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Si bien el primer encuentro que tuvieron fue con la pequeña partición de dos Alters más, y Spreen creyó que tendría más interacción con estos a lo largo del día, pero estaba equivocado.

Spreen estaba llegando a la conclusión de que Roier y sus Alters podían hacer una vida normal, sin mayores problemas, (y lo que le era más aterrador) sin que nadie se diera cuenta de la diferencia de personalidades.

Y aquella era una conclusión muy aburrida para su trabajo, y cada vez que su mente se lo recordaba se ponía de mal humor.

Él (y su profesor, Auron, que le había dado la idea de tratar el TID y vivir junto con Roier), querían un trabajo interesante, que mostrará los conflictos de cada una de las personalidades, los problemas que tenían para mantener una vida... Spreen quería ver cosas malas, pero no estaba encontrando nada de eso.

La mayor parte del tiempo era Roier, siendo un chico algo callado, tímido, y bastante torpe, pero muy adorable.

Pero Spreen estaba seguro de que había momentos, en los que no se daba cuenta, que era otra personalidad tomando el control.

Era de vez en cuando que alguna otra personalidad intervenía, con algún comentario o a veces ni siquiera eso, sino con acciones que pasaban desapercibidas.

Por ejemplo, durante las mañanas, su compañero de cuarto se hacía un café puro, sin azúcar y muy oscuro, para tomarlo en silencio mientras usaba su celular.

Creía que era Roier, porque no demostraba ninguna diferencia.

—Agh, esto es un asco. — Dijo el ojimiel, con una mueca de puro disgusto, luego de dar un sorbo, ya había ingerido más de a mitad de le taza, fue directo a tirar el café al lavamanos de la cocina.

—Lo tomas todos los días, ¿Qué pasó esta vez?

—Yo no lo tomo, es a Roger quien le gusta, el café puro es horrible y fuerte. — Abrió la heladera, para sacar un cartón de leche de banana para sacarse el sabor de boca. 

Spreen rio un poco.

—¿Y te lo dejó a vos para que lo tomes? Qué malo.

—No, a veces no controlamos los cambios— Se encogió de hombros—. Iré a la pastelería a comprar unos cupcakes, ¿Quieres algo? —

—Mmm... No sé qué tengan, nunca fui, ¿Qué si te acompaño?

—Claro. — Dijo, y sonrió mínimamente, luciendo adorable, sus mejillas estaban algo rojas.

Una vez ya abrigados perfectamente para el frío de comienzos de otoño, salieron del terreno de la universidad para ir hacia la pastelería a un par de minutos de allí.

—¿Roi? — El ojimiel estaba sorprendido por el apodo— Contame algo de vos, ¿Qué música te gusta?

—Pues... Escucho mucho pop en inglés, aunque últimamente me están gustando las baladas o la música más alternativa, ¿A ti?

—Igual, también escucho mucho de pop, también disfruto mucho de las bandas instrumentales, son muy relajantes.

—Oh, cuando era más joven fui parte de una de esas bandas. — Dijo— Bueno, no yo, era alguien más, yo... Yo no recuerdo nada, pero si he visto fotos y me han dicho que lo he hecho.

Spreen rió un poco, Roier se había puesto algo nervioso y se notaba en la forma rápida de hablar.

—Eu tranqui, no pasa nada, ¿Qué tocabas?

—El chelo — Respondió—. Yo no sé tocarlo, pero no es tan difícil de hacerlo, además de que es muy lindo porque es muy grande.

"Te gusta tocar lo grande." Dijo Roger, y escuchó la risita de Bobby en su cabeza.

THE ALTERS | SpiderbearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora