a poco nos fuimos acercando a Selene, era una niña muy divertida y arriesgada, Briana se hizo más cercana a ella y una noche la llevo a uno de los encuentros.

Selene quedo cautivada con Dante, el sabia como tratar a una chica por otro lado Selene moría por vivir una aventura arriesgada sin tomar en cuenta lo que eso sería para ella.

— Me preocupa lo deslumbrada que esta Selene con Dante — Le comento a Briana

— Ella se siente bien con el ¿Qué podemos hacer? Solo cumplimos con traerla.

— Tiene nuestra edad Briana, Dante no es bueno ni para nosotras.

— Él no le hará nada que ella no quiera.

Estamos en el pequeño salón reunidos y Dante sale de la mano con Selene, sus ojos brillan y su sonrisa lo dice todo.

— Quiero que sepan todos que de ahora en adelante mi pequeña Selene es mi novia — Comenta Dante mientras besa apasionadamente a Selene frente a todos — Ella será parte de los Deltas.

Siento un pequeño escalofrío recorrer mi cuerpo.

Ocho personas pertenecen a los deltas Briana es una de ellas, me aceptan en sus reuniones por ser su amiga, si no, no podría estar aquí.

Cuatro chicos y cuatro chicas que hicieron un pacto de sangre bebiendo un poco de la sangre que mezclan con la de su fundador, jurando lealtad y compromiso.

Dante tenía un poco de poder en el pueblo y siempre salía ileso. Así que les ofrecía protección y diversión.

Eso para un adolescente era hacerlos sentir como adultos.

Ha pasado una semana desde la bienvenida que le dieron a Selene, esta noche bajo la luna llena harán el pacto de sangre con ella.

Todos están listos, van vestidos de negro y Selene va de la mano con Dante.

Un par de minutos después todos se cortan un poco mientras su sangre cae en una copa plateada.

Parece un video de Marilyn Manson. No me gusta para nada lo que hacen.

Mi rostro se contrae siento que mis gestos hablan por mí, veo la cara de Selene y la noto asustada.

Dante la toma de la mano y la lleva a la habitación, los chicos van tras él, mientras nos da una sonrisa aterradora cierra la puerta.

Pasan los minutos y camino por todo el salón principal.

Los gritos de Selene invaden la casa.

¡No por favor! ¡Paren! ¡Ya no más!

Es todo lo que logramos escuchar salgo corriendo y pateo la puerta, la imagen que tengo en frente es aterradora, Dante y los chicos estaban completamente desnudos turnándose para violar a Selene aquella imagen fue tan aterradora, Selene sangraba.

—Eres un maldito bastardo — Le grito a Dante mientras mi puño se va contra su cara.

Es más fuerte y más grande que yo me lanza contra la pared, Briana entra y toma a Selene. Se escuchan las sirenas y salimos corriendo por toda la oscuridad del bosque.

Selene cae desmayada entre nuestros brazos y cómo podemos la sostenemos, escuchamos disparos al fondo.

Esa fue la última vez que supimos de Dante.